Donovan

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Donovan

Nunca pensé que al conocer a una persona podría verse afectada tu modo de vida, incluso la persona que eras; hasta que la conocí... Giselle Hamilton.

Me considero alguien tranquilo, que lo único que hace para vivir es hacer lo que más le gusta; hablar sobre el arte y hacerlo. Lo más "sobresaliente" de mi vida es que algunas veces me llaman para ofrecerme que exhiba mis pinturas o dar algunas pláticas sobre arte a personas importantes, todos los demás días lo único a lo que me dedico es salir con mi pareja, pintar o dar clases y nada más.

Era un día normal, solo por el simple hecho de que iba tarde a dar clases, pero realmente no tenía importancia, no porque no me guste dar clase, pero los chicos que asisten no les interesa para nada el arte, lo toman como un juego; por lo cual estos últimos dos meses me he tomado la libertad de llegar a la hora que me complace. Al principio fue una prueba para ellos, quería ver si realmente les importaba mi clase o si me reprocharían por llegar tarde pero el primer día que hice eso ni siquiera lo notaron y la segunda vez que lo intenté nadie se había quedado en el salón para tomar la clase; las demás veces se repetía lo mismo o a veces llegaba y ellos iban saliendo del salón y a pesar de verme frente a ellos decidían marcharse sin decirme nada, a veces volvían a entrar, pero era muy rara vez que eso sucedía. Pero esta vez sí tengo una buena excusa; acompañe a mi pareja Sebastián Lawler a tomar su vuelo de las 2:00 pm que va de Londres a Hawái por un asunto de trabajo <<él trabaja como fotógrafo y es muy reconocido o al menos así yo lo veo por qué no hay país que no lo llame para su trabajo>> y cuando él se subió al avión me quedé media hora más hasta asegurarme que el avión no se viera, sé que puede sonar ridículo pero esto lo hice porque se lo prometí pues le tiene miedo a los aviones o a cualquier cosa que tenga que ver con las alturas; en conclusión es un miedoso.

Después de esa media hora me dirigí directamente a donde trabajo, la clase empezaba a las 2:15, pero cabe resaltar que estos hechos pasaron alrededor de las 2 a 2:30; y solo han pasado 10 minutos y sin mencionar que aún falta aproximadamente una hora para llegar; aunque como dije, realmente no tiene mucha importancia ya que seguramente esos chicos ya se fueron de ahí.

Llegue a las 3:40 a la escuela, camine tranquilamente por el pasillo esperando no ver a nadie dentro del salón, pero me tome con la sorpresa de ver a una chica guardando sus cosas, ¿Se había equivocado de salón?, no la reconocía de mi clase, así que pensé que simplemente estaba descansando, entre al salón y me acerque a mi escritorio y me senté en él, me miro y le sonreí, aunque ella me miro durante un rato; es una chica muy guapa, delgada y muy bien arreglada y estoy seguro que se encuentra en la edad de unos 20 y tantos años; no dije nada puesto que no quería incomodarla, hasta que ella susurro:

- Todos se han ido.

Ver como se sonrojaba su cara me pareció algo gracioso por lo que no pude evitar soltar una risilla.

- No te preocupes, siempre sucede eso.

No dijo nada y se veía algo molesta, quería estar seguro que era de mi clase y así disculparme por mi retraso, en caso de que lo fuera, por lo que le pregunté:

- ¿Por qué te quedaste y te fuiste como todos los demás?

Sin siquiera pensarlo o dudarlo ella dijo:

- ¡Porque amo el arte!

Su respuesta me tenía fascinado, por lo que no pude evitar sonreír, pero podría tratarse de una persona diciendo eso sin sentirlo, ¿no?, por lo que decidí hacerle una serie de preguntas, claramente básicas para aquel que dice amar el arte. Todas sus respuestas fueron correctas, me sorprendió mucho con la seguridad con la que contestó, me puse de pie y aplaudí.

Amor y ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora