Inmediatamente divise a mi grupo de amigas en el cuarto lleno de gente. Había llegado mas gente a la fiesta a medida que avanzaba la noche, en la casa apenas cabían los muy numerosos adolescentes borrachos. Fue en ese momento cuando note a un chico bastante atractivo, que apareció en la puerta de la cocina. Su sonrisa ilumino su cara, sus ojos color café brillaban. Mis labios formaron una sonrisa tímida mientras el se aproximaba a mi, pero me decepcione un poco cuando dejo de caminar y paro en seco, su visión dirigiéndose a un punto sobre mi hombro. Me gire para descubrir que era lo que miraba tan atentamente: un chico alto con cabello obscuro y rizado lo inmovilizo con su mirada dura. No lo reconocí al principio, pero de pronto apareció en mi mente una historia con la que mi amiga me había asustado. Este chico había perdido los estribos una noche, golpeando a otro chico hasta que lo dejo en el piso. Tenía una historia de comportamiento violento, así que no me sorprendió que mi chico de ojos marrones retrocediera inmediatamente, regresando directo a la cocina sin voltear a verme de nuevo. Podía escuchar mi pulso en mis oídos, mi boca se secaba. Me quede congelada en ese lugar mientras la intimidante altura de un chico me tapaba la luz. Mis ojos nerviosos subieron por su cuerpo, mis dedos apretaron un poco más fuerte mi vaso. Sus jeans se aferraban perfectamente a sus extremidades inferiores, una playera blanca adornaba su torso. Mi mirada apenas se iba a unir con la suya que estaba fija en mi cara.
“Baila conmigo”- Dijo en una voz rasposa.
No tuve tiempo de responder antes de que me jalara a otro lado, el vaso que yo estaba sosteniendo se cayó derramándose en el piso. Una mano grande se poso en mi espalda baja, forzándome a pegarme a su cuerpo. Mi mano voló a su pecho para evitar que me siguiera presionando contra su cuerpo. Sus acciones duras me dejaron sin habla, nunca había sido tratada así antes. Apreté los dedos, pero el chico desconocido dirigió mi mano alrededor de su cuello. Mire hacia arriba, sorprendiéndome cuando me encontré un par de ojos brillantes mirándome. Sus ojos eran casi de un color jade, rodeados de pestañas obscuras. Pero rápidamente sacudí las chispas intrigantes que recorrían mi cuerpo. Mi precaución aumento cuando unos labios rosas formaban una sonrisa.
“¿Cuál es tu nombre, hermosa?”
“B-Bo.”- Dije tartamudeando.
Me sonrío, bajando su cabeza a la altura de mi oreja.
“Soy Justin.”- Susurro sensualmente.Antes de que se alejara, sus labios presionaron el punto que se encontraba justo bajo mi oreja. Mis ojos se cerraron y apreté su cuello más fuerte. Deje salir un jadeo cuando el dirigió forzosamente mis caderas a las suyas. Soltó una risa profunda entre dientes, claramente disfrutando la reacción que estaba obteniendo de mi cuerpo. Nunca había experimentado algo así antes, y eso era aparentemente obvio.
“Me agradas.”- dijo sonriendo “Eres tan…inocente”.
Su mirada obscura descendió a mi pecho, aprovechando que su altura le daba un vistazo de lo que había bajo mi top. Mis dedos soltaron el agarre que tenía en su cuerpo, mientras una urgencia de dejar marcada su mejilla con mi palma crecía dentro de mí. Pero me resistí, aun asustada del impotente chico. Mis manos se levantaron para empujarlo de nuevo, pero el atrapo mis muñecas con sus manos.
“Vaya, vaya”- dijo roncamente.
Justin llevo mis brazos hacia mis costados sosteniéndolos firmemente. Me estremecí cuando se tomo su tiempo para tocar calidamente mi espalda. Sus dedos largos invadieron el bolsillo trasero de mis jeans y note que estaba buscando mi celular. Su mano se mantuvo ahí y me di cuenta que el teléfono no era su único objetivo. Mi trasero fue apretado ligeramente antes de que el “objeto de interés” fuera sacado de mi bolsillo. El gemido tenso que escapó de mis labios entreabiertos le causó una sonrisa.
Me quede parada en silencio mientras Justin escribía su número. Un “Beep” sonó unos segundos después, y supuse que se había mandado un mensaje a si mismo desde mi teléfono. Ahora tenía mi número. ¿Qué diablos estaba pasando? No llevaba ni cinco minutos separada de mis amigos y ya estaba en la presencia de un tipo que, evidentemente, solo tenía una cosa en la mente. Su aliento caliente me hizo cosquillas en el cuello mientras regresaba mi celular al lugar donde lo había encontrado. Me quede sin aire, Justin estaba presionando la parte delantera de su cuerpo al mío. El gemido bajo que salio del fondo de su garganta me tomo por sorpresa, Justin encontraba placentero el hecho de que mi pecho estuviera firmemente pegado a su muscular torso.
“Para.” Suplique débilmente.
Sentí su pecho vibrar mientras se reía. Sus labios gruesos se dirigieron hacia mi oreja una vez más.
“No lo creo bebe, vamos a divertirnos un poco”
Temblé al escuchar sus palabras. Justin me asustaba, pero esta vez mi propio miedo causo que lo golpeara. Se hizo atrás levemente antes de que mi mano pudiera hacer contacto con su cara. Eso era algo que claramente no se esperaba, juzgando la expresión de enojo que tenia su cara. Su mejilla izquierda estaba marcada con un tinte rosado antes de que tomara mis antebrazos de manera agresiva.
“Estoy seguro de que vas hacer un reto”- dijo casi gruñendo. “Eso me gusta.”
Sonrío y hundió su cabeza en mi cuello, empujando la mía hacia un lado antes de que sus labios se presionaran sobre la suave piel de mi cuello. Las puntas de su cabello rizado cosquilleaban mi mejilla. Justin soltó uno de mis brazos de mala gana, solo para poder sostener la parte trasera de mi cabeza, impidiéndome escapar. Instantáneamente puse mi mano en su pecho en forma de protesta, intentando empujarlo, mientras lo sentía chupar duramente.
“Harry.” Supliqué.
Mi mano formo un puño, tomando su playera entre mis dedos, el dolor agudo se intensificaba mientras sus dientes se movían en mi piel, sentí su risa entrecortada en el área afectada y luchaba desesperadamente para zafarme de su agarre antes de que continuara con su intento de extraerme la sangre. La sensación disminuyó algo con la atención de sus suaves labios. Pero Justin no me permitió estar cómoda por mucho tiempo, ya que pellizco hambrientamente mi cuello con sus dientes. Jadee mientras su lengua lamia en el nuevo punto sensible y me daba unos pocos besos. Soplo sobre el descuido y húmedo punto, creando un escalofrío que me recorrió completamente.
Justin retrocedió sonriendo mientras yo jalaba mi brazo de su gran mano. Mis dedos se dirigieron a mi cuello, aspirando una gran bocanada de aire cuando toque sobre el lugar adolorido. Gemí de miedo cuando él se acercó.
“Eres mía ahora.” Dijo en voz baja.
Su mirada lujuriosa me quemo el cuerpo antes de que se diera la vuelta y se alejara con confianza. Me quede sorprendida por poco tiempo, incapaz de procesar que había sucedido.
“Mierda”- Maldije.
Precipitadamente me abrí paso entre las personas empujándolas, intentando encontrar a mis amigas. Cuando las encontré estaban charlando animadamente y riendo, completamente inconscientes de lo que había pasado minutos atrás. Abrí mi boca para hablar pero no salió nada.
“¿Qué pasa?” Dijo Zoe con tono de preocupación.
“Y-Yo…”
Lucy movió mi cabello obscuro y ondulado de mi hombro, y sus ojos se abrieron con lo que vio.
“Wow”- dijo Charlotte, quedándose con la boca abierta “¿Quién diablos te hizo eso?”
Inmediatamente me arrepentí de mis movimientos cuando estúpidamente toque el lugar adolorido en mi cuello de nuevo. El contacto permaneció pero mi mirada llena de miedo estaba situada en un lugar al otro lado del cuarto. Mis amigas voltearon curiosamente para ver en que, o más bien quien, estaba posada mi mirada. Justin me devolvía la mirada con una sonrisa en sus labios. Lo vimos despedirse de los chicos con los que estaba charlando antes de dirigirse a la salida. Pero eso no fue antes de mantener mi mirada presa. Me guiño el ojo antes de desaparecer y eso volvió a dejarme muda.
Voltee a ver a mis amigas. La boca de Charlotte se abrió para comentar lo sucedido, pero la cerro rápidamente cuando se encontró incapaz de formar un enunciado coherente. Eventualmente, Lucy rompió el silencio.
“Mierda.”
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Dark (Justin ) Hot
Teen FictionNo existe religión que pueda salvarme. No importa cuanto tiempo esten mis rodillas en el suelo. Así que recuerda todos los sacrificios que estoy haciendo para mantenerte a mi lado, y evitar que vallas por esa puerta. Porque no habrá luz solar si te...