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: Túnica de la nación del fuego

Avatar: el último maestro aire, ni sus personajes me pertenece, esta historia memos xd.

Toph se quejó de lo fría que estaba el agua pero de todos modos se sumergió en ella. Lo hacía sólo porque sabía que el agua no era profunda y el suelo era de tierra, de otra forma no se habría atrevido a ir sola. Llevaba su largo cabello negro suelto y tenía puesto el traje que usaba para nadar, un top amarillo y unos pantalones cortos ajustados que últimamente sentía más ceñido al cuerpo que de costumbre, pensó que debía conseguirse otro. Estando en el agua no sabría si alguien se estuviera acercando inesperadamente, además estaban acostumbrados a tomar baños vestidos de esa forma ya que siempre estaban juntos en su viaje y no había mucha privacidad entre sus amigos. Buscó a tientas el pequeño balde con las cosas dentro, sacó una esponja y la llenó de jabón para luego pasársela por el cuerpo. En realidad no le molestaba estar llena de tierra pero después de la noche que había pasado creía que era correcto limpiarse a conciencia. En eso estaba cuando crujió una rama detrás de ella.

De inmediato se puso de pie.

-¿Quién está ahí?

La respuesta se hizo esperar unos segundos.

-Eh… soy yo –le llegó la voz de Zuko mientras oía sus pasos al acercarse. Habían tenido la misma idea -¿te molesta si entro también?

-Es un lugar libre –le dijo volviendo a sentarse sobre una roca para que el agua la cubriera mejor.

A Toph no le molestaba que alguien más estuviera ahí, después de todo se había bañado muchas veces así con Sokka, Aang y Katara, aunque algo le decía que no era lo mismo. Suspiró y siguió tallándose los brazos con la esponja.

Zuko pasó por detrás de ella para tomar la única esponja que quedaba en el balde y le pidió el jabón a Toph. Ella se lo lanzó y "sin querer" le llegó en toda la cara. Gruñendo entre dientes se metió al agua sin quitarse los pantaloncillos que llevaba, pues aunque sabía que ella era ciega y no podría verle aunque quisiera, no podía dejar de sentir cierta vergüenza.

Después de lavarse en silencio durante unos momentos miró a Toph por el rabillo del ojo. Sabía perfectamente que la chica era ciega, pero demonios, no se atrevía a mirarla abiertamente, no se sentía correcto. No había podido observarla muy bien durante la noche pues estaba todo oscuro y tampoco le preocupó tanto en ese momento. La verdad es que desde que dejó la habitación de Toph había estado sintiéndose culpable pues ella era una niña aún, es decir, tenía varios años menos que él y no se veía a sí mismo como un depravado ni nada por el estilo, sin embargo al verla ahora esos pensamientos se disipaban. Con toda esa ancha ropa que siempre llevaba se veía bastante más pequeña e infantil de lo que en realidad era. De hecho le parecía muy bonita, casi… encantadora. Se sorprendió a sí mismo sonrojándose así que rápidamente miró hacia otro lado rezando para que el agua le ayudara a pasar desapercibido ante los super-sensibles sentidos de Toph.

-Diablos, qué frío hace –Se quejó ella rompiendo el silencio mientras se abrazaba a sí misma. Estaba decidida a lavarse el cabello todo lo rápido que pudiera y luego salir corriendo de ahí.

-¿Quieres que caliente el agua?

-¿Qué? –Había olvidado que Zuko estaba ahí, con el agua le era muy difícil ver y con lo quieto y callado que estaba no le había sentido.

-Puedo calentar el agua con mi fuego control si quieres –Se ofreció algo avergonzado aún.

-¿En serio? Sería genial –respondió sorprendidamente.

-Espera un momento.

Zuko respiró profundamente y cerró los ojos para concentrarse mejor, en cuanto se sintió listo calentó suavemente el agua con su aliento de fuego.

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