🌸 ~~ De Vitya

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Desde aquel día, no pude evitar seguir dirigiendo mi atención hacia Victor. Todo de él me... inspiraba. Sentía que cada uno de sus movimientos me llamaba a la pista de hielo y me alentaba a mejorar. Yuko y yo comenzamos a practicar las rutinas de Victor con la esperanza de alcanzarlo algún día. Ella memorizaba los movimientos y luego ambos intentábamos repetirlos, claro que sin lograr la misma gracia, o eso es lo que yo decía, porque Yuko insistía en que si yo seguía practicando, algún día llegaría a las grandes ligas, a compartir el hielo con Victor.


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Las competencias seguían su curso; aprendí a manejar el nerviosismo para, al menos, poder participar en ellas sin perder el control de mis movimientos, como la última vez. Victor se volvió mi motor, la fuerza que me empujaba a seguir mejorando, pero decidí mantener mi admiración por él escondida, al menos hasta que estuviera seguro de que nadie se burlaría al momento de decir que quería alcanzarlo. Además, con el próximo nacimiento de mi hermanita, mamá y Vladik estaban demasiado ocupados como para notar algo en realidad.


Mi amor por mi nueva compañía parecía crecer proporcionalmente a la pancita de embarazo de mamá. Al no ser una mujer muy alta, se veía sumamente graciosa con ese bulto creciente en su vientre, pero jamás la vi más hermosa. A pesar de que había visto con anterioridad fotos de ella cuando iba a tenerme a mí, verla en vivo y en directo y sentir las pataditas de la pequeña vida que se albergaba en su interior me llenaba de una calidez nueva, jamás antes experimentada.


Es extraño cómo el ver formarse una nueva vida te hace preguntarte un montón de cosas. ¿Sería que Victor fue así de pequeñito alguna vez? Por supuesto que lo fue, pero es difícil de imaginar cuando ves a un joven como él que alguna vez fue una pequeña bolita de carne que revoloteaba sin mucha gracia dentro de su madre, causando esos bultos que seguían asustando a Vladik, a pesar de que no era padre primerizo.


Después de nuestra charla acerca del "detalle" que se le había escapado contarnos, Vladik no mencionó mucho más acerca de su familia; parecía demasiado concentrado en establecer correctamente la que estaba formando ahora. Por supuesto, continuaba enviando las cartas cada semana a su hijo en Rusia.


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Kizuna『絆』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora