Donde quiera que estés

Capítulo 6~

Las 5:30 de la noche y alli estaba el, durmiendo como un bebe, tan adorable como siempre. La luna estaba llena, y como decia mi querido abuelo en aquellas noches frescas de verano "La luna es como uno de nosotros, guarda secretos inconfesables y nos ayuda a desconectar con solo una mirada, ella siempre estará alli, para protejerte pequeña, igual que yo" Lastima que él no siguiera con nosotros, nos dejo una fria y oscura tarde de reyes, aun recuerdo el llanto de mi abuela, y la imagen de mi madre y mi tia abrazandose destrozadas. Lo que más me molesta de todo aquello es que él no pudo ver a sus nietos crecer durante tantos años, y por eso cada vez que le recuerdo solo pienso en que tengo que disfrutar de cada momento, y ahora tenía que disfrutar de esos ojos azules como el oceano, de esa piel tan suave, esas pestañas tan enormes y rizadas, tan negras, de esa extraña mezcla entre el pelirrojo y el negro azabache, de esos labios carnosos y rosados, de esa gran sonrisa que siempre me dedicaba. No paraba de mirarle, me envolvía su rostro, no soportaba la idea de que en apenas un mes estuviera de vuelta, aunque miremos el lado bueno, después yo iría a su casa y todo sería muchísimo mejor de lo que pensábamos, allí es donde realmente cambiaron las cosas.

Cuando por fín conseguí dormirme ya eran casi las seis. Y nos despertamos a las 12:47PM

+¡Mis padres me van a matar!*le susurra al oído como sustituyendo a un buenos días*

-Gracias por despertarme, necesitaba dormir, ¿vale?

+Lo sé pero esquema ya es muy tarde venga no te hagas el remolon *le sujeto la cara y despacio le doy un ligero beso en la nariz* Venga dormilón *le dije cariñosamente*

-Esta bien, esta bien, déjame ya en paz pesada *dice dándose la vuelta y giñandome un ojo* Ya voy fea

+Eres odioso. *pego un salto y salgo corriendo al baño a lavarme la cara*

-Eii *grita desde la cama* Hoy me toca a mi primero *se levanta y se dirige silenciosamente hacía mi haciéndome cosquillas por debajo de las costillas, después sube asta los hombros y empieza ha hacerme pedorretas en el cuello yo no puedo evitar reirme*

+Déjame en paz tu también, ¿no feo?