Mentes enemigas

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"No empezamos bien"

1.2.3. Alarma. Sabía perfectamente que este día llegaría, el momento de volver a clases, ah, ¿acaso las vacaciones no pueden duran por siempre? ¿Por qué siempre son pocos días? Debo que decir que la escuela no es mi fuerte, sin embargo es uno de mis talentos, ¿cómo puedo hacer algo tan bien cuando no me gusta lo que hago? Extraño, Toulouse sonaba por toda mi habitación, hace 2 meses que mis padres me habían corrido de la casa, si, con solo 17 años de edad, pero no los culpo, a mis padres los educaron a la antigua, eso quiere decir "Papi y mami no van a cuidarte por siempre"  o en otras palabras "Saca tu enorme culo de esta casa"


Pero no vivía sola, estaba con mi mejor amiga, Angie, ella se emancipó de sus padres hace 2 años, la verdad nunca he comprendido por qué, ellos eran una familia muy unida, ella nunca me ha querido decir y yo nunca se lo he preguntado. Claro que tenía que respetar la intimidad de mi amiga, pero a la vez me duele que no confíe en mi.

Le dije a mi cuerpo que era el momento de salir de está cómoda y suave cama, si, era el momento de volver a la maldita tortura, a ser una nerd y todas esas cosas, pero antes, agarré mi telefono para marcarle a mi mamá, o tal vez estoy poniendo cualquier excusa para no ir.

Realmente me siento como si tuviera 6 años, mientiendole a mamá que me sentía mal y que no podía ir a la escuela. El problema es que no tengo a nadie para hacer eso.

Marqué el número.

-¿Ana? ¡Que gusto oirte!

-Ah, hola, mami, quería decirte que...

-Hija, realmente seria un gusto oírte si le bajaras a esa horrible música.

Claro, se olvidaba que mi madre odia la música electrónica, le baje lo más rápido que pude.

-Ahora está mejor, ¿ocurre algo Ana?

-No... No en realidad, solo quería saludarte-suspire con algo de cansancio.

Ella hizo exactamente lo mismo.

-Annabeth John, si esto es nada más un pretexto para no ir a la escuela, juro que mataré al Señor Abrazos-amenazó mi madre.

¡NO!

-Adios mami, deseame suerte-grite con miedo mientras mi madre se reía y colgaba.

Demonios. El señor abrazos es mi osito de peluche, lo tengo desde que tengo de memoria, siempre me acompaña donde voy, pero por alguna razón desconocida, (claro que no, mi madre abrio mi maleta) el oso se quedo en la casa de mis padres, y ahora, mi madre lo tiene como prisionero, pronto lo salvaré.

Me vestí lo más rápido que puede, lo mismo de siempre, unos jeans que me llegaban hasta el ombligo, una blusa de cuadros color verde limón, lentes hipster, un chongo mal hecho y vuála, estaba preciosa.

O eso me hacía creer. Salir de la habitación y me encontré a Angie, realmente su nombre no tenía nada que ver con su personalidad, ella era una chica que se encontraba en un completo descontrol, ella tenía el cabello color azul, con una parte rapada, tenía varios pircings al rededor de todo su cuerpo, al igual que elaborados tatuajes, tal vez se emancipó de sus padres para hacerse la malota, claro que nunca le diría eso.

-¡Ey, enana! Hasta que despiertas, ya creía que tenía que contratar una grua para levantarte-dijo con sarcasmo, sin embargo, Angie siguió arreglando sus cosas para ir a la escuela.

Suspiré.

-Tal vez, hubiera hecho falta... ¡Y no soy enana!-chillé mientras Angie sonreía.

-Mides 1.54m, tal vez, hasta los pitufos midan más que tu.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2014 ⏰

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