Capítulo 16: Un hijo

3.5K 337 60
                                    

¡Un hijo! No podía negar que era una sensación única. Sólo una vez lo había vivido y sin embargo, pese al mal trago que había sufrido durante el embarazo y sobre todo... el parto, jamás podría negar que Kai había sido lo más preciado en su vida, su mayor tesoro, el más grato de los triunfos.

Una parte de él tenía mucho miedo y sin embargo, otra parte deseaba tener a ese niño, deseaba que todo saliera bien y compartir la vida con esa nueva vida, ver a su hijo crecer junto a un hermanito, verlos jugar, enfadarse, discutir y quererse, defenderse el uno al otro, cuidarse, porque cuando sus padres faltasen algún día... los hermanos permanecerían juntos, o eso pensaba Hinata.

Quizá fue esa idea lo que hizo tomar la decisión final. Quería tener al hijo, quería a ese niño que ya empezaba a crecer en su vientre. Con sumo cuidado, llevó sus manos al vientre y lo acarició con calma. No podía sentir nada, el niño era un pequeño bulto casi imperceptible ahora mismo, sabía que no se movería, nada ocurriría, pero aún así, pese a que pudiera ser su imaginación, él ya notaba esa vida en su interior.

Al menos una cosa estaba clara para él, la conversación con su médico le había ayudado a relajarse ligeramente pese al miedo que sentía todavía. Él decía que tras el primer parto, tenía un mayor conocimiento sobre las consecuencias que producía en su cuerpo masculino un embarazo. Quería disminuir los efectos que produciría y medicarle mejor que la última vez.

Esa semana, Hinata estuvo retenido en el hospital para que le hicieran toda clase de pruebas. No quería cometer errores con él y necesitaba saber absolutamente todo, hasta sus niveles de hormonas y los compuestos del organismo. Tras todas las pruebas y asegurándose que estaría bien, le dio el alta para que pudiera volver a casa siempre y cuando le prometiera volver para los siguientes exámenes y mantuviera la calma en su casa. Necesitaba reposo.

Esa semana fue rara para Hinata. No había podido hablar con Kageyama y deseaba hacerlo. Él debía estar entre confundido, triste y preocupado por su condición. Desde que se había enterado que estaba embarazado y que la última vez, casi murió en el parto, Kageyama sólo había intentado protegerle.

Al menos había una parte buena... su esposo le había dejado en paz desde que se había enterado del embarazo. Hasta le preparaba el desayuno y se lo llevaba a la cama como si eso fuera suficiente para que él olvidase todos los malos momentos. En parte, Hinata sabía que a Azumi sólo le interesaba ese niño, no pensaba realmente en él.

La puerta de su habitación se abrió dejando ver al esposo que entraba junto a una bandeja con el desayuno. Las tostadas estaban untadas con esa mermelada de arándanos que él detestaba, pero no se atrevía a decírselo a su esposo. Ahora que parecía tan contento, no quería darle a entender que no le conocía en absoluto, así que simplemente se resignaba y se lo comía a regañadientes.

- Buenos días cielo, te he traído tu desayuno – decía su esposo sonriente.

- Muchas gracias aunque no hacía falta. Puedo prepararlo.

- El médico dijo que necesitabas reposo.

- Sí y me va bien, pero creo que me apetece también caminar un poco, le sentará bien al pequeño un poco de ejercicio matutino.

- Te acompañaré entonces.

- Claro – se resignó Hinata pese a que quería ir solo para poder ir a ver a Kageyama.

Por un momento, esperó que su esposo fuera a ducharse o se cambiase... que hiciera algo y él poder evitar tomarse ese desayuno, pero no fue así, en su lugar, Azumi se sentó a su lado acariciando su cabello y esperando a que terminase de desayunar tranquilamente.

Tocando el cielo (Haikyuu!! Kageyama-Hinata)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora