Pasión.

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Me encontraba a un lado tuyo en la cama. No hacía nada más que observarte atentamente, veía cómo tus ojos le prestaban atención a un punto inexistente del techo, y cómo tus dedos se movían inquietos sobre tu pecho.

¿Puedo hacer algo, amor?– Cuestioné llamando de inmediato tu atención.

Claro, cariño.– Respondiste suavemente con una sonrisa.

Me senté sobre la cama, para luego sentarme en tus caderas, dejando mis piernas a tus costados. Mi mirabas de manera divertida y tierna, y yo sólo me dediqué a sacarte la lengua y molestarte; me gustaba hacerte reír. Amaba tu risa, amaba tu sonrisa.

Decidiste sentarte, yo continuaba sobre tus caderas, llevaste tus manos a mi espalda y la recorriste con cariño, como siempre.

Eres hermosa, ¿lo sabías?– Tu dulce aliento golpeó contra mi rostro, simplemente sonreí.
Amaba ese lado tierno tuyo que solo yo conocía.

Decidí levantarme, me bajé de tu cuerpo para luego ponerme de pie frente a la cama.

Ven.– Tomé tus grandes manos y halé de ellas para ponerte de pie.–Cierra un momento los ojos, cariño.– Te sonreí dulcemente y completaste lo pedido.

Retiré mi ropa, quedando únicamente en mis prendas íntimas.
Tus manos estaban entre las mías, decidí jugar un poco con ellas. Paseé tus manos por algunas partes de mi cuerpo, empezando por mi cuello, bajando a mis clavículas y luego a mis pechos. Ahí las dejé un momento, tu respiración era pausada, y tu cuerpo temblaba.
Bajé un poco más, llegando a mi cintura, posteriormente bajé a mis caderas, llevé tus manos a mi trasero, las dejé ahí un breve momento, y pude notar como tu cuerpo empezaba a reaccionar.

Llevé tu mano derecha a mi espalda baja, y la izquierda, a mi sexo.

Tu respiración se cortó por un instante, yo simplemente sonreí con algo de malicia.

Te senté nuevamente en la cama, retiré el resto de ropa y me posicioné sobre tus piernas. Te besé con toda la pasión con la que me fue posible hacerlo, llevé tus manos nuevamente a mi trasero, quería que me tocaras, necesita que lo hicieras.

Quité tu playera, necesitaba sentir tu piel contra la mía, retiré tus pantalones y tu bóxer de un solo jalón y me monté nuevamente en tus piernas, podía sentir tu erección bajo mi sexo.

Te necesito.– Susurré en tu oído. Levantaste mis caderas, acomodaste tu miembro y me bajaste lentamente, pude sentirte completamente dentro, mientras mis uñas se enterraban fuertemente en tu espalda.

One Purple Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora