La resaca

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La mañana había llegado, eran las 4:30 de la mañana y Naruto despertaba con la alarma de su móvil, ese día tenía que entrar a las seis a su trabajo; desperezándose y todavía amodorrado se levantó estirándose como un gato, caminó tambaleándose hasta su recamara donde su uniforme se encontraba limpio y planchado dentro del closet, se giró hasta posar su vista sobre la cama y sonrió al observar la exquisita figura de Uchiha sobre el lecho.

Se acercó hasta quedar a un costado, justo a la altura del rostro del azabache, se veía tan tranquilo y cómodo que decidió no lo despertaría, confiaba en que si despertaba no se exaltara, además ya tendrían oportunidad de verse de nuevo, por lo cual no hacía falta despedirse.

"De verdad que luces muy bien, al menos dormido te liberas de las presiones y tus facciones se antojan adorables" Pensó, disfrutando unos minutos antes de irse a la ducha "Ya lo decidí ¿sabes? Te daré una oportunidad, creo en el destino y le ayudare, nos volveremos a ver y si descubro el mas mínimo indicio de que tengo una oportunidad contigo, te juro que no te dejare ir, haré lo posible por conservarte a mi lado" suspiró y sonrió ilusionado" pero ahora es tiempo de irme a trabajar"

Con tiento deslizó ligeramente los nudillos delineando el perfecto rostro y sonrió "Hasta pronto bonito"

Salió de la recamara dirigiéndose a la ducha, el agua fría siempre le ayudaba a espabilar y empezar el día con mas bríos, todavía tenía mucho que pensar, además a la hora del desayuno aprovecharía para pasar por los documentos del divorcio que dejó olvidados en el bar Ichiraku, el baño no duró más de quince minutos, pues él estaba consciente del calentamiento global y participaba en campañas por un mundo mejor, poniendo su granito de arena y haciendo lo posible por no desperdiciar agua.

Ya vestido y acicalado se encaminó al hospital, no sin antes coger una manzana para comerla rumbo al trabajo, la distancia no era mucha, hacía menos de veinte minutos a paso normal por lo que diario se iba caminando.

***

Lentamente fue abriendo los ojos, le costaba bastante adaptarse a la luz que entraba por la ventana, emitió un leve gemido, pues sentía como si la cabeza le fuera a explotar, la presión en el cerebro no la había sentido nunca antes.

Ya con los ojos más abiertos intentó levantarse, pero un dolor un poco más fuerte le hizo tumbarse de inmediato, llevó su mano hasta la parte afectada y descubrió un chipote de considerable tamaño "¿Qué diablos pasó?" Se preguntó tratando de recordar donde se encontraba, pues perfecto se daba cuenta de que esa no era su habitación.

"Dios" Volvió a incorporarse y hasta quedar sentado sobre la cama y mirando hacia todos lados "¿Dónde estoy?"

Poco a poco comenzó a recordar y cayó en cuenta de lo que había hecho el día anterior, además de que la lengua pastosa y el ligero tufo a alcohol se lo confirmaba. La cara le ardió de vergüenza, pero fue el impulso para tomar fuerza y levantarse de inmediato; apenas puso los pies bajo la cama, descubrió que su apariencia dejaba mucho a desear, la camisa abierta casi por completo y la falta de zapatos y cinturón le llenaron de pánico en un principio.

"¿Qué paso? Dios, que no sea lo que me estoy imaginando" Cuidadoso llevó su mano hasta su entrada y tentó para asegurarse de algo.

Soltó un suspiro de alivio al darse cuenta de que no dolía, eso significaba que afortunadamente no había perdido la cabeza al grado de entregarse a otro en su estado de embriaguez.

Con cautela caminó hasta el buró y tomó su móvil, pues instantes atrás había dado con él.

Salió de la recamara presuroso, esperando encontrarse con el rubio, mas no fue así, caminó hasta la puerta de salida y en ella se encontraba pegada una nota que Naruto le había dejado.

Casados Pero cuandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora