Capítulo 2

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Después de quién sabe cuántas horas baje del avión y me dirigí a la banda para agarrar mi maleta , cuando la vi la baje como pude ya que enserio no podía cargar nada y fui a donde según mi madre iba a pasar un carro por mi.

-usted es la señorita Samantha Anderson?-preguntó un señor de mediana edad

-si

-muy bien, puede subir al carro por favor- y me quito mi maleta y yo me subí al carro y cerré la puerta.

-¿a donde me lleva?-pregunté

-al campamento

-¿ya ha estado ahí?

-si, a mí me toca llevar a los jóvenes como tú-dijo el señor, después de un rato el señor me preguntó.

-si no es una falta de respeto,¿porque entro al campamento?

-me obligaron

¿pero cuál es su problema?

Ni siquiera yo lo sé muy bien, simplemente ya no me importa nada-dije

¿Porque es eso señorita ?

Simplemente creo que ya no podré hacer lo que me gusta

Eso es una lástima señorita, espero que se mejore

Gracias, disculpe como se llama?-pregunté

Dígame Benson por favor

Muy bien -me quede dormida el resto del viaje hasta que alguien me despertó

Ya llegamos señorita

Dígame Samantha por favor

Muy bien-me baje del carro y Benson bajo mi maleta y me la dio

Hasta luego Samantha

Hasta luego-después él se subió al carro y se fue dejándome en este lugar.

La verdad parecía un lugar muy acogedor, era como una cabaña pero muy grande y literalmente estaba en una zona poco habitada, a lo lejos pude ver un lago, subí las escaleras con dificultad gracias al peso de mi maleta, la verdad es que si podía caminar muy bien hasta el punto de parecer que no tengo nada pero a veces dolía un poco, toque el timbre de la casa y me abrió una señora que parecía muy amigable.

-hola bienvenida al campamento tú debes ser Samantha, verdad?

-si- contesté, me abrazó algo que fue súper extraño

-encantada de tenerte aquí, espero te guste, pasa por favor - entré al lugar el cual si era bonito, con muebles color caoba y macetas con flores.- estás en tu casa Samantha

-dígame Sam por favor-dije

-oh claro cariño, los demás llegarán en un rato-dijo la señora, el pensar tener que convivir con gente me ponía de mal humor, si era malísima para socializar en este momento lo soy más

-¿cuántos somos? -pregunté

-contigo son 16-dijo la señora dirigiéndose a lo que parecía la cocina

-tantos? -dije

-si , por el momento , ¿quieres algo de comer?-preguntó la señora sacando algo del refrigerador

-no gracias, disculpe cuál es su nombre?

-oh pero que tonta, no me presenté soy Mary querida, tu madre me dijo que tenías ciertos problemas con la comida- Dios mío que más le dijo, a qué horas me bañaba?

Bailar lo es todoWhere stories live. Discover now