Jungkook y tú sois amigos de la infancia. Siempre os habéis llevado muy bien. Bueno, no. Todo cambió al entrar al instituto. Lo típico.
Es guapo, y todo el mundo le adora. Es conocido por el mote de 'Golden', ya que es bueno en todo lo que hace ( eso demuestra el hecho de que sea capitán del equipo de beisbol) , a excepción de la música.
Es lo único en lo que es malo, y tú no. Aunque hoy en día eso poco importa.
Os habéis ido distanciando poco a poco hasta quedaros como los conocidos capitanes: el del equipo ya mencionado, y tú el de la banda de música.
Lo que no sabéis el uno del otro, es que los dos sentís lo mismo. Y el destino está a punto de obrar a vuestro favor.
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Hoy, siete de la tarde. Final del Campeonato entre Institutos de Beisbol. Te desatas el último botón de la camisa del traje. Te da igual si después te regañan por ello, pero te estabas asfixiando. Te miras en el espejo por última vez. Botines con poco tacón negros , impecables pantalones negros de traje y una camisa perfectamente ajustada a tu cuerpo. Por último tu pelo. Está demasiado impoluto. Lo revuelves un poco con tus manos.
Alguien te llama, ya que estáis a punto de salir al campo para tocar un par de canciones para las animadoras, y dar la bienvenida a los jugadores al campo. Se palpa la tensión en el aire. Si vuestro equipo gana, sería el primer triunfo en el campeonato del instituto.
Coges tu instrumento y rellenas tu hueco de capitana (que era una tontería, ya que todo lo hacia el profesor de música, y no tú), y les animas a todos antes de salir al campo.
Las gradas están llenas de jóvenes y padres animando y aplaudiendo.
Al acabar con la función de animadoras y vuestras canciones, os sentáis en las primeras gradas, para ver la entrada de los jugadores y por supuesto, el partido.
Los jugadores entrar entre aplausos, gritos y halagos. Dan comienzo al partido.
Strike. Aire. Cambio. Homerun. Falta...
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El partido está a punto de terminar. Lo único que necesita el equipo es el oponente falle los 3 strikes.
Jungkook ha tomado el puesto de pitcher. Esta nervioso, y se le nota. Se humedece los labios, y dirige su mirada hacia la gradas, como si estuviese buscando a alguien. No le encuentra, así que prosigue a lanzar la primera bola.
Gracias a la fuerza con la que ha tirado, el bateador no ha conseguido darle a la pelota, consiguiendo así, un strike.
Pero todavía no cantamos victoria, quedan dos bolas por jugar.
Respira fuerte de nuevo, y mueve los hombros para relajarlos. Se prepara para tirar la siguiente bola.
Strike.
Suspiras de alivio. Solo queda el último. La tensión se palpa en el aire.
-Vamos Jungkook, tú puedes hacerlo...-susurras.
Él mira al cielo, y se prepara para su última bola.
Cierras los ojos, pidiéndole a quien fuese, que el oponente fallase el tiro. Fueron los 20 segundos más largos de tu vida, hasta que oíste a la gente gritando a pleno pulmón abrazándose unos a otros, como tú lo hacías con la chica de al lado.
¡Habíais ganado! No puedes parar de sonreír, y ves como la gente empieza a invadir el campo.
Jungkook está por los aires. Le miras sonriendo. En ese momento él repara en ti, y te sonríe como nunca.