Capitulo 4: Pasado oculto

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Cuando estaba por caminar hasta la puerta,sentí que una cálida mano me retuvo por el brazo. Era aquella mujer.

-No puedes volver con ellos.-dijo la mujer con voz firme.

-Nadie me impide verlos.-respondí totalmente irritada,liberándome de su agarre.

-Si decides volver ahora, ellos te matarían,no tienen piedad de un ser como nosotros.-añadió la mujer en voz alta y clara.

Al ver la aclaración,tenía razón,no podía ir así de esta manera,me asesinarían antes de ver a mis padres.
Yo no quería que ellos se enterarán de lo que soy en verdad.

Es mejor que ellos sepan que morí y que dejé de existir en este mundo.

Volví a girar mi vista hacia ellos.

-¡Quiero que me dejen sola!.-exclamé con un tono alto y frío.

-Esta bien,puedes quedarte aquí.-contestó la mujer con un tono de voz suave.

Ella le hizo señas con la mirada al chico,para que se retirarán del lugar. Una vez que cerraron la puerta,me desplome contra el suelo,recostando mi espalda sobre la dura pared.

Abracé mis rodillas y hundí la cabeza entre ellas.
Todo me parecía desconocido.
Me sentía sola.
Lo que había vivido habría sido una simple ilusión.

<<¿Por qué me convertí en un monstruo? >>

<<¿Cómo pudo suceder?>>

Varias preguntas rodaban por mi mente,sin tener respuesta alguna.
Los párpados me pesaban.
Lentamente fui cerrando los ojos,signo del cansancio que me empezaba a agobiar.

Mientras dormía,a lo lejos escuche el crujir de la puerta. Abrí los ojos buscando a alguien,pero no había ni un alma.

Empezaba a coger calor,entonces vi que estaba cubierta por una suave sábana. Recordé que yo no me había cubierto.
Alguien más lo hizo.

Con las pocas fuerzas que tenía me levanté. No entendía por que me sentía tan débil.

Me acerqué con cuidado a la cama y me senté suavemente.
En ese momento la puerta se abrió,dejando entrar a la vampiresa.
Esta se acercó y se sentó en la cama a lado mio.

Sus ojos ya no estaban rojos,ahora eran de un color avellana.

Las facciones de su rostro eran menos duras. Por extraño que pudiera ser,su presencia me reconfortaba.

En sus manos traía una pequeña copa de plata.

-Debes de estar sedienta,tomate esto.-dijo con una sonrisa amable,mientras me entregaba la copa.

Sin responderle alguna palabra,agarré la copa y tome lo que contenía.
Estaba tan sedienta que ni siquiera me lo pensé dos veces.
El sabor del líquido es extraño,pero eso no le quita lo rico y delicioso que sabe.

De pronto recordé que me encontraba con vampiros,así que,lo que bebían no era agua,sino sangre.

Aleje la copa y observe la sangre carmesí.
No sentía asco,pero todavía me parecía raro tomar de aquello.

-¿Es sangre humana?.-pregunté con el ceño fruncido.

-No,es sangre de un animal.-es lo único que contestó la vampiresa.

Por una extraña razón me sentí aliviada.

-Todavía no comprendo como fui que me convertí,si no me ha mordido ningún vampiro.-confesé con la mirada totalmente pérdida.

Atada al destino.[En pausa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora