POV ANASTASIA
Abro los ojos muy lentamente. Me duele todo y siendo sincera me acuerdo básicamente de lo que ocurrió siendo humana. Aún recuerdo el olor de ese ser y me dan ganas de vomitar. Era nauseabundo. Levanto la tapa de la cama y al sentarme, me sorprendo al ver a Cristian con algunos papeles en la mano, sentado en el suelo.
-hola- digo en un susurro.
-hola- dice y me mira. Puedo ver que está agotado. El también lucho anoche, aunque no lo puedo asegurar.
-estas agotado. Deberías descansar un poco- digo mientras me acerco a él. Suspira y deja los papeles a un lado y apoya su cabeza en la muralla.
-no me he sentido muy bien, que digamos- dice y su voz se escucha ronca.
-si quiere sangre, le puedo dar- digo.
-¿Por qué siempre piensas que necesito sangre de ti? Tengo suficiente sangre en la maldita nevera como para saciar el hambre de 300 vampiros. No te necesito- gruño.
-¿Por qué esta de tan mal genio?- digo cuando retrocedo hasta chocar con la cama.
-porque anoche estuviste en peligro. Luna estuvo en peligro. Todos estuvimos en peligro. Si no es por ti y tus... habilidades, todos estaríamos muertos- dice con rabia y desprecio.
-¿te sientes así porque les salve la vida? ¿Es eso?- digo sentándome en la cama de golpe.
-no... si... no sé. La situación de anoche me demostró que no puedo cuidar de nadie, ni de mí mismo. Mi abuelo se equivocó al escogerme como tu protector. No sirvo- dice y veo que su cuerpo esta tenso.
-quizás lo que tu abuelo no quería eso, sino más bien que quería que trabajáramos juntos. Es cierto que yo no puedo controlar a mi otro yo pero se, que juntos podremos defendernos. Eso, es lo que pienso que quería tu abuelo. Estar solo y luchar solo no es lo mismo, que tener a alguien contigo. Quizás, eso es lo que debes entender. Ya no estás solo Cristian. Estamos Luna y yo- digo mientras entro al baño.
No me interesa que este de mal humor. Solo me interesa que entienda que no está solo y que debe comenzar a confiar en los demás. Aunque solo seamos 2 personas. Por Dios, Luna ha estado con él por muchos años y nunca le ha dado las gracias. Es un idiota y un estúpido vampiro ciego y egocéntrico. Él no puede con esto solo, él debe comenzar a pedir ayuda.
Me visto con algo sencillo y cuando salgo ya no está. ¿Cómo alguien puede ser tan testarudo? Salgo de la habitación y busco a Luna, que está en la cocina muy nerviosa.
-¿Qué ocurre?- digo. Ella me mira y veo que niega pero sus ojos están cristalizados. Ella respira pesadamente y luego me abraza. Al no medir su fuerza, quedamos estampada en la muralla. Creo que me tendré que acostumbrar a este tipo de cariño.
-oh, mi niña. No sé cómo agradecértelo. Me has salvado la vida. Pensé... pensé que esa cosa me haría daño pero luego... vi fuego y tus manos estaban prendidas. Nunca imagine que una humana me salvaría- dice mientras me abraza.
-Luna, no hice nada que alguien no hubiera hecho. Te estimo mucho, me has ayudado en aprender y te has tomado el tiempo para ayudarme. Eso no tengo con que agradecértelo- digo. Ella se ríe y me suelta. El dolor irradia en mi espalda y me quejo.
-Oh Dios, Oh Dios, soy tan bruta. Lo siento, fue la emoción del momento. Anda, toma asiento, que enseguida te hago algo de comer- dice y comienza a mover cosas.
-no hay problema. Tranquila. Una consulta, ¿Cómo puedo conservar un poco de sangre a temperatura ambiente, sin que pierda sus cualidades?- digo.
-bueno... no está comprobado pero dicen que el vidrio ayuda a que se mantenga fría. Habría que pedir un anticoagulante para que dure un poco más. ¿Por qué lo preguntas?-
ESTÁS LEYENDO
Llamado de la sangre: Cristian y Anastasia
VampireUn mundo destruido por la ambición de unos pocos. Una distribución que discrimina a la gente por su sangre. Una única cuidad en pie después de la guerra entre humanos y los seres de la noche. Una sociedad que se encuentra divida en 4 grupos. El enc...