tres

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– ¿Cómo has estado? - preguntó la castaña.

– Muy bien, ¿Tú? - se fijó en un pequeño chupón que traía - igual.

Está bien, admitía haberse puesto celoso, ya se los había visto antes, no era ningún sorpresa.

– ten - le alcanzó varios papeles rozando un poco ambas manos.

Pasaron varios minutos hasta que una llamada a la oficina interrumpió.

Rubén observó como Sara atendía, pasados varios segundos comenzó a discutir casi inaudible.

Colgó la llamada y suspiró.

– ¿Ha pasado algo malo? - sonrió por dentro al ver como sacaba su anillo de casamiento.

Ella sólo se paró de allí y se sentó en el regazo de Rubén abrazándolo.

– S...Sara - trató de controlar
su erección - he discutido con él - susurró.

Acarició su cabello intentando calmarla, se movía tanto... Joder.

Se separó de él y lo miró a los ojos.

– Lo siento - quiso levantarse pero la cogió con fuerza por las caderas.

Su erección creció y sonrió excitado.

– Yo...

La calló uniendo ambos labios mientras sus manos tocaban su cuerpo.

Su pecho subía y bajaba, le sacó la camisa dejándola en sujetador.

Apretó sus pechos y la volvió a besar, rodeó sus manos por el cuello de Rubén uniéndolo más.

Terminaron de sacarse la ropa mientras la castaña le apretaba aquel bulto.

No esperó más y se sacó la última pieza posicionándose en su entrada.

Se metió con rudeza intentando no gemir demasiado.

La tomó por las caderas y la embistió rápidamente, completamente excitado.

La besó callando sus gemidos y siguió penetrandola con fuerza.

– R- Rubén - gimió entre besos.

Sonrió satisfecho al escucharla y aumentó sus movimientos.

La recostó sobre el escritorio y comenzó a darle más duro.

Llevó uno de sus pezones a la boca y succionó, haciendo lo mismo con el otro.

Paró sus movimientos, y rió al ver su cara de suplica.

Volvió a embestirla.

– me voy a correr - avisó jadeando.

Aumentó sus movimientos sintiendo como se corría.

Sacó su miembro y esta se lo metió a la boca sintiendo aquel líquido.

– tragatelo.

Obedeció.

La volvió a besar y se separó para ponerse su ropa.

Una vez se cambiaron volvieron a sus puestos en pleno silencio.

– oye - habló Rubén - no le digas a nadie.

Sara sonrió y asintió.

•••••

Hola,

Empezamos fuerte.

Saludos🌚

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