El hada de los dientes

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El hada de los dientes, es la historia que nos contaban nuestros padres de pequeños, la historia era sencilla;,

cuando se te cae un diente, lo dejas bajo de tu almohada y en la noche, un hada vendrá y te dejará dinero. Ojala fuese de esta manera, estoy en un hospital psiquiátrico, no porque tenga problemas en mi cerebro, sino por lo que me pasó para poder olvidar todo eso.

Yo era un niño con mucha imaginación, creía en todo lo que me decían, desde duendes, fantasmas, brujas y por supuesto hadas. Cuando me hablaron del hada de los dientes por primera vez, me emocioné bastante en solo pensar en que gastaría el dinero que me dejaran como juguetes, dulces y esas cosa...

Mi mamá se separó de mi papá mucho tiempo antes pero yo creía que no había ningún resentimiento por parte de los dos. Yo tenía un hermano y mi papá tenía su custodia, como dije antes, mi papá me contó sobre el hada de los dientes y quedé muy ilusionado......

Cuando llegué a casa, le conté todo a mi mamá. Ella se quedo muy asombrada y muy asustada también. No se porque, siempre que llegaba a casa, la veía leyendo libros extraños sobre demonios, brujería o sobre pesadillas, a mi no me importaba en lo mas mínimo porque según ella, era parte de su trabajo. ¿Pero cual era su trabajo? Ni idea, nunca se lo pregunté.

Un día, mi primer diente se me cayó, yo estaba muy emocionado y fui y le conté a mi mama. Ella se quedo con una sonrisa muy extraña, primero sonrió macabramente y luego sacudió su cabeza y esta vez muy alegre.

A la semana, se me cayó otro y le conté a mi mama, sonrió muy alegre sin esa sonrisa sádica a diferencia de la última vez. Cuando me fui a dormir, me preparé el pijama y luego me lavé los dientes (incluyendo el que se me cayó). Me fui a dormir, fui a decirle buenas noches a mi mama. Me volvió a mirar con esa cara. Cuando me fui a la cama, puse el diente bajo mi almohada y me fui a dormir.

Al despertar lo primero que hice fue ver bajo mi almohada, para encontrar una nota: "Gracias por compartir, eres mi preferido" y tres dólares. Frase extraña, pero decidí ignorarla.

Ya en la escuela, a la salida, mi maestra se reunió conmigo a solas y me dijo que mis abuelos paternales habían muerto "¿Como cuando y donde?", ella nunca me lo dijo, ni cómo se enteró. Al llegar a mi casa, estaba tan triste que se me olvidó decirle a mi mama que se me había aflojado otro diente, ella tampoco menciono nada sobre mis abuelos pero con entusiasmo me preguntó sobre mi diente. Yo le dije que se me había aflojado y mostró esa sonrisa otra vez.

Ella fue al funeral de mis abuelos mientras yo me quedaba con mi tío. Cuando se durmió, por curiosidad, fui a revisar las cosas del trabajo de mi mamá que había dejado ella. Encontré una lista que venían los nombres de mis abuelos paternos, mi papa, mi hermano, mi mama y yo pero vi un nombre extraño al lado de la hoja que decía "hada de los dientes"
Cuando se me cayó el segundo diente, hice lo mismo que antes. Cuando desperté, bajo de mi almohada había 4 dolares y otra nota que decía "sigue así". Al llegar de la escuela, mi mamá cuando me dijo que mi papa y mi hermano habían muerto, yo me deprimí mucho y me fui a mi cuarto a llorar horas y horas, no tenia ningún diente flojo, a la mañana siguiente, al despertar encontré una nota que decía "APÚRATE"

Pasaron varios días y no se me había caído ningún diente. En ese lapso empezaron a aparecer varios notas con puntos suspensivos, cosa que nunca le conté a mi mamá.

Un día me fui a acostar muy temprano porque estaba muy cansado, desperté en un hospital porque tenía sangre en mi boca y sin ninguna razón, todo mi cuerpo tenía signos de pelea, me dejaron dormir en el hospital.

Me desperté esa noche con una figura antropomorfa a los pies de mi cama, parecía una mujer joven pero con una joroba hinchada de, probablemente, sangre y un gran aparato en su boca, se acercó a mi y empezó a sacarme los dientes uno por uno. Yo no se porque pero no sentía ningún dolor físico, solo tenía mucho miedo y cuando digo mucho miedo, me refiero que estaba llorando en silencio. Cuando vino la policía, llegaron muy tarde, esa cosa ya se había ido y eso es todo lo que me acuerdo.

Desde ese día nunca más me he atrevido a volver a abrir a la boca, ni siquiera para comer, temo que si la vuelvo a abrir, vuelva el hada de los dientes a quitarme otra tanda...

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