- 11 - "Bajo la tormenta"

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~ NARRA YOONGI ~

¿Que la bese? ¿Acaso está loco?

- ¿b - besarla? - preguntó Seok tímido.

- si si, anda anda. - respondió Seung, bueno Baek, ahora que se su nombre real.

- no quiero...

- ¡es un reto!

Sakura... Agh, también ya se su nombre real, Miyuki solo miraba muy apenada y roja como un tomate.

- no lo obliguen - hablé. Todos me miraron.

- no seas amargado Suga. - Rió Baek. - es solo un juego.

- besar a alguien a la fuerza no es un juego.

- JUEGO - recalcó - de verdad o reto. Duh.

- Seok salgamos de aquí. - dije serio y me paré del piso.

- ¿¡porque te quieres ir!? - trató de detenerme Miyuki por el brazo.

- ¿acaso estás dispuesta a que te besen? - la miré. Ella se ruborizó y soltó mi agarre rápidamente.
Seok me miró y asintió. Ambos nos dirigimos a la puerta y nos despedimos algo seco de ambos. Bajamos las escaleras y no encontramos a Harumi, la madre de Miyuki. Así que salimos sin ningún problema. Nos íbamos a dirigir a casa rápido ya que el cielo lucía un tanto nublado.

- oye. - oí a Seok.

- ¿si? - pregunté respondiendo.

- gracias. - dejó de caminar.

- ¿porque?

- por detener a Baek. De verdad no quería hacerlo y estoy agradecido porque lo hayas detenido.

- no es nada, en tu mirada lo notaba, estabas nervioso así que decidí actuar.

- de nuevo, gracias.

Sonreí.

Oímos unos truenos que eran señales de que una tormenta se aproximaría, así que apresuramos el paso. No Íbamos ni a la mitad del camino y la lluvia aumentaba de intensidad conforme los segundos pasaban. Una fría lluvia ya estaba sobre nosotros.
Los charcos se comenzaron a formar y el piso era resbaloso. Nuestra ropa y cabello se empaparon y estábamos seguros que nos enfermaríamos.
Seguí corriendo y oí un chapotón de agua atrás de mi. Miré a atrás y encontré a Seok en el piso en un charco con cara de dolor. Mi reacción fue acercarme y obviamente preguntar.

- ¿Seok? ¿Que te hiciste? - me inqué en el frío piso.

- ¡Más bien que me hizo el piso! ¡Auch! ¡Duele! - se quejó y se tocó su rodilla.

- ¡súbete! - grité porque el sonido de la lluvia era demasiado fuerte como para que me oyera normalmente. Me di la vuelta.

- ¿¡es en serio!?

- ¡Seok súbete ya o moriremos ahogados aquí!

Obedeció y se subió a mi espalda lentamente por el dolor que le causaba la rodilla. Comencé a correr lo más rápido que pude, también con miedo a caer ya que había charcos en todos lados y literalmente estábamos en medio de un diluvio. Las manos de Seok que estaban al frente de mi y antes se mantenían juntas se soltaron. Lo miré de reojo y tenía sus ojos cerrados y boca media abierta.

- ¿acaso ya está dormido? ¿En serio? - reí.

- idiota no estoy dormido. - me dio un leve golpe en el pecho. - es solo que casi nunca me cargan así y quiero disfrutar el momento. - sonreí levemente.

Faltaban solo alrededor de dos o tres calles para llegar a nuestras casas. Apresure el paso ya que me estaba cansando con Seok en la espalda, a unos metros de distancia de la casa noté que no estaba el auto de mis padres. No estaban.

- ¡Agh! ¡Mis papas no están! ¡Ahora que hago! - refunfuñe. - lo siento Seok tendrás que bajarte aquí, buscaré la llave de repuesto.

- ¿no es más fácil que vayas a mi casa en lo que termina la tormenta?

- no puedo así como así.

- no seas tonto, anda anda, toca el timbre.

- Agh.

Me acerqué a la puerta y un tanto apresurado toqué el timbre. Segundos después nos abrió la mamá de Seok, que lucía preocupada.

- ¿Hijo? ¿Donde estuviste? - dijo asustada.

- ¡Eso no importa omma! ¿Puede quedarse Suga un rato? Sus padres no están.

- ¡claro, claro! - la mujer se hizo a un lado y nos dejo pasar. Entre y retire mis zapatos para dejarlos en la entrada.

- Agh, creo que ya no puedo contigo en mi espalda. - me quejé.

- deja que yo lo cargue - se acercó la madre.

- no es necesa... - incompleté. De un momento a otro tenía a Seok en su espalda.

- muchas gracias por traerlo hasta aquí. - me sonrió.

- de nada, no hay problema.

Ambos subieron al piso de arriba y Seok me miró desde la espalda de su madre sonriente. Le respondí con una misma sonrisa.

Esa sonrisa que hacía que mariposas en mi estómago revoletearan.

Nuestro Dulce Pasado [YOONJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora