Entré en la clase de música, reflexionando sobre por qué Logan había confiado tan rápido en mí, ¿tanta cara de callada tenía?
Esa hora no la tenía acompañada de ninguna amiga íntima, pero si me sentaba al lado de una chica pelirroja muy maja que tocaba el arpa como los ángeles, Maggie Sellers.
Cuando llegué a mi sitio, ella me miró con sus ojos azules y se rió.- la loca de tu amiga me ha dicho que te llevas bien con Logan Mcfield.- dijo.- fue amigo de mi hermano mayor, hacía mucho tiempo que no le veía ni oía hablar de él... Es impresionante, sigue exactamente igual.
Yo me rasqué la punta de la naríz.
- ¿ya os conociaís?- pregunté.- ¿de verdad fue amigo de tu hermano?
- sí, pero él se alejó de mi familia en el verano de hace 2 años, es un tanto extraño, ese verano pasó de hacer un calor abrasador a un frío cortante...
Yo intenté recordar. En Altha no hizo frío en el verano de hace 2 años.
- yo... No recuerdo un verano frío en Altha.- dije.
- no me refiero a este pueblo. Yo vivía en Baldwin en aquella época.
- ah.
Todo el mundo me dijo a lo largo del día que no me fiara de Logan, que era guapo pero raro. Un chico muy frío, literalmente, y que le costaba decir lo que sentía.
Yo decidí no hablar sobre eso durante todo el día, más que nada, porque la última clase del día la tenía con él, y no quería que retirase su invitación. Lo que tendría que intentar en esa clase es mantener la discreción, cosa difícil ya que Elissa también me acompañaba en esa hora.
Cuando pasaron las 2 horas antes de la clase de gimnasia, la última del día, yo no sé por qué, pero me puse nerviosa. Logan me volvería a preguntar si quería ir a su casa, cosa que haría que mi amiga gritase como una pequeña niña entusiasta.
Sonó el timbre y bajé al gimnasio.
Apoyado en la pared de al lado de la puerta, estaba él, y unos 3 metros más allá, estaba Elissa, subida a un potro, mirándole sin pestañear.
El momento en el que entré, mi amiga vino corriendo hacia mí, y Logan me miró de la cabeza a los pies, acto seguido se acercó a mí.- bueno... ¿vendrás a mi casa?- me preguntó.
Elissa abrió la boca en signo de asombro.
- bueeeno... Os dejo solos...- dijo sonriendo con tono coqueto.
Yo me reí mientras me llevaba las manos a la espalda.
- es... Ella es así.
- ya, lo sé. Yo ya la conocía.
- ¿desde cuando?
- jejeje, desde... Mmm... Esta mañana.
Yo solté una carcajada silenciosa.
- sí... Creo que... Iré a tu casa.
- vale. ¿has tenido alguna vez la resistencia suficiente para leer Los pilares de la tierra?- bromeó.
- ehh... Lo intenté una vez, pero... Creo que no he tenido el valor.- le seguí.
Él me miró.
- la verdad, yo tampoco.
Nos estubimos riendo durante un rato, hasta que llegó el profesor; este decidió hacerle un examen físico a Logan, el cual tenía un cuerpo que hacia pensar que no tendría ningún problema en hacerlo.
- tendrás que subirte a esos aros y hacer tres volteretas utilizando la fuerza de los brazos- mandó el hombre.
Este se subió como le habían dicho, sin hacer a penas esfuerzo. Cuando hacía fuerza se le notaba toda la musculación de sus perfectos brazos, y esa camiseta pegada gris resaltaba sus abdominales. Las tres volteretas las hizo como si nada, al igual que el resto de pruebas. Sonó la campana. Hora de irse a casa.
- a las 18:30 en el parque.- me recordó Logan mientras salía por la puerta.
- ¿me llevo Los pilares de la tierra?- bromeé.
Él se rió.
- como tú quieras.
Caminé a casa, comí, e incluso me dió tiempo a hecharme una larga siesta. Cuando me desperté, miré el reloj. 18:20. Decidí ir llendo hacia el parque de la plaza, y cuando llegué, me senté en la fuente del centro.
Logan tardó 5 minutos en llegar, y, sin decir nada, se sentó a mi lado, abrió la mochila que llevaba con él y sacó el enorme libro del que habíamos hablado.
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EL LADRÓN DE ALMAS
Novela JuvenilNadie me había hablado nunca de lo inmortal que podría ser un sentimiento, de lo congelado que se podría llegar a quedar el tiempo, ni de lo roja que puede ser la sangre; todos me tomaban por la misma niña pequeña que fuí hace 17 años, "la pequeña A...