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Spencer

Veinte días...

Veinte días han pasado desde la muerte de mi madre, y hoy, iré a vivir a casa de mi padre, quien hace una semana me entere que está casado, tiene otra familia, y mi mamá lo sabía.

¿Que si me duele?

Bastante

No sé quienes son, no los conozco, no me apetece conocerles, me da igual su existencia, yo solo quiero un abrazo de mi mamá, que me despierte gritando con sus pantalones de algodón y su suéter color beige, solo quiero a mi mamá.

Ring

Se escucha el timbre en la planta baja y yo salgo de la habitación de mi madre donde había estado durmiendo estos días.

Al bajar las escaleras miro todo él lugar, se siente frío, vacío y sin vida, mis maletas ya estaban abajo así que solo me dedique a bajar las escaleras, que parecían eternas.

Al abrir la puerta estaba Richard Food, en su máximo esplendor, detrás de él estaba un lujoso auto color blanco, el cual brillaba como la más costosa perla.

Me da nauseas el solo pensar la clase de persona que lo conduce.

Lo ignoro y simplemente dedico a llevar mi depresión al auto. Mientras me acerco, Richard baja del asiento del conductor me sonríe y me abre la puerta del copiloto.

-Hola Spens- dice con la voz ronca que no escuchaba hace más de un mes.

-Hola Richard

Y fue lo único que dije en todo él trayecto, salimos totalmente de donde yo vivía, estábamos en la zona alta de Barcelona. Pedralbes para ser exacta, esculturas de todo tipo, él césped parecía falso, todo parecía tan fuera de lugar para mi.

Pasamos por unas universidades ¿QUE MIERDA? ¿NO ES UN VECINDARIO COMO CUALQUIER OTRO O QUE?, dos clubes, tenis y Polo.

Okey Spens, respira, todo está bien, todo está bien.

-Em ¿Richard?

-¿Si Spens?- dijo mirando de reojo por un segundo y luego mirando el camino reduciendo la velocidad.

-¿Que es todo esto?, la verdad no entiendo nada, si, sé que tienes tu familia y todo eso, pero, ¿Que estamos haciendo aquí?- dije rápidamente al borde de la locura.

-Hay muchas cosas que no sabes de mi Spencer, pero te prometo que ya no más mentiras- dijo aparcando en una casa blanca enorme.

Okay, mi primera reacción

-Que puta casa tan enorme- dije estupefacta

-Ese vocabulario cariño -dijo Richard riñendome por la palabra

De la casa salió una mujer con una figura de muerte, deduje que era la esposa de mi padre.

Salí del auto antes de que Richard se las diera de caballero otra vez y al bajar la mujer de identidad desconocida me sonrío, yo solo me dediqué a bajar mi equipaje del vehículo.

Esto es muy estúpido

-Cariño - dijo la mujer que para ser franca tenía una voz muy dulce que me recordó a mi madre.

-Emma amor, ella es Spencer mi hija menor- dijo mi padre señalandome con la mirada - Spens, ella es Emma, mi esposa - yo le mire he intenté sonreír, intento fallido por cierto.

-Hola linda, siento mucho lo de tu madre, eres bienvenida, esta es tu casa, espero estés cómoda cuanto antes - dijo con una cálida sonrisa.

-muchas gracias Emma- le dediqué una media sonrisa y entramos a la casa.

Al entrar Richard me llevó a mi habitación la cual era muy grande y tenía de todo, hasta ropa, después de "instalarme" por así decirle bajé a la cocina para conocer a los empleados, pasé a la sala de estar donde había una puerta de cristal que daba a una alberca, observé un rato y luego me quedé paralizada al ver quienes entraron.

-¿Que hace ella aquí? - dijo Adam fulminadome con la mirada

-Lo mismo me pregunto yo- dijo Samuel, mientras que los demás solo me miraban sorprendidos.

Richard entra a la sala y nos mira a ambos (a Sam y a mi)

-Spens- todos le miramos fijo -te presento a tu hermano Samuel, Sam, ella es Spencer, tu hermana menor.

-¿QUÉ? - gritaron los chicos mientras que Sam y yo nos mirábamos estupefactos.

Enséñame A ConfiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora