Me siento magnánima

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 Subió a la colina más alta y derramó el contenido de un viejo odre, siguiendo un ritual prohibido alusivo a una historia tabú, sobre el "llamado del demonio", que una vez su padre, el Jefe Cherokee, le había contado como una historia de miedo, mostrándole un odre invocador. Ella esperó con fe ciega... hasta que los demonios aparecieron.

―¡Quiero ser una de ustedes! ―Fue lo único que dijo.

Unas semanas después, seis jinetes indios llevaban a una mujer amordazada y amarrada a una cuerda; de pronto, se escucharon varios disparos, los jinetes cayeron heridos, pero no de muerte; mientras ellos se arrastraban, el líder de los vaqueros miró enajenadamente a la mujer, con el cañón de su escopeta Winchester, le quitó la mordaza para intimidarla, entonces ella habló:

―Me siento magnánima...

Ésta, era su frase, una que solía clamar después de torturar y beber la sangre de sus víctimas: los Cherokee; los enemigos acérrimos de todo vaquero visionario en expansión. Eran una peste que debía ser erradicada.

El líder sorprendido, miró con horror a la mujer y a los indios transformarse en bestias, totalmente inmunes a las balas. Fue la primera vez que los vampiros encontraron a un mortal enemigo.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2017 ⏰

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