CAPÍTULO 5: JEREMY

22 3 0
                                    

Le conté todo a Jeremy. Quizá hubiera nacido hada pero no estoy destinada a serlo. Aunque estaba absolutamente convencida de que no pasaría la prueba, Jeremy insistía en que debía seguir intentándolo. Estaba convencido de que podría lograrlo.

Me fui a mi habitación. Estaba agotadísima. Jeremy me dijo que la prueba necesita activar todo mi cerebro, y que como es un músculo, necesita reposo después del entrenamiento.

Di vueltas y vueltas en aquella cama que era de lo más confortable, pero no conseguía conciliar el sueño. Con cada pestañeo recuerdo la cara de aquel chico pidiendome ayuda, y la de Jeremy enfurecido pidiéndome que matara a un inocente. La prueba supo como llegar al fondo de mi alma y clavarme una astilla donde más me dolía.

Decidí levantarme a por un vaso de agua, necesitaba refrescarme. Recorrí todas y cada una de aquellas habitaciones esperando que alguna estuviera abierta y fuera una cocina o un baño.

O en su defecto una sala tan tenebrosa como todas las demás que albergaba ese castillo, pero donde pudiera beber algo.

Al final encontré una sala sin puerta. Era una magnífica cocina. Para mi asombro, aquel lugar no tenía nada de extraño, tenebroso o mágico. Era una cocina normal y corriente, pero del tamaño de mi casa.

Cuando fui a beber, me pareció ver una sombra.

-¿Quien anda ahí?-grité.

-Detrás de ti.

Grité. Pero alguien paró mi grito con su mano.

Era Jeremy.

-Me has asustado.-dije, intentando parecer enfadada con aquellos ojos a milímetros de mi rostro.

-Quiero hablar contigo. Acompáñame.-dijo, sonriendo tímidamente.

-¿Dónde me llevas?

-Cierra los ojos y confía en mí.-me dijo susurrándome al oído.

Le agarré la mano y cerré los ojos con fuerza. Di pasos lentos intentando no caerme, intentando seguir su rápido paso. Mis pies sintieron el cambio de suelo. Las pulidas baldosas del castillo fueron sustituidas por piedra rugosa.

Me agarró de las piernas con suavidad y me levantó del suelo. En otro caso hubiera atestado un grito o su cara se habría encontrado de frente con mi mano. Pero estaba tan ruborizada que solo me centraba en escuchar sus pasos subiendo lo que parecían unas escaleras.

Después de un tiempo me soltó.

Abre los ojos princesa- me dijo.

Le hice caso. Era una sala completa de cristal que mostraba perfectamente las bellas estrellas del cielo.

-Subo aquí siempre. El universo y las estrellas me fascinan. Son mucho más hermosas que cualquier cosa mágica de mi mundo.

-Este lugar es precioso.

-Si, lo es.-Me dijo mientras se tumbaba en el suelo y me miraba con una sonrisa.

Me senté a su lado.

-Jeremy llevo tiempo intentando adivinar como eres, saber mas de ti. Pero te cierras a los demás.- las palabras salieron de mi boca como una confesión que llevaba toda la vida intentando decir.

-Mi vida se centra en trabajar. Es todo. Nunca he querido a nadie de verdad. El amor te hace débil. El amor te hace pensar que matar puede dolerle a alguien. La confianza hace que cuando te defraudan te sientas solo, que nadie es fiel a nadie completamente.

-Eso no es así... Ese pensamiento es de lo más depresivo. Confiar en alguien te hace fuerte.

-Confíe en mis padres adoptivos y me abandonaron a mí y a mi hermana cuando vieron que éramos especiales. No conozco a mis padres biológicos ni creo que tengan interés en conocerme. Mi hermana es mi única familia y aún así solo hace que ponerse en peligro, follar con tíos y no hacerme ni caso cuando le doy consejos. Algún día hará que nos descubran. Confíe en mi mejor amigo. Se llamaba Manuel. Era un medio hada. No tenía todos los poderes que nosotros poseemos. Se quedó como humano al no superar las pruebas y lo desterraron del castillo. Enfadado, se reveló y se fue con Wenlock. No fui capaz de matarlo en una guerra hace unos años, de allí esta cicatriz.-

Se quitó la camiseta y dejo ver una cicatriz que le llegaba del esternón al ombligo.-No dudó en apuñalarme. Todavía recuerdo sus ojos sin fondo mirándome con odio.

Estuve a punto de morir. Fue uno de los peores días de mi vida.

-Eso es horrible Jeremy... Pero aunque no me creas quiero decirte que puedes confiar en mi.-dije mientras le agarré la mano con fuerza.

Él se incorporó y me miró.

-¿Que haces princesa?

-No estoy haciendo nada.

-No es eso, me refiero, ¿Que haces conmigo? ¿Que haces para que cada vez que hablas mi corazón se acelere así?¿Como haces que te acabe de contar todos los secretos más dolorosos de mi vida sin pestañear?-Su mirada se clavó en mis labios.

-Yo tampoco había sentido esto que siento por ti antes

Al segundo sentí una tremenda calidez de unos labios carnosos sobre los míos. El impacto casi llego a asustarme. Tras darme cuenta de que eso era lo que llevaba años buscando abrí los labios para recibirle y sumirnos los dos en aquel beso, aquel intenso beso que nos hizo olvidarnos de todo lo demás y fundirnos en una sola persona.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

HADAS: Cristales rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora