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Un año había pasado desde que le había suplicado a la que creyó la chica de sus sueños que no lo dejara, un año desde que había probado una gota de alcohol, un año de la última vez que la vió.

Después de lo último que dijo, ella ni se inmutó, eso le había roto el corazón totalmente, así que decidió soltarla. Si ella ya no lo amaba el no iba a retenerla a su lado.

El en estos momentos se encontraba en casa de Jungkook, junto a el y sus otros cinco amigos. Decir que estaban en completo silencio sería una mentira, además de sus risas y bromas, la música estaba a todo volumen y se podía a escuchar a diez casas de distancia. Eso a ellos les importaba poco. El se sentía bastante bien, feliz, como se sentía siempre que estaba con esos seis idiotas.

—Jin hyung, ¿verdad o reto? —dijo el menor de los amigos bebiendo de su vaso rojo, todos desconocían que era pero estaban casi seguros que era jugo de manzana.

—Mmm —murmuró tomando un puño de palomitas —Escojo reto —sonrió y metió una de las palomitas a su boca.

—Lávate los dientes con mostaza —Jungkook tenía una sonrisa infantil en el rostro mientras que su mayor había dejado caer sus palomitas haciendo a todos los presentes reír. Taehyung, el cual había tomado un poco de su vaso, escupió el contenido de su boca sobre la camisa de Hoseok, pero este no le tomo importancia y siguió riendo de la reacción de su mayor.

—¡Eso es infantil y asqueroso! —se quejo Jin, eso solo había hecho que las risas de los demás se incrementarán. Namjoon y Jimin ignoraron a Jin, ellos ya habían traído la mostaza y un cepillo de dientes.

—Bueno, graban cuando Jin se haya lavado los dientes con mostaza —dijo el anterior pelinegro, ahora su pelo se encontraba de un color verde menta, Taehyung lo había convencido de hacer eso y sigue sin entender porque le hizo caso, pero el color no se le veía mal. Se levantó del sillón en donde estaba y se acercó a la puerta —Nos vemos luego, idiotas —se despidió de sus amigos con un movimiento de mano y salió de ahí.

La casa del menor del grupo no estaba demasiado lejos del edificio donde él vivía, a lo mucho tenía que caminar tres cuadras, no era demasiado tiempo el que tenía que caminar y escuchando música el tiempo se le pasaba más rápido.

Cuándo llego al edificio un gran camión de mudanza estaba frente a éste. Había dos chicos sacando cosas del edificio a los que Yoongi no les tomó mucha importancia, simplemente entro al edificio y subió las escaleras hasta llegar a su piso. Una vez en su piso, abrió la puerta de su apartamento y entro a este.

Lo primero que vió al entrar fue la foto de él y ella el día que se habían mudado, la felicidad que tenía se había esfumado en dos segundos al ver sus manos unidas y la linda sonrisa de la chica. Un nudo se le formó en la garganta pero no lloró, en vez de derrumbarse como en las primeras semanas después de que ella se había ido, se enfocó en Holly. La dulce perrita lo estaba recibiendo con una gran alegría dando saltos alrededor de él mientras que pequeños ladridos salían de ella.

—Hey, linda, ¿me extrañaste? —le preguntó aventando sus llaves al sillón y se arrodilló frente a ella para acariciarla. Ella se abalanzó contra el y se acomodó en su regazo —Bueno, supongo que si lo hiciste —dijo con una pequeña sonrisa antes de dejarla en el suelo y levantarse.

La misma imagen que lo había recibido volvió a captar su atención. Una mueca se dibujo en su rostro y la tomo para luego sentarse en el sofá.

Ella había tomado una beca universitaria en Inglaterra. El ya no la tenía a su lado.

Ella estaba rehaciendo su vida, conociendo gente y saliendo con otras personas. El se la pasaba en la casa del menor de sus amigos y regresaba a altas horas de la noche a la casa que anteriormente compartía con ella, ahora era toda suya.

Ella estaba siendo feliz. El, no tanto.

El ya debía de hacer algo por ser feliz.

피 땀 눈물 ; MYG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora