Capítulo 2 (Pasos a mi espalda)

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La lluvia caía e inundaba todo londres,

estaba en mi computadora buscando más información acerca de lo sucedio con la señorita Rogers, pero mi móvil irrumpio llenando con su incesante sonido toda la habitación... Número desconocido, lo que me faltaba.

- ¿Hola?- Costeste con voz firme y cortante, si se trataba de una broma ya estaba más que dispuesta al enviarlos al demonio.

-Buenas noches. Hablo del hospital The Royal Free, soy el doctor James Wood. ¿Me comunico con la señorita Coleman?

Frunci mi entrecejo. ¿Hospital the Royal Free?

- Hola, sí soy Sarah Coleman. ¿Sucedio algún percanse? Es extraño recibir esta llamada, disculpe mi sequedad.- Murmure apenada.

No tenía tantos familiares en Bradford, solo a la tia Anabella y sus hijos. Algo no andaba bien.

- No se preocupe señorita Coleman. Al contrario a sido cortes, se sorprenderia si le dijera que hay algunos familiares que responden, y no precisamente con disculpas- Bromeo, pero al pasar lo minutos pude sentir la tensión a través de la línea.- Sarah.- Suspiro con pesadez.

- ¿Que esta pasando? ¡Por favor podría ir al punto!- Exclame algo sobresaltada.

- Señorita Coleman, lamento decirle que su padre se encuentra internado en el hospital, débido a una herida de bala situada en su pierna derecha.

- ¿D-Disculpe?

- Siento ser el mensajero de esta mala noticia, pero usted es la única familiar que ha atendido a las llamadas de emergencia.

- Esta bien, por favor, podría darme la dirección del hospital.

- Por supuesto. Calle Green 252 a la derecha de la estación local de policias.

-Recido en la calle Fleshers, la calle Green queda a seis cuadras... Llegare lo antes posible, gracias por comunicarme esta noticia Doctor Wood.

- No se preocupe, es mi deber servir... La espero.

- Adiós.- Corte con rapidez la llamada. Aprete el teléfono entre mis dedos, tome las llaves del auto y sali con rápidez de mi residencia... La lluvia incesante teñia de rojo el cielo de londres. Corri hasta el auto, mi cabello y mi ropa se mojaron con ligeresa, al menos algo bueno. Introduje la llave en el vehiculo, pero este no dio señal de vida. !Joder!

- Vamos enciende... ¡Vamos, vamos, enciende... Maldición, eres alguien tan inservible como los show de los sábados por la noche!

Sali del auto, el agua se aderia a mi ropa y la volvia más pesada, mi cabello estaba empapado, mi mandibula castañeaba y mi piel se sentía como un tempano de hielo... Camine a paso rápido las baldías calles de londres, pero, sentí unos leves pasos a mi espalda, eran lejanos, pero con el pasar de los segundos estos se hacían más prominentes. No le tome mucha importancia, tal vez era otra persona con mala suerte a la que la vida decidio arruinarle el auto.

Sentí su respiración cerca y muy agitada, camine más desprisa para sentirme un poco segura, pero el sujeto solo aumento el ritmo de sus pasos. Solte un suspiro entrecortada, !No era tiempo de acobardarse! Camine más deprisa, casi como un trote, mis nervios estaban a flor de piel, lo cual es extraño viniendo de alguien que investiga en la Deep Wed.

Ví el hospital The Royal Free al frente de mí, corrí lo pocos metros que restaban para entrar en el establecimiento. Solte un suspiro fuerte, cerre mis ojos por unos segundos. Por curiosidad volví mi vista a las puertas corredizas de cristal. Mi respiración se corto como si me hubieran dado un fuerte golpe en el abdomen. Observe al extraño afuera de la puerta del hospital, estaba de negro de pies a cabeza, achine mis ojos para tratar de parecer intimidante, su rostro lo cubria una bandana negra, pero sus ojos los observe si reservas, no pude definir el color, pero un fuerte temor se apodero de mi cuerpo. Su mirada me detallo por unos segundos, sentí su mirada en cada lugar que detallaba, una penetrante sonrísa zarpo su rostro, y en ese momento supe, que tendría que guardar en mi memoria cada porte de su figura. Se acerco con lentitud a las puertas de cristal, aprete mi mandibula y sentí mi uñas perforar la carne de mis palmas, posó su mano en el cristal de la puerta izquierda. Frunci mi entrecejo y mire con curiosidad lo que estaba escribiendo en el cristal vaporizado.

"Te he encontrado mi musa" Leí con rápidez, mi mandibula temblo, tragué con dureza, mi boca se sentía como un desierto. Ví como se alejo a paso lento y poco a poco desaparecio entre las sombras. Y pensé que jamás en la vida me había sentido tan jodida como lo sentía en este momento.

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