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¿Existen de verdad?

Cuando colgué la llamada, tocaron la puerta de mi cuarto y luego se abrió. Era mi padre.

—Veo que estas bien, ¿Dónde dejaste mi Saco azul? El que te preste. —dice con su tono frío de siempre, es claro que no le importa que me suceda.

—Está allí. — digo señalando una silla que esta a un lado de él. Lo toma y se retira sin antes decir un frío y tenebroso "Gracias"

Obviamente se irán de viaje otros días más, quien sabe a donde, apenas es lunes y ya se largan.

Supire y me vestí con ropa apropiada, cubriendo bien mis heridas. Por ningún motivo los chicos se deben de enterar, y mucho menos Daniel.

Tal vez por eso me llamó anoche mi padre, para pedirme el estúpido saco azul.

Son las 12:38, tiempo suficiente para alistarme para que cuando llegue mis amigos, no descubran mis golpes.

Unas horas después mi madre se despidió de mi, dejando la marca de sus labios en mi mejilla, mientras que mi padre me dijo "adiós" como siempre con un tono muy aterrador y frío.

Poco tiempo después tocó la puerta de mi recámara, el jefe de los guarda espaldas.

—Disculpe señor Hitfroe... Sus amigos están esperando en el estudio. —dice con un tono normal.

—Diles que ahora bajo. —digo mientras le sonrio y dejó mi libro en mi escritorio, me levanto, y me dirijo al espejo para ver si me veía, relativamente normal, gracias al maquillaje que mande a comprar, parezco normal.

—Hola Nat  ¿Te la pasate bien en casa? Por que si no lo preguntas a nosotros no nos fue también. —dice Marcos mientras finge una felicidad inmensa.

—Hola... lo siento chicos, yo tuve un problema. —digo sin poder evitar recordar lo que pasó anoche, esos malditos de la camioneta me taparon los ojos para que no viera sus rostros.

—Cierto... ¿Estas bien? Algo nos comentó Daniel cuando veníamos para acá.—dice Ángel mientras interrumpe lo que iba a decir Marcos.

—Si lo estoy, que bueno que vinieron. — digo sonriendo, y sin quererlo mi mirada se chica con la de Daniel, quien no había dicho nada, sólo se la pasaba mirándome.

—Nos gusta venirte a visitar. —dice Jorge mientras se acomoda los anteojos, a el no le gusta hablar mucho.

—¿Qué les parece si vemos una película? —pregunta repentinamente Marcos, sacándome así de mis pensamientos impuros con Daniel, que no se por que pensé.

—Bien, me parece una excelente idea. Mientras salgan chicas con buenas curvas.—responde Ángel mientras  mira a todos  picaramente.

Todos nos echamos a reír, si por mi fuera, me gustaría ver algo más activo, no se... vino de acción, ciencia ficción... lo que sea.

Así que nos sentamos todos en el inmenso sofa y Marcos busco una película en Netflix con las características que queríamos.

La película que escogió me pareció buena, o más bien lo que alcance a ver ya que no podía verla en paz con la mirada de Daviel, quien estaba a un lado de mi, yo estaba en la esquina del sofá.

Perdí la cuenta de las películas que habíamos visto, miré el reloj y ya eran las 8:30.

Entonces sentía la mano de Daniel acercarse peligrosamente a mi entre pierna,
¿Qué demonios está haciendo? ¡Los chicos nos pueden ver! Al pensar esto los mire, estaban en un profundo sueño.

—Ves... No nos verán. —dice Daniel mientras me susurra en el oído cosa sucias que supongo u querrá hacerme. Eso provocó que perdiera de vista su mano la cual poco segundos más tarde se encontraba bajando la bragueta de mi pantalón y toqueteando mi erección.

—Déjame, provocaras que grite. ,—dije siendo honesto, si gimiera muy fuerte, despertarla a los demás, a parte de que aunque quiera hacerlo con el, no puedo dejar de que vea mis golpes.

—Entonces vamos arriba. —dice dándome otra opción.

Tomo su mano y lo dirijo a la cocina. Cierto la puerta y lo Niro molesto.

—No quiero hacer nada contigo. Lo pensé y será mejor que olvidemos lo que pasó. —digo tratando de sonar creíble mientras oculto mi tristeza y posible arrepentimiento.

—Sabes que no podré olvidarlo, a mi me gustas, no, yo te amo. —dice sin entender el por qué le dije eso, mientras se acerca a mi moviendo las manos confuso.

—Yo... —no pensé que me diría eso, yo... ¿Lo amo también? Si es así no creo que sea buena idea decirlo en estos momento. ,—No puedo.

—¿No puedes? Esta bien, vámonos de aquí. —dice con orgullo, como si se le hubiera ocurrido la mejor idea.

—¿A dónde? ¿A tu casa? —pregunto confundido, no se a que se refiero con "vámonos de aquí" espero que no se refiera a un hotel.

—No, vamosos de aquí, de sta ciudad, hay que irnos a vivir juntos a otro país. —dice muestras toma mis manos con esperanza mientras me ve con alegría a los ojos.

—¿Qué? ¡Claro que no! Lo lamento pero yo... no podría. —digo esto tan lento que pensé que me desmayaria. Esta propuesta es lo que quisiera hacer con el... pero se me sería difícil el hecho de que él no sabe lo que me esta ocurriendo.

—Oh... lo siento olvide que soy yo el único que está enamorado... —dice dejando atrás toda su alegría y esperanza.

Se aparta de mi y comienza a caminar hacia la puerta de la cocina, hasta que reacciono y lo tomo del suéter.

—Espera... —digo cabizbajo mientras puedo comí decir esto. —¿Qué harías si un día no estuviera?

—Te buscaría por todos los  rincones del mundo. —contesta con una sonrisa cálida y sincera mientras acaricia mi mejilla.

—Yo... A mi me gustas, no se si allá más de eso. Pero por favor, no te molestes conmigo, eres lo único importante que tengo. ,—digo esto lo más normal que puedo, creo que no podré aguantarme más. Comencé a llorar en su pecho.

—No me iré jamas de tu lado. Te amo Nathan. —dice mientras me abraza y acaricia mi cabeza.

Esas palabras lograron calmarse, no un poco, si no demasiado, provocando a su que me pusiera a pensar.

Debo de estar bien con Daniel, no volveré a dejar que me golpen y me traten mal, sólo por ser hijo de unos mafiosos, que dicen ser los mejores.

Desde ahora pensaré más en nosotros, en tener un nuevo futuro alegado de todas esas personas que quieren hacerme daño... pero... ¿Pero? ¿Acaso hay un pero? La respuesta es sí...

Mis padres provocaron mucho daño a miles de personas, esas personas sólo quieren vengarse... la venganza que quieren es... ¿Verme muerto? Si es esa, creo que no es una buena venganza, mis padres de vez en cuando se enteran de que tienen un hijo, si yo desapareciera, les daría igual y seguirían con su vida normal, esa no es una venganza que valga la pena.

Me aleje del pecho de Daniel, nos miramos varios segundos. Hasta que repentinamente entró un guardia espaldas.

—Diculpe la interrupcion señor Hitfroe, pero necesitamos ponerlo a salvo, la casa está teniendo un ataque con explosivos. —dice tratando de sonar calmado, lo cual no lo está pasar nada.

¡Maldición! ¿Por qué tenían que atacar la casa cuando están mis amigos y el amor de mi vida?

¡Déjame Leer!  /Yaoi/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora