Extraño encuentro

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[Años antes de la coronación de Arturo- Inglaterra]

Estaba una chica de tez blanca, ojos verdes y pelo negro sujetado con una tira de tela blanca, vestida con un vestido sencillo de color azul celeste, incada en el frio y duro suelo de uno de los pasillos del castillo Pendragón.

¿Solo por ser mujer tengo este trabajo?- pensaba mientras que limpiaba el suelo con un trapo humedo -No, tienes trabajo asi que no te quejes.. Ademas tienes magia, es casi imposible que te den un puesto-humedecio el trapo con un poco de agua y siguio limpiando -Morgana solo unos años para que la magia sea permitida- pensaba nuevamente -Ocupo cambiar de nombre, ademas ningunos de mis hermanos estan en este lugar ni en el mismo pais-

Un niño se acerco cojeando a Morgana  -Señorita..- dijo mientras le tocaba el hombro
Aquella chica salio de sus pensamientos y miró a aquel niño de unos 7 años, una tez blanca, cabellos dorados y ojos azul grisáceo,  que se encontraba frente a ella con los ojos llorosos, las rodillas y manos raspadas, con una mano se limpiaba las lagrimas

-¿me ayudas?- preguntó el niño

-claro- dijo la chica apresurada, dejando el trapo en cubo de madera con agua, con una mano tomó el cubo y con la otra, tratando de no lastimarlo, le tomo la mano; empezaron a caminar -vamos con el doctor de la corte- dijo mirando hacia el frente

El niño trato de parar a la muchacha sin ningún resultado -¡no! por favor, con el doctor de la corte no- dijo en tono de suplica -le va a decir a mi papá y me van a regañar- dijo un poco más alarmado

-¿Por qué te han de regañar?-pregunto algo confundida

-Por que mi padre me prohibió ir a cabalgar- dijo mientras cojeaba un poco

-Tranquilo, tu padre no se enterara.. pero ocupamos curarte esos raspones- llegaron al cuarto del doctor y se percataron que no se encontraba, el niño suspiró de alivió -no esta- entraron -sientate para poder curarte- le apuntó a una mesa que no tenia nada

-Claro- dijo el niño mientras se sentaba en aquella mesa -todas las semanas entro a este lugar- sonrío algo traviezo

-¿A, si?- se encontraba algo apurada buscando algunas hierbas que le pudieran ayudar -arnica- susurra al momento que lo toma, empieza a moler el arnica con ayuda de una piedra y lo diluye con un poco de agua creando una mezcla pastosa

-¿Eres nueva aqui verdad?- preguntó el niño de cabellos dorados inclinando ligeramente la cabeza

-Si- dijo mientras tomaba un trapo limpio y un poco de agua, acercó las cosas al niño y sentandose frente a el se dispuso a limpiar la herida

-Se nota..- dijo al mismo tiempo que se quejó

-a ¿si, por qué?- le termino de limpiar y le empezó a poner la mescla en las heridas -anda, limpiate las manos con el agua-

El la obedeció sin mas -por como me estas hablando y tratando..- le estiró las manos para que siguiera curandolo -Ninguna sirvienta me trata asi, son muy miedosas- dijo en tono de burla, hasta un tanto "petulante"

-No hables asi- dijo enfadada al mismo tiempo que bruscamente le puso el arnica

-¡Aaa! ¡Duele!- exclamó

-Las doncellas sufren todos los dias con sus manos al limpiar cada espacio de este castillo, sufren sus rodillas al incarse por limpiar y por estar frente a la realeza, si parecen temerosas es porque temen que algún dia las corran del castillo o que el Rey las quiera ejecutar o a su familia- dijo la pelinegra en tono de enojo y regaño

-¡Pero el Rey no haria eso!- bramo pero de inmediato bajó la voz -solo persigue y mata a los magos y brujas- trato de excusar al rey

-Entonces es un tirano- dijo aún enojada

-Pero la magia es mala...- dijo temeroso el niño

-¿Quién lo dijo? La magia no es mala ni buena, solo la persona- dijo un tanto mas calmada

-P-pero los magos y brujas...-

-Son solo personas que tienen el don de la magia, ellos no escojieron tenerlo, pero si escogieron el practicarla y mejorarla a fin pacífico o bélico- dijo aún mas tranquila

Aquel niño la miró a los ojos y con un tono de alegria y estupefacción le comentó -eres la primera persona que me habla a si-

-¿quién eres?- preguntó ya intrigada por el comentario que le hizo

De repente abrieron la puerta del cuarto, era el medico de la corte, un hombre de edad avanzada, con los hombros caidos y espalda encorbada; ambos miraron hacia la puerta, en donde se encontraba aquel hombre

El anciano miró al niño con un poco de sorpresa -Príncipe- entró al cuarto y al estar frente al niño hizo una reverencia

-No hagas eso Gallius, te puedes lastimar- dijo preocupado y un tanto avergonzado

Morgana miro al chico -¿Príncipe?- dijo aun mas confundida

-Asi es, por eso se que eres nueva en el castillo.. Mi nombre es Arturo Pendragón- inclino la cabeza sonriente -¿cómo te llamas?-

-emm... Me llamo Merlín- dijo el primer nombre que se le ocurrió

-Suena como nombre de varón- levantó una ceja un tanto curioso y divertido

-Mi padre queria que fuera hombre- le dijo -Aunque eso es verdad- pensó

-A, ya veo...- se bajó de la mesa con cuidado -Fue un placer haberte conocido, me caiste muy bien Merlín.. Nos vemos despues-

Arturo le explicó al medico el porqué estaba ahí y le pidio que no le dijera nada a su padre el Rey, el médico procesando un poco el asunto aceptó sin mas; despidiéndose una vez mas de ambos, Arturo salió del lugar

-¿Te gustaria ser mi practicante?- dijo aquel señor canoso dirijiendose a la joven

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2018 ⏰

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Una bruja en tiempos de ArturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora