Papá se había ido de casa cuando yo era demasiado pequeño como para recordar detalles. No es que quisiera hacerlo tampoco, esos procesos nunca son sencillos y estoy bastante seguro de que no serían recuerdos gratos. A pesar de eso, no puedo decir que sea un mal padre, lo que más nos separa es la distancia geográfica luego de que volviera a vivir con sus padres.
Como mamá iba a quedarse conmigo, papá le dejó el Onsen, así tendríamos un techo y mi madre no tendría que dejarme solo para ganar su propio sustento, ingreso complementado con el dinero que papá le entregaba.
Su divorcio fue rápido, o eso he oído, ya que ambos estaban de acuerdo. En realidad, agradezco profundamente que ambos se dieran cuenta a tiempo de que su relación no iba como esperaban, me alegra que los dos pudieran volver a darse la oportunidad de ser felices, incluso si eso significaba que no estuvieran juntos.
La vida con mamá era considerablemente tranquila. Mis días desde pequeño iban desde el Onsen a la escuela y de regreso. Intentaba ayudar a mamá en todo lo que pudiera, y ella me agradecía mi ayuda con sus deliciosos platos de katsudon.
Un poco después de que papá se fuera, llegó una mujer al Onsen. Recuerdo haber pensado que era bellísima, aunque su gran tolerancia al alcohol contrastaba fuertemente con su delicado rostro. En mi inocencia infantil, quise saber cómo es que ella podía lucir de esa manera, así que me acerqué a su mesa.
-Disculpe, señorita, ¿le molesta si me siento con usted? -no era bueno hablando con extraños, pero en realidad me causaba mucha curiosidad.
-¿Hm? Oh, claro que no, pequeño. ¿Eres el hijo de la encargada, cierto? La escuché hablarte hace un rato -ella arrastraba un poco las palabras, había estado bebiendo por un rato y era normal, yo ya estaba acostumbrado a ver a las personas en ese estado, aunque me preguntaba qué era lo que le veían de bueno.
-En realidad, es la dueña, y sí es mi madre, pero no pretendía hablarle de eso. Se me hace extraño que usted se vea tan bella y delicada y beba de la misma forma que todos aquí. Las personas que vienen aquí suelen ser algo mayores y no están en forma... Señorita, ¿es usted una bruja? -de acuerdo, quizás demasiada inocencia infantil, pero no encontraba otra explicación.
La mujer me miró por un segundo y su risa estrepitosa asustó a algunos de los comensales que estaban a su alrededor. Ella estrelló su vaso contra la mesa en la que estaba apoyada y me miró con una gran sonrisa en su rostro.
-Eres gracioso, pequeño -tomó una de mis mejillas y la estiró como si en realidad no le hubiera parecido tan gracioso mi comentario-. No, no lo soy, solo soy bailarina.
ESTÁS LEYENDO
Kizuna『絆』
FanfictionDurante nuestra vida, los lazos que formamos a su vez nos van dando forma, nos ayudan a crecer y a entender al resto, a acompañar y a dejar ir, a comprender cómo apreciar, querer, amar... Primero está la familia, luego los amigos y, finalmente, el a...