Sin Planes - 54

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Llevaba rato manejando sin rumbo fijo, entre charlas y besos, habíamos olvidado completamente el tiempo y el espacio. Iba en una carretera fija, vacía, a lo que aproveché para tomar su mejilla y girarlo para besar sus labios provocativamente, él no se negó, pero de vez en cuando echaba un ojo al camino, nos separamos con una sonrisa y me recosté de su brazo.

- Te extrañaba... -me aferré a su suéter a lo que él hizo un sonido gutural.

- Yo igual.... -hizo una pausa. - No tienes ni idea... -tomó mi mejilla dejando un dulce beso, él rió levemente. - Me... Me sorprendí mucho aquel día al ver a tu amigo frente al estudio. - alcé una ceja.

- ¿Michael? -él asintió. - ¿Q-Qué sucedió? 

- Bueno... -miró a otro lado. - Admito que quería molerlo a golpes... -lo miré sorprendida a lo que él negó. - Creo que... Si no hubiese dicho nada... Lo hubiera hecho... -jadeé anonadada. - Sin embargo, se disculpó de inmediato... -hizo una mueca. - A lo que... Decidí escucharlo.. Me explicó toda la situación y... Logré entenderla perfectamente. 

- ¿Entenderla? - James asintió.

- Creo que, si tuviera una mejor amiga como tu... Obviamente no podría evitar amarte... -bajé la mirada. - L-Lo siento... -acarició mi mejilla. - Ya vamos a llegar. -asentí sin más que decir, me recosté de mi asiento observando el paisaje, era muy sereno, los arboles complementaban el terreno rocoso de las pendientes ¿Cuanto tiempo estuvimos viajando? Miré detrás de mí para poder divisar la ciudad a la distancia.  

- Wow... Estamos algo lejos ¿no?  - él asintió con una leve sonrisa. - Y-Y está anocheciendo... -volvió a asentir. - ¿D-Dónde piensas que nos quedaremos a pasar la noche? - él rió ante el tono de mi voz.

- Ahí... -detuvo el auto y señaló una pendiente rocosa a la intemperie. Lo miré con los ojos abiertos.

- ¿¡Qué!? - se carcajeó poniendo el auto en marcha nuevamente. - ¡James! -hice pucheros a lo que él se detuvo frente a un hotel. - wut.... -miré el establecimiento algo incrédula por la ubicación.

- Tranquila bonita... -me besó dulcemente. - Quiero lo mejor para ti... -acarició mi mejilla juntando nuestras narices, sonreí enternecida, se separó para meter el coche en el estacionamiento, salimos y entramos a la recepción, realmente cautivada por la decoración rústica-moderna que quedaba perfecta con la vista de allá afuera.

- Buenas tardes... -James cordial, sonrió ampliamente ante la chica bajita tras el mostrador, la cual se sonrojó y bajó la mirada.

- A-Ah, sí... B-Buenas t-tardes, b-bienvenidos sean... -ella sonrió tartamudeante, sonreí levemente, empezando a caminar alrededor observando los detalles. 

- Quiero una habitación. -ella empezó a teclear cosas rápidamente en su ordenador.

- ¿T-Tiempo de estadía? -James sonrió antes de responder. 

- Tres días. -lo miré fijamente con la boca entre abierta, él se giró a guiñarme un ojo a lo que me sonrojé y miré a otro lado.

- De acuerdo. -tecleó un poco, preguntó los datos de James para luego darle un recibo y las llaves. - Que disfrute su estadía. -calmó un poco su nerviosismo al verme. James me agarró de la mano y me llevó hasta el ascensor, entramos y seleccionó el 3er piso. 

- ¿T-Tres días?.... -él sonrió encerrándome en sus brazos. 

- Perdón por no decirte... -cerró los ojos. - Tampoco lo tenía planeado... -suspiré llenándome con su calor.

- Bueno.. Le avisaré a mi madre.... -me separé para sacar mi teléfono y mandar un mensaje, mientras escribía, James me abraza por la espalda, pegándose lo suficiente a mi como para sentir una erección. Abrí los ojos poniéndome tensa. - E-Eh... 

- Lo siento... Tampoco tenía eso planeado... -hice una mueca entre risa y vergüenza, a lo que solo decidí suspirar intentando seguir escribiendo, James posó su barbilla en mi hombro observando lo que escribía, cuando terminé me apretó un poco más, a lo que jadeé.

- ¿J-James? -mordió levemente mi cuello a lo que gemí.

- ¿Podemos tomar un baño juntos? 

- ¿e-eh? -parpadeé unas veces, el rió levemente.

- Toma un baño conmigo... -posó sus labios detrás de mi oreja. - En la bañera... -mordí mi labio tirando mi cabeza hacía atrás recostándola en su hombro, él dejó un beso en mis labios. - ¿Quieres? -sonreí tontamente.

- Me encantaría... -las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a un niño como de doce, que nos observó neutral para luego sonreí con perversión. -E-Ehmg... -me separé de James nerviosa, este caminó tras de mi fuera del ascensor, caminamos por el pasillo hasta llegar a nuestro cuarto. James abrió para abrirme el paso, entré con una sonrisita, el cuarto era igual de hermoso que la recepción, respiré hondo escuchando la puerta cerrarse y luego que James volviera a abrazarme por la espalda. 

- ¿Quieres el agua fría o caliente? -no respondí a su pregunta ya que, se había dedicado a retirar mi camiseta, bajó un tirante y luego el otro, bajándola lentamente. - Bueno... Si está fría no importa.... -dejó la blusa en mis caderas para luego posar sus grandes manos en mi cintura desnuda erizando mi piel. - Por que la calentaremos de igual manera... -me sonrojé aún más ante sus palabras.

- A-Ahmg... J-James... -él hizo un sonido de estarme escuchando, agarró mi pantalón soltando el botón y bajando el cierre lentamente, mi respiración se descontroló a lo que me recosté de su cuerpo. - A-Ahgm... -cerré los ojos disfrutando su tacto. 

- ¿No te molesta si no dormimos esta noche? -exhaló en mi nuca a lo que me recorrió un escalofrío en la espalda.

- ¿Pensabas dormir? - me giré a mirar sus ojos avellana juguetona, el sonrió para seguido besar mis labios con pasión.



Una Cancion de Amor (James Maslow y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora