- Hola.- contesté con una sonrisa.
- Me he dejado la comida. - dijo recogiendo el plato que estaba preparando cuando llegamos. - Todavía no me necesitan en el escenario, están preparando los instrumentos, ¿te apetece dar una vuelta por el estadio después de comer?.
Me lo quedé mirando un momento sin darme cuenta, exudaba confianza y tenía algo que lo hacía muy atractivo.
- Ah... Claro, me gustaría.
Nos sentamos en una mesita para comer, aunque tenerlo delante hizo que se me cerrase el estómago comí algo para no quedar mal.
- ¿Estás bien? - Me preguntó.
- Si claro, ¿Por qué?
- Hace un segundo te rugía el estómago de hambre y ahora no comes casi.- Me miró con el ceño fruncido.
Dios, porque tengo que ser así, porque no puedo ser una persona normal y no sentir que me voy a caer de la silla cada vez que me mira. Le di otro bocado al sándwich que me estaba comiendo.
- Son los nervios.- ¿Para qué mentir si temblaba tanto que parecía un chihuahua asustado?
Anthony se empezó a reír, estaba guapísimo cuando se reía lo cuál me hizo sonreír.
- Piensa que simplemente estás conociendo a los amigos del padre de tu mejor amiga, que casualmente tienen un grupo. Olvídate de que soy el cantante de los Red hot chili peppers, solo soy Anthony el atractivo padrino de Clara.- dijo con un guiño, lo cuál me hizo reír. - ¿Ves? Mucho mejor.
Siguió hablándome mientras comía, me preguntó por mí y mi familia, qué me había llevado a Los Ángeles y demás. Al final me terminé el sándwich sin darme cuenta. Cuando terminé me preguntó si estaba lista para ir a ver el estadio, yo le contesté que sí.
- Primero te enseñaré vuestros asientos aunque Clara estará por todos lados sacando fotos del grupo, vosotros podéis quedaros a los lados del escenario y ver el concierto desde arriba o poneros abajo en la pista.
- No sé los demás pero yo prefiero la pista, me encanta sentir la energía de la gente.
- Chica lista. - Me dijo con una sonrisa.
Fuimos andando entre las gradas hasta el final del estadio, nos sentamos y vimos la prueba de sonido, los chicos empezaron a practicar las canciones.
- Son realmente increíbles.- Dije contenta de poder estar ahí.
- Sí que lo son, la verdad es que tengo mucha suerte.
De repente flea se acercó al micrófono.
- ¡Anthony!- dijo llamando nuestra atención. - Deja de ligar con la pobre chica y sube al escenario.
Me puse roja cuál tomate.
- Voy. - Dijo él sin más.- Ven conmigo, te llevaré hasta dónde están tus amigos ¿O prefieres quedarte aquí?
- No. Voy contigo.
Cuando llegué con Clara todavía estaba roja. me dió con el codo en el brazo mientras subía y bajaba las cejas.
- ¿Qué tal con Anthony?.
La mandé una mirada asesina y me fui a sentar con Dylan.