Con una mezcla de sorpresa y repulsión, Louis se dio cuenta de que lo que había encontrado era una trampa para aquellos que, como él, buscaban lo inusual. El joven exhibido era una víctima del comercio ilegal, una realidad que había sido ocultada tr...
Harry observaba a Noah jugar, con una mezcla de ternura y nostalgia reflejada en sus ojos. Le recordó a sí mismo, a su propia inocencia y, sobre todo, a la última vez que realmente se sintió feliz.
El pequeño, entusiasmado, le había contado historias de su kínder antes de arrastrarlo a un rincón para jugar juntos. Su risa cristalina llenaba la habitación, disipando momentáneamente la tensión que pesaba en el pecho del joven de rizos oscuros.
Sin embargo, no tardó en notar que Louis se encontraba algo inquieto en su asiento.
—Necesito ausentarme unos minutos —anunció él, levantándose, tomando un pretexto poco convincente—. Mamá, por favor, asegúrate de que no toque mis cosas más de lo que ya lo hizo.
Con un gesto rápido, guió a Harry fuera de la cocina y lo llevó a un rincón apartado de la casa.
—Abigail descubrió que tú y yo no somos solo amigos. Cree que somos pareja —le susurró, manteniendo la mirada fija en el adolescente, quien se limitó a alzar una ceja con indiferencia.
—Oh, entiendo —respondió con frialdad—. No sé qué se supone que debo decirte, Louis. No es mi familia, ni tengo apariencias que mantener.
La molestia en su tono era evidente.
—¿Eso era todo lo que querías decirme?
—No, de hecho, hay algo más —respondió él con un deje de irritación—. Mocoso insolente.
Intentó aligerar el ambiente con el apodo, pero el ceño fruncido del joven le indicó que no estaba de humor para bromas.
—Odio cuando te pones en tu modo serio —bufó él, cruzándose de brazos con una expresión desafiante—. Suelta lo que tengas que decir.
Louis lo observó en silencio por un momento, sintiendo cómo la situación se desmoronaba rápidamente. Respiró hondo antes de continuar.
—He evitado presionarte para saber cosas sobre tu familia, pero ya es suficiente de fingir que nada pasa. Necesitas ser sincero conmigo de una vez por todas, Harry. Sé que me ocultas algo.
Hizo una pausa, su voz más firme esta vez.
—Así que dime, ¿vas a hablar con sinceridad o prefieres seguir mintiéndome?
Harry se tensó de inmediato. Sus hombros se endurecieron y su mirada se clavó en el suelo, evitando cualquier contacto visual.
—¿Por qué crees que te oculto algo, Louis? —respondió con frialdad—. No me traería ningún beneficio y tampoco ayudaría a la confianza en nuestra relación.