Jealous Dean Winchester.

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Editada.

Los últimos meses con Sam y Dean habían sido geniales. Desde que Amber se había unido a los hermanos Winchester, todo parecía ser más simple, desde la relación entre ellos dos hasta las investigaciones. Sam se ocupaba de las compras, Dean de la comida y Amber de mantener el Bunker lo más ordenado posible, cosa que no era nada fácil ya que ambos Winchester tenían una obsesión con dejar envoltorios de comida por todos lados, sin hablar de las botellas de cerveza en cada superficie del lugar. Todas las mesas de la biblioteca y la sala se encontraban atestadas de papeles, y no había mucho que hacer al respecto.

Amber salió de su habitación para ir a la cocina por comida. Dean estaba arreglando el Impala que una pandilla de demonios se había tomado el tiempo de golpear, y Sam había salido a correr como cada mañana, por lo que el Bunker se encontraba vacío y en silencio. Demasiado silencio. Conectando un pequeño parlante a su teléfono, "Heat of the Moment" comenzó a sonar en toda la estancia, mientras la muchacha buscaba algo para comer en la heladera, encontrándose con un trozo de pie. El ultimo pie de Dean. No debo." Sé que no debo hacerlo. Pero se ve tan bien" pensó mientras sacaba el pie de su caja y tomaba un tenedor, para luego sentarse en un sillón a comerlo. Se lo merecía. El día anterior Sam y Dean la habían utilizado como carnada y había hecho un maravilloso trabajo, ese pie era su recompensa.

El plato quedó vacío y Amber decidió ir a comprar más, por lo que tomó su chaqueta y salió del Bunker caminando a paso tranquilo. Sus pies resonaban en el asfalto mientras pensaba que pasaría si Dean se enteraba. Ese hombre podía matarla y descubría que se había acabado lo que quedaba. Pero seguro no lo haría. Verdad? No. Dean no sería capaz de matarme por eso. Los pasillos de la tienda se encontraban repletos de comida, pero vacios de pie. En un último intento de conseguirlo, la joven cazadora se acercó a un empleado del lugar, rogando que supiera el escondite secreto de la reserva de pie, y con pocas esperanzas y algo tímida preguntó.

-Se nos terminó ayer, pero creo que mañana por la mañana reponen esa parte de la tienda –contestó el chico sonriendo, dejando ver una hilera de dientes blancos y unos preciosos ojos azules apretados por las mejillas y luego ladeó un poco la cabeza, pensativo.

-Bueno, gracias de todas formas –respondió Amber algo decepcionada y pensando en donde enterrarían su cuerpo luego de que Dean le de una muerte dolorosa.

-Hey! – el chuco hablo a sus espaldas, llamando su atención y se acerco un poco a ella con una sonrisa aun en su rostro. –Te gustaría salir esta noche? Abrieron un lugar nuevo aquí a unas cuadras y escuché un grupo de ancianas chismosas decir maravillas sobre sus pastas.

Amber dejó salir una risa por el comentario, y apretó un poco los labios pensativa.

-Vamos, será divertido, lo prometo. Una pequeña cena y te devuelvo a casa antes de las once –la bonita sonrisa de "Matt" como decía su placa le inspiraba confianza, y la verdad es que no había salido con un chico que no fuera Sam o Dean en mucho tiempo, y estos solo la llevaban a bares sucios a tomar cerveza de mala calidad. Una bonita cena en un bonito restaurante con un bonito chico era lo que necesitaba luego del caso de los demonios. Y diablos que era bonito ese chico.

-Está bien, acepto. Esta noche a las siete?

-Perfecto, a las siete paso por ti.

-No es necesario, te veo ahí a las siete –luego de esto Amber comenzó a caminar hacia la salida, dándose el lujo de menear un poco más de lo normal las caderas. Escuchando a Matt gritar que no sabía su nombre. Sonrió para ella misma, y salió del lugar.

Una vez en el Bunker y luego de unas cuantas horas de limpieza y orden, el lugar se encontraba habitable de nuevo y su estomago rugió en protesta, por lo que caminó a la cocina para hacer unas hamburguesas con papas fritas y sentarse en la gran mesa de la sala a almorzar. Acompañada de la dulce voz de Robert Plant, cantando el himno del rock "Stairway to Heaven" y una cerveza se dispuso a comer sola, cuando Sam entró a la habitación y se sentó a comer con ella, ocasionalmente robándole una papa.

Jealous Dean Winchester.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora