Pasábamos días agradables, lo que más me gustaba de mitch era que era un chico sencillo, yo era un niño de 16 años y el era un chico de 19 sin empleo, no teníamos dinero como para salir a comer y tener citas amorosas así que íbamos a la playa con solo el dinero del pasaje, recuerdo claramente que ese día un chico le pidió su número por medio de otra chica, y el se lo dio, yo me hice el que no sabía nada y me quedé callado, pero cuando se fue el otro chico me volví loco, le reclamé que por que le había dado el número a un desconocido, que era un abusador le partió el teléfono o y el chip, apenas estaba comenzando mi locura, mi mamá nos estaba aceptando en la casa así que tenía que disimular mis peleas con el, llegamos y nos acostamos, me pidió perdón y me lloro durante mucho rato y accedí a perdonarlo.
Estaba muy molesto y me dijo:
-quiero que me cojas!!
Yo nunca en mi vida había penetrado a alguien tenía miedo y vergüenza de hacerlo no sabía qué hacer ni como hacer, pero si había algo en lo que yo tenía experiencia era en que cojieran a mi así que de la forma en que a mi me gustaba que me lo hicieran lo haría yo también para satisfacer a mi pareja.
Lo primero que hice fue chupar su culo, lo tenía bonito, redondito, limpio, le pase la lengua por el al rededor de su ano y comencé a meter un dedo mientras seguí pasando mi lengua y besando sus nalgas, podía ver su cara de placer. Fui dilatando su hermosos culo con otro dedo más, y besando su cuello, cada vez que besaba su nuca levantaba su culo ( ahora podía entender por qué me besaban tanto el cuello) mi pene estaba que reventaba, lo puse en cuatro (procision de perrito) y comencé a penetrarlo, se sentía algo caliente era muy rico nada que ver con la masturbación, apreté sus nalgas con fuerza mientras le daba duro, subí mi mano y la baje de golpe, estaba azotandole su culo, le di una nalgada tan fuerte que sus nalgas blancas se volvieron rojas, podía sentir el poder que tenía, estaba muy equivocado pensando que haciendo sexo oral tenía el poder apenas me daba cuenta que penetrar a otro hombre me hacía sentir más poderoso, me gustó azotar su culo y seguí azotandole, mitch solo me decía entre palabras y jadeos dame más duro, eso me emociono mucho le daba más duro las nalgadas mi pene entraba y salía con fuerza de su culo, el no aguantaba más y sin masturbarse tubo su eyaculación, mientras el acababa sentía que su culo apretaba mi pene y decidí darle más duro hasta que un chorro de leche caliente salió y la deposite dentro de él.
Cuando saque mi pene me di cuenta que yo era virgen, acababa de perder mi virginidad por delante pues tenía el frenillo del glande roto, era jodidamente doloroso, pero bien que lo disfrute.
Era el comienzo de muchas veces, pero mi peor pesadilla poco a poco se acercaba.
Continua leyendo esta historia, déjame saber qué te gusta con una estrellita y comentarios... Gracias
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Sexoadicto!!!!!
Teen FictionUna sola historia, muchos chicos que contar, mucho sexo, mucho dolor y sufrimiento a nivel de sentimientos.