Rosas de amor (Segunda temporada) [[CielyTu vs TuyAlois]]

Cap.#09 "¿Secuestro?"

(Narra T/n)

Me quedé casi toda la noche llorando, me dolía que Ciel me haya tratado de esa forma, aunque en el fondo tenía toda la razón.

- Señorita T/n, le he traído esta infusión de hierbaluisa. Le ayudará a calmar sus nervios y ansiedades - Inmediatamente sequé mis lagrimas con mis nudillos y me senté con la espalda recta en la cama para poder tomarme bien la infusión que Charlotte me había preparado. Éste estaba perfecto; tenía las gotas de azúcar necesarias para darle un especial toque dulce al final de cada sorbo de té.

Cuando terminé, dejé la taza encima de la bandeja y le ordené a Charlotte que se retirara, pero apenas salió de la habitación Sebastian entró con una carta en sus manos.

- Bocchan le manda esta carta en su nombre, ¿Quiere que se la lea, señorita T/n? - Negué con la cabeza.

- No es necesario, Sebastian, puedo hacerlo yo misma - Sebastian dejó la carta cuidadosamente sobre mi mesita de noche e hizo una leve reverencia antes de irse. Abrí la carta e inmediatamente la leí, esta decía así:

T/n...

Ya no es necesario que sigamos estando aquí, si así lo prefieres podemos volver a casa. Lo siento mucho, debo controlar mis celos, pero aún así espero seguir teniendo una oportunidad contigo.

Atte: Ciel Phantomhive, el
chico que te ama.

Un enrome sentimiento de ternura me llegó apenas había terminado de leer la carta. Dejé el pedazo de papel en donde Sebastian lo había dejado anteriormente y corrí hacia el comedor en donde Ciel se encontraba.

- ¡CIEL! - Grité como si no lo hubiera visto en días. Lo abracé fuertemente y escondí mi cabeza en su pecho - Ciel... Lo siento demasiado. He sido egoísta contigo, no quiero perderte, pero entiende que tampoco quiero perder a Alois - El correspondió y besó mi cabeza.

- No te preocupes, lo entiendo perfectamente... Lucharé por ti hasta el final como sea, yo tampoco quiero perderte ni voy a renunciar a ti tan fácilmente - Por último, se separó un poco para darme tierno beso en los labios, que fue correspondido con mucho gusto.

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Al día siguiente tomamos todas nuestras cosas para volver a la mansión, lamentablemente venir aquí fue una pérdida de tiempo.

- Por cierto, en unos días estarás de cumpleaños... ¿Qué te gustaría como obsequio? -

- No es necesario que me des algo, con solo decirme feliz cumpleaños es suficiente - Ciel suspiró y acarició mi mejilla.

- Todos los años dices eso... Vamos, puedes pedirme lo que quieras - Comencé a pensar en algo, realmente me da lo mismo pero para Ciel es muy importante, así que me esforzaré.

- Eh... Un simple ramos de flores está bien - Ciel me miró serio por un instante pero luego sonrió.

- Está bien. Por eso y miles de razones más te amo; tienes la oportunidad de tenerlo todo, pero prefieres quedarte con algo pequeño - Me sonrojé un poco e iba a agradecerle, pero el coche paró anunciando la llegada a la mansión.

Charlotte y Sebastian comenzaron a bajar nuestro equipaje mientras que Ciel y yo entrábamos a la mansión. Ese día fue bastante aburrido; nos ausentamos por un día y la reina ya nos llena de trabajos.

- ¿Cuántas cartas llevamos? - Le pregunté a Ciel bostezando.

- Con esta son veintisiete. Nos faltan cuatrocientas sesenta y dos y llevamos aproximadamente una hora y media - Casi me da un infarto por escuchar tantos números.

- ¡¿Cuatrocientas sesenta y dos?! ¡Maldita sea! - Por suerte un 98% de las cartas eran para solamente firmar documentos, el otro 2% son todos los trabajos que tenemos que hacer.

Estuvimos todo el día firmando y leyendo, por suerte la enorme montaña de cartas que teníamos había disminuido bastante.

- Buenas noches - Me dijo Ciel besando mi frente, yo aún me encontraba en el baño cepillándome el cabello.

- Buenas noches, que descanses - Cuando terminé, dejé el cepillo sobre una pequeña repisa y bajé hacia la cocina a buscar un vaso de agua. Sentí un extraño sonido proveniente del jardín, así que me asomé por la ventana para ver de qué se trataba.

- Shh - Sentí como cubrían mi boca y me arrastraban fuera de la mansión. Forcejee todo lo que pude pero fue realmente inútil.

- ¡¡MHHHM!! - Intenté morder la mano que cubría mi boca pero no parecía afectarle mucho. Finalmente cubrieron mis ojos y me sentaron dentro de un coche. - ¡¿QUIÉNES SON USTEDES?! ¡DEJENME SALIR! -

- Señorita T/n, debe calmarse - Reconocí esa maldita voz apenas la escuché.

- ¡¿Claude?! ¡¿POR QUÉ ME SECUESTRASTE MALDITO?! - Quise darle un golpe pero unas cálidas manos me detuvieron.

- Yo se lo pedí, T/n - Las mismas manos que detuvieron mis puños retiraron de mis ojos esa molesta venda. Me costó un poco acostumbrarme a la luz, pero unos segundos después pude ver perfectamente quien era esa persona.

- ¡A-alois! ¡¿Por qué hiciste esto?! - Suspiró apenado y luego me miró.

- Lamentablemente esta es la única manera de poder mirarte a los ojos por al menos cinco minutos... No puedo vivir sin ti, pero tu prometido no deja que ni siquiera te escriba una simple carta - Cuando dijo "tu prometido" su voz cambió radicalmente a una fría y cortante.

- Alois... - Lo abracé fuertemente y él muy sorprendido correspondió al abrazo de una manera tierna.

- ¿No te molesta que te haya secuestrado? - Me preguntó algo irónico, yo negué con la cabeza.

- Yo no lo llamaría secuestro... ¡Tenía muchas ganas de verte y estar contigo! - Los dos sonreímos.

- Ya hemos llegado - Dijo Claude acomodándose sus lentes. Inmediatamente se bajó del coche y nos abrió la puerta para que entráramos a la mansión.

- ¿Y por cuánto tiempo piensas tenerme "secuestrada"?  - Le pregunté entrelazando nuestras manos.

- Por mi te tendría secuestrada toda la vida, pero como lamentablemente eso no podrá ser posible tal vez algunos meses - Abrí mis ojos como platos.

- ¡¿Algunos meses?! ¡Pero si solamente tengo un pijama! - Dejó de caminar y me miró pícaramente.

- Eso no es ningún problema... Puedes estar desnuda en mi habitación mientras que Hannah lava tu pijama - Me sonrojé exageradamente y le di un golpe en el hombro.

- ¡¿E-estás loco!? ¡No voy a hacer eso! - Lindas carcajadas comenzaron a salir de su boca.

- Tranquila, sólo bromeaba. Tienes todo lo que necesitas dentro de la mansión, no puedo dejar que vivas aquí estando incómoda.

- ¡Más te vale que tengas algo de ropa para mi o llamaré a Charlotte! - Le mostré mi marca.

- ¡Eh, acepta que era una buena idea! -

Continuará...