Capítulo 1.

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Había perdido todo el aire que quedaba en mis pulmones. Ya era la segunda vez que perdía el autobús y tuve que ir de nuevo a pie hasta el instituto. Me puse los auriculares y mi playlist de canciones lentas.

Llevaba noches sin dormir, varias a decir verdad, no eran las mismas pesadillas de siempre, esta vez eran diferentes e involucraban a mi familia sin entender por qué. Yo corría cargada por mi padre y mi madre iba delante, nos escondemos en una cabaña cerca de nuestra antigua casa y mi padre nos ordenó no salir pase lo que pase. Eso hicimos, yo estaba asustada y mamá agarraba fuerte mis manos y de repente se escucha un ruido fuerte, como si de un trueno se tratara y es ahí cuando me levanto.

— Mira por dónde vas. —Escucho una voz y me sobresalto.

Un chico alto con el pelo alborotado me mira fijamente mientras exhala el humo de su cigarro.

— ¿Y bien? —Dice levantando las cejas.

— Ha sido sin querer, no esperes que te pida perdón de rodillas. —Miré mi móvil y vi la hora.

Efectivamente ya había perdido mi primera clase y por mucho que corriera no me iban a dejar entrar, aparté al idiota al que había dado sin querer y seguí mi camino. Dijo algo antes de que me colocara los auriculares, pero no entendí muy bien el qué, así que seguí mi camino. Llegué unos minutos antes de la segunda clase, así que fui a por los libros a mi taquilla y sentí como dos manos me agarraban los pechos. Me di la vuelta rápidamente para darle una buena bofetada a la persona que había echo eso hasta que vi la cara de la idiota de mi mejor amiga.

—No vayas a golpearme por que si no te morderé el pelo. —Dijo en postura defensiva de boxeo.

— Entonces no me des motivos para hacerlo. —Puse los ojos en blanco y ella sonrió.

— Oye, no llegaste a la primera clase, así que te pondré al día de los cotilleos que te has perdido.

Megan tomó mi brazo y caminamos hacia nuestra aula correspondiente de lengua. Al parecer iba a entrar un chico nuevo que había sido expulsado de su antiguo centro por pelearse con otro chico y no es su primera expulsión por lo que contaba mi amiga del alma.

—Vi sus fotos en Instagram y es muy guapo. —Me guiñó el ojo y resoplé— . Igual te consigo un novio para el día del baile.

Se sentó en sus sitio y le saqué el dedo corazón. Ella me sacó la lengua y se dio la vuelta sin ver mis ojos ponerse en blanco. El profesor Samuels entró en el aula con su estúpida sonrisa de siempre, era uno de mis profesores favoritos, pero me sacaba mucho de quicio con sus contestaciones sarcásticas.

— Buenos días, clase. — Dijo con una gran sonrisa— . Hoy voy a presentar a un nuevo alumno que...

Tarde, el chico ya había entrado en el aula sin pedir permiso dejando al profesor con la palabra en la boca y una cara de tonto.

— Que me ha interrumpido y al parecer ya tiene un sitio. Bueno, puede venir aquí y presentarse o puedo mandarlo a dirección el primer día.

Reí y el chico que se había sentado a mi lado se levantó resoplando hasta llegar a la pizarra.

— Mi nombre es Aston y eso es lo único que tienen que saber.— Dijo el tal Aston antes de volverse a su sitio.

Lo observé más de cerca y caí en que había sido el mismo idiota que se había chocado antes conmigo, bueno, yo lo choqué a él. Pero es igual. El caso es que me quedé más tiempo de lo normal observándolo ya que me miró y dijo:

— Se te está cayendo la baba, ricitos. — Dijo y se rio sin gana de mi.

— Será por que tengo hambre, no por ti. — Puse los ojos en blanco.

Me distraje completamente y el profesor nos miró al nuevo y a mi, nos regañó y siguió con la clase hasta que sonó el timbre y alguien chocó contra mi haciendo que tirara los libros que tenía en la mesa. Me di la vuelta y volví a encontrarme con Aston.

— Ha sido sin querer, no esperes que te pida perdón de rodillas. —Dijo repitiendo mis palabras acompañadas de una sonrisa.

Iba a responderle, pero me dejó con la palabra en la boca. Salí del aula a toda prisa hasta mi taquilla y Megan se me apareció otra vez.

— ¿Has visto que guapo es? — Dijo mi mejor amiga con los ojos brillantes.

— No, no lo es y encima es odioso y un completo idiota integral. No quiero volver a cruzármelo y para colmo está con nosotros en lengua y educación física. Va arruinar mi asignatura favorita con sus tonterías de niño engreído y va a hacer que el curso sea imposible. —Tome aire.

Megan se quedó impresionada de todo lo que dije, así que le expliqué todo lo que había sucedido desde esta mañana hasta cuando sonó el timbre de clase. Ella comentó cada frase que terminaba, pero su opinión seguía siendo que Aston era un chico guapo y rudo que por cosas del destino ha entrado en mi vida de esa forma tan brusca. A ese estúpido comentario hice oídos sordos, pero aun así se ganó un tirón de pelos.

— Voy a saltarme las horas restantes, anoche no dormí nada. Así que me iré a la biblioteca a estudiar.

Informé a mi amiga todo lo que iba a hacer hoy, ella asintió y dijo que después de terminar las clases a eso de las ocho y media pasaría por casa para darme los apuntes de las horas que iba a perder.


Eran las nueve y media, papá y mamá habían invitado a la familia que se había mudado a la casa de enfrente a cenar y yo ya estaba lista. Resulta que Megan tenía entrenamiento y no pudo venir, así que tendría que saltarme la primera hora de mañana para rellenar los apuntes de hoy. Por suerte la primera hora es de lengua y no tendré que ver a Aston ni al profesor Samuels.

— Kendra. -Me llamó mi madre y me asusté— . Ya están aquí y tienen un hijo de tu edad, vamos a cenar ya.

No era la chica más lista del planeta, ni siquiera era la chica más lista de esa habitación. Pero familia nueva, más hijo único era igual a Aston y el destino riéndose de mi. Bajé las escaleras con miedo y... Efectivamente, allí estaba el idiota creído mirándome con la misma cara de desprecio que yo a él.

—Un placer conocerte, vecina. — Dijo el muy idiota sonriendo.

Le regalé una sonrisa falsa y le estreché la mano por dos segundos, literalmente contados. La noche prometía.


Aston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora