Astrid
Me fui corriendo lo más rápido que pude temiendo que vinieran detrás de mí, que era lo más seguro. No lo podía creer, Hipo se hizo alió con un dragón, nos ha traicionado a los vikingos, eligió su bando. Sabía que Hipo tramaba algo; lo más seguro es que todo hayan sido trucos. Tenía que desenmascararlo.
Me giré para ver qué tan lejos venían y me sorprendí de que no hubieran vendido por mí. ¿Pero por qué? No les convenía para nada que lo echara de cabeza. Entonces se me ocurrió: si le decía a alguien cualquier cosa sobre Hipo y su dragón me tacharían de la loca que solo quiere ganar saboteando al otro, nadie me creería, ya que ahora todos alaban a Hipo. No soy tan estúpida para ir gritando por todo el pueblo que Hipo tiene un dragón. Tengo que ser más astuta. Solo sembraré la duda y mañana cuando a Hipo le toque matar un dragón y no pueda hacerlo se humillará él solo.
Hipo
Bajé un poco temeroso y maldiciendo por lo bajo porque se me había ido mi oportunidad de escapar. Me encontré a mi papá sentado en la mesa del comedor. Se giró y me dedicó una sonrisa y me hizo una señal de que me sentara.
-¿Qué pasó, papá?
-Sólo quería hablar contigo. Mañana es tu gran día, mañana te conviertes en un vikingo de verdad, y quería que supieras que estoy muy orgulloso de ti, de lo que has logrado. Verdaderamente me sorprendiste y eso me hace muy feliz. Incluso va a estar presente la familia real del Reino de Fylki.
-Hum... gracias papá-dije por lo bajo, algo culpable por no ser realmente lo que él dice-¿La familia real?
-Sí, vienen a firmar un acuerdo comercial.
-Ah, bueno. Yo... me tengo que ir a dormir.
-Claro, hijo. Da todo mañana.
Me subí a mi cuarto. Al parecer Astrid no había dicho nada, pero no creo que deje las cosas así. Ahora mi única opción era enfrentar al dragón y sabía que no lo podría matar. En la mañana tendría que pensar en algo.
Estoico
Hipo subió y cuando ya me estaba parando escuché algo deslizarse por debajo de la puerta. Me fijé y era un sobre; lo abrí y vi que decía: "Tu hijo no es quien crees. Es un traidor y un tramposo". Me quedé estupefacto un momento, ¿qué querría decir esto?, entonces me empecé a reír; claro que cualquiera con un poco de envidia querría sabotearlo. Tiré la carta al fuego y no le di importancia, aunque en la noche no evité preguntarme si era cierto.
Hipo
A la mañana siguiente me desperté super nervioso pero la buena noticia es que tenía un plan, algo al parecer estúpido, pero es lo que tenía: les mostraría a todos que los dragones no son malos y que hay que dejar de matarlos.
Con eso en mente me preparé y bajé. Mi papá ya no estaba, se había ido a preparar todo para la prueba final.
Salí y me dirigí a la arena; todo el pueblo ya estaba ahí y también la familia real de Fylki (los reconocí por sus ropas verdes). Cuando pasé, todos me deseaban buena suerte y me saludaban, excepto Astrid que solo me lanzó una mirada asesina. Me encontré a Bocón y el me encaminó a la entrada, donde tenía que esperar a que empezara. Mi papá estaba hablándole al pueblo y creo que estaba diciendo algo sobre la demencia y sobre mí, no lo sé; yo solo estaba concentrado en lo que tenía que hacer y no paraba de pensar en Chimuelo y en Astrid que estaba muy furiosa.
Entonces se abrió la reja: ya era la hora.
Entré y todo mundo aplaudía, silbaba, gritaba mi nombre, pero yo solo podía concentrarme en la Pesadilla Monstruosa que estaba a punto de salir. Tomé un escudo, me puse la mitad de la pechera de mi madre en la cabeza, y tomé un cuchillo. Entonces se abrió la puerta y la Pesadilla Monstruosa salió completamente prendida en fuego lanzándole fuego a la multitud. Ya después reparó en mí y se me puso en frente; supe que había llegado el tiempo y rogaba a los dioses que saliera bien.
-¡Tranquilo!- exclamé porque el dragón me estaba rugiendo. Puse una mano al frente y solté el cuchillo y el escudo. La multitud exclamó pero no les hice caso. Agarré el casco y lo tiré.
-No soy uno de ellos-dije fuerte. El dragón se calmó un poco.
-¡Paren la pelea!-escuché decir a mi papá con algo de enojo en su voz.
-¡NO!-exclamé. Casi tocaba al dragón- Necesito que vean esto. Ellos no son lo que creemos. No tenemos que matarlos...
-¡DIJE QUE PAREN LA PELEA!-bramó Estoico pegándole fuerte al tubo de la cerca con su martillo ocasionando que la Pesadilla Monstruosa se saliera de control y me atacara.
Grité y salí corriendo pero el dragón venía detrás de mí lanzando fuego. Vi la puerta abrirse con mi papá gritándome que saliera. Ya iba de camino cuando una de las llamaradas pasó demasiado cerca de mí haciendo que tuviera que girar alejándome de la puerta. Entonces el dragón me tiró y me retuvo con sus garras. Pensé que ya iba a terminarlo cuando de pronto se escucha algo explotar y todo se llenó de humo; el dragón de pronto se quitó de encima de mí porque algo lo había tirado. Me paré y cuando se despejó el humo vi a Chimuelo luchando contra la Pesadilla Monstruosa. ¿Cómo había llegado aquí? Se empezaron a escuchar exclamaciones del público cuando reconocían que era un Furia Nocturna. Chimuelo le ganó la batalla a la Pesadilla Monstruosa y esta salió corriendo a su jaula. El problema fue cuando todos los vikingos empezaron a bajar a la arena con sus armas dispuestos a atacar a Chimuelo.
-¡Chimuelo! Tienes que salir de aquí- le grité, tratando de empujarlo. Pero era demasiado tarde, ya lo habían empezado a atacar y él a defenderse, lanzando a algunos de los hombres. Al final mi papá fue corriendo hacia él.
-¡NO, PAPÁ!-no me hizo caso.
Chimuelo lo tiró y se preparó para tirar a matar.
-¡No, Chimuelo!-se detuvo. Pero ese instante de duda les alcanzó a los demás vikingos y a mi papá para atrapar a Chimuelo.
Traté de ir a ayudarlo pero uno de ellos me empujó y me tiró al suelo. Me iba a levantar pero mi papá vino y me retuvo; no me miró. Se llevaron a Chimuelo y mi papá me llevó al Gran Salón. Se veía hiper mega enfadado.
-Quédate aquí y más vale que tengas una buena explicación para cuando vuelva.
-Papá, yo...-pero ya había cerrado la puerta.
YOU ARE READING
Todo por los dragones
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si Hipo no hubiera detenido a Astrid cuando vio a Chimuelo? o si Hipo hubiera escapado con Chimuelo antes de que los vikingos hubieran sabido dónde estaba el nido de dragones. Hipo queda resentido con Berk, en especial con su pad...