He llamado a Graze por al menos cinco veces y su tono da ocupado, Dios donde esta metida cuando la necesito. No dejo de caminar por mi habitación mientras el séptimo intento de comunicarme con Graze va en su tercer tono.
-Dime que sigues viva- Dice Graze apresurada al contestar el teléfono.
-Dios Graze ¿dónde estabas metida?
Escucho como Graze se sonríe hasta que finalmente dice adivinando mis palabras -¿Lo has besado cierto?- Graze es buena con esto de las charlas o realmente soy predecible.
-Lo he besado Graze y ha sido fantástico, ¿Porqué tuvo que ser fantástico?- mi tono pasa de desesperado a enfurecido.
-Oye Anne tranquila, es un beso, además ¿qué hay de malo en que sea bueno?
- No lo sé, tal vez un chico alto de tez morena llamado Beltran con el que llevo saliendo casi año y medio, ¿acaso te suena?
- vamoos Anne, ya deja a ese chico por la paz de ambos, todos sabemos que ustedes dos no congenian, además, si lo quisieras como dices besar a Franco no te hubiera resultado tan "fantástico"- la imagine rodando los ojos como de costumbre, tenía un nudo en el estomago el cuál no sabía si era de la emoción o de la culpa.-Mira Anne, creo que debes apagar a tu corazón un momento y pensar realmente que quieres, porque aunque estoy casi segura de que no es Beltran, necesitas darte cuenta tu misma de como están las cosas entre ustedes, hace tiempo que buscas excusas para dejarle, bueno se te acaba de presentar una ¿qué mas quieres?- El tono de Graze se volvió serio, y mas que un consejo lo sentí como un regaño.
Después de ese catorce de abril, el día de nuestro beso con Franco, las cosas se complicaron, Franco asumía que Beltran y yo no nos veíamos más y Beltran pensaba que Franco era solo un buen amigo, y el dilema en mi interior crecía todo el tiempo, estaba jugando con dos chicos y aunque sabía que no era correcto se me hizo mas sencillo mentir un poco más.
Beltran y yo rompimos tres semanas después de aquel día en el que Franco y yo nos besamos, la razón; Beltran había sobrepasado el límite de mi amplia tolerancia. Debo confesar que dejarlo causo un gran alivio a mi alma y consciencia puesto que, aún cuando Franco y yo no teníamos una relación de novios, si teníamos algo mas que una simple amistad, en los siguientes días me convencí que solo era un mal paso y que no se volvería a repetir, las cosas podían marchar bien.
Si, podían, pero no fue así...
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Quedate en Domingo
RomanceEs veinticinco de julio del año dos mil seis y estoy enamorada de alguien... aunque aún no se de quien. En las novelas románticas siempre escuchamos la versión de la chica que sufre por conseguir al amor de su vida y siempre está la mala del cuento...