Marshal decidió alejarse un tiempo después de que me negara a sus pretensiones, a pesar de que las cosas no nos marchen del todo bien a Beltran y a mi, siento un cariño sincero hacia el y no estoy lista para terminar con esa relación, y aunque fuera así, no podría dejarle y salir corriendo a los brazos de alguien que a penas conozco.
Estoy por teminar la secundaria, mi mejor amiga y yo intentamos buscar colegios que nos permitiera seguir estudiando juntas pues, yo había decidido cursar un bachillerato y ella algo "mas formal", pero no tuvimos suerte y tuvimos que elegir distintos caminos, Lily siempre ha sido precisa con las decisiones que toma y no se le dificulto tanto encontrar uno que le convenciera lo suficiente, en cuanto a mi, me tomo al menos 5 colegios mas que a ella, pero lo encontré y así como ese colegio se presento ante mi como el indicado, junto con el llego Franco, un chico alto de pelo alborotado negro como el carbón, ojos miel y su tez perfectamente blanca, bastante torpe para mi gusto pero demasiado cautivador para resistirse. Mi segundo huracán tenia nombre y las intenciones mas tentadoras...
Era el primer día de bachillerato, y Franco decidió sentarse junto a mi, vi como de reojo me escaneaba de pies a cabeza y constantemente volteaba a ver mis apuntes, al principio lo creí un poco intenso, después de un rato supe la verdadera razón: <<Era un Tonto>>
-Hey, tu... emm me prestas tu lápiz- Escuche su voz dirigiéndola hacia mi, tome mi lápiz y lo puse en su mano sonriendo le amigable, era el primer día y ya era bastante malo ser la nueva.
-Genial, gracias pequeña- sentí mis mejillas arder
-¿Pequeña dices?- el aún sonreía, hasta que vio mi expresión
-No te ofendas no lo dije con mal sentido. Que intensa- No pude evitar reír ante su comentario, aunque estoy casi segura de que sonó a sarcasmoEn el receso una chica de mi clase me invito a juntarme con ella y unas amigas, y así es como conocí a Graciela.
Graciela era una chica bastante cautivadora, tenia el cabello rizado en un perfecto dorado, unos ojos grandes que le combinaban a la perfección con el cabello, su tez era blanca como el papel y aunque se le mercaban las ojeras no dejaba de ser guapa, su carácter te hacia quererla inmediatamente, estar con ella era bastante agradable y nos hicimos amigas rápidamente.Graciela conoció a Franco tiempo atrás, lo cual supe al tercer día de clases cuando al saludarse se dieron un amplio abrazo, y ella decidió contarme su historia en un momento de chicas.
-Le gustas- Me dijo mientras veíamos a los chicos jugar futbol. -se nota a kilómetros que le gustas Ana- Volvió a decir con la sonrisa fija de oreja a oreja, se veía triunfante, como si hubiera esperado siglos por ese momento.
- Graze, tengo novio ¿recuerdas?-
-vamos Ana, Beltran parece un lindo chico pero no están bien, y no puedes aferrarte a alguien solo por la simple y sencilla razón que se prometieron amor eterno a los tres días de conocerse, lo cual sabes que es patético.- Graze no ha tenido ninguna relación seria en su vida, y jura que es la mejor decisión que cualquiera puede tomar.
-Franco y yo nos llevamos bastante bien, y puedes llegar a confundir el sentirte a gusto con una persona y estar enamorada de ella Graze, es simple, nos sentimos bien juntos, no es amor.
-Ana por Dios, estas escuchando lo que dices, te dije "le gustas" nunca mencione al amor, ¿ves cual es tu problema?, todo tiene que llevar un sentimiento de por medio.Graze y yo decidimos ponerle atención al partido, sabíamos que no llegariamos a un acuerdo, pero debo admitir que ella tenía razón en una cosa, todo tiene que llevar un sentimiento para mi. Ese día los chicos de nuestro salón ganaron con un marcador cinco a cuatro, y Franco anoto el gol ganador, quien lo diría puesto que es el peor en el equipo, quien sabe quizá era el destino que le ayudo un poco porque al celebrar ese gol apunto con sus dedos a mi posición, con la sonrisa más bonita... Quizá podría dejar a este huracán arrazar con mi inestabilidad.
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Quedate en Domingo
RomanceEs veinticinco de julio del año dos mil seis y estoy enamorada de alguien... aunque aún no se de quien. En las novelas románticas siempre escuchamos la versión de la chica que sufre por conseguir al amor de su vida y siempre está la mala del cuento...