VI

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El capitulo de hoy tiene 854 palabras

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Pasó un mes y Bokuto se sentía morir. Andaba más decaído que en alguno de sus modos depresivos habituales, emanaba tristeza y angustia, y de no ser porque su equipo era fuerte, no hubieran pasado las eliminatorias y no habrían llegado a las semifinales. Faltaban tres días para eso, y Bokuto sabía que era una carga para sus amigos, aunque le dijeran lo contrario.

—A lo mejor es ventajoso que este así cuando juegue con nosotros... —comentó Kuroo, a modo de broma, en una de esas noches que el tercer año de Fukurodani y Akaashi se reunían con el capitán de Nekoma y su manager, porque era una costumbre ya.

Sin embargo, por ese comentario Kuroo se ganó un codazo por parte de su amiga de infancia.

—Dicen que si dejas de hablar abruptamente con tu alma gemela después de haber entablado una relación fuerte, es muy posible que te sientas horrible —le dijo Kenma, con el celular en la mano.

—Me he dado cuenta de eso, Kozume-chan —le respondió Bokuto, con la cara contra la mesa—. Por eso tengo ganas de lanzarme a la calle, a probar suerte, a lo mejor me atropella un auto.

—Y empezamos con las tendencias suicidas —se quejó Konoha, prácticamente tirando su hamburguesa al plato—. Dios, Bokuto, deprímete todo lo que quieras pero no empieces a decir cosas como que quieres matarte.

—¿Eso estaría mal?

—¡Bokuto!

—Mi muerte no sería lo peor, ¿saben?

—Bokuto, por favor, para.

—Lo peor es que fue la única promesa que nos hicimos para vernos —continuó diciendo—. Ahora no sé nada, y el que no me hable no ayuda. Y no sé por qué me evita. No hizo nada malo, no cometió ningún error, yo más que nadie sé que ella se esforzó... se lo he dicho, cada día le digo lo mismo, anotándolo en esta mano —se señaló el dorso de la mano izquierda, donde se veían marcas de marcador negro y lapiceros azules, que con el paso de las horas se borraban y se hacían más tenues—, pero nada. Pareciera que todo es inútil. Que todo lo que ha pasado hasta ahora fue para nada.

Y volvió a quedarse callado con la cara contra la mesa, y sus amigos solo lo miraban preocupados, buscando palabras que decir. Konoha fue el primero que abrió la boca para decir algo, pero se vio interrumpido cuando el teléfono de Bokuto empezó a sonar, y sabía que solo podía ser el teléfono de Bokuto porque era el único del grupo que tenía un ringtone de Bohemian Rhapsody.

Koutaro se despegó de la mesa y tomó su celular, para mirar extrañado la pantalla después.

—Qué raro... —deslizó el dedo por la pantalla y se lo llevó a la oreja—. ¿Hola?

¿Bokuto? —Escuchó la voz de un muchacho—. Soy Iwaizumi.

El nombrado se enderezó de un tirón.

—¡¿Iwa-chan-kun?! —Exclamó, alertando a todos.

Amigo, cuando te vea te aseguro que te golpearé la cara por ese apodo tan feo —amenazó el otro chico al otro lado de la línea.

—P-pero... —tartamudeó Bokuto, no por miedo a la amenaza, sino por la confusión.

Tomé el teléfono de Trashkawa porque necesito que al menos sepas porque tomó distancia —le cortó—, así que escúchame. Al parecer investigó un poco, y se supone que sentirás su tristeza conforme se hablen más, entonces esta idiota piensa que si deja de hablarte no te hará daño, pero ella no entiende que es todo lo contrario, ¿verdad?

—Sí...

Oikawa es idiota, y es un dolor en el trasero, pero se hace extrañar. Sé que la extrañas, pero no te preocupes. Ella tiene un plan, y a lo mejor se meta en problemas, pero no te preocupes.

—¡¿Problemas?! ¿Qué-

Que no te preocupes. Tú solo juega. Juega como esa estrella grandiosa de la que Oikawa siempre presume ser alma gemela.

Y entonces la llamada se cortó, y Bokuto miró el celular consternado.

—¿Qué pasó? —Preguntó Kuroo rápidamente—. ¿Qué te dijo?

—Un bolígrafo—dijo Bokuto entonces—. O un marcador, o algo, lo que sea.

El primero en pasarla algo fue Akaashi, que era un marcador azul.

Durante un mes, Bokuto había estado escribiendo cosas como "No es tu culpa" o "Diste lo mejor" o incluso "Quiero hablar contigo", pero en ese momento, en el instante que dentro de su cabeza algo dio clic, supo exactamente qué escribir.

"Eres la mejor, y te quiero por eso, para que lo sepas".

Lo apuntó en la palma de su mano y la observó largo rato después (solo fueron unos segundos), y no se sentía arrepentido. Quería que lo supiera, aunque agrandara su herido ego. Que ella era genial, y que él la quería por eso.

Tres días después le ganaron al Nekoma en la semifinal, pero el Itachiyama les ganó al último y quedaron en segundo lugar, pero irían a las nacionales de todas maneras. Y era algo bueno, fuese en la forma que fuese. Solo le quedaba confiar en las palabras de Iwaizumi. Y confiar en los pequeños dibujos que aparecían por la mañana en la palma de su mano.

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Iwa-chan-kun salvando el día! Okey, este capítulo es hiper mega corto así que, el ultimo lo colgaré mañana, que tal? :D

Nos leemos mañana entonces~

Layla Redfox fuera!

:3

Mis palabras en tu piel - Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora