Utopías

Capitulo 2

Soñé toda la noche con nuestra ultima ida a la playa, todo se sintió real hasta que el mobil sonara, era la madre de mi padre, a quien no soportaba aunque fuera mi abuela no se parecía nada a la mamá de mi madre quien era todo amor... Digamos que ésta es una bruja. 

 -Hola Magui

Contesto el teléfono con voz de sueño para hacerla entender que no quiero hablar, al fin entre más rápido termine esta absurda conversación es mucho mejor 

-Hola preciosa, quería decirte que estaré en la noche allá, no sabes lo mal que me siento y quisiera acompañarte en el entierro pero lastimosamente el único vuelo que encontré disponible para Manhattan fue el de la noche, sabes que está llovien...

-Ya entiendo Magui, gracias que tengas buen día.

Sin dejarla terminar me despido y corto la llamada, si algo aprendí de mi madre es que no necesitamos nada de nadie más que de nosotros mismos pues sólo nosotros estaremos hasta el final de nuestro último suspiro. Puede que toda mi familia murieran el mismo día pero cada uno de ellos tuvo un suspiro final que sólo fue acompañado por su propio ser.

Me ducho rápidamente, Louis me llama para explicarme que todo lo del entierro está listo y sólo necesitan una firma mía y ya está, ahora que no están mis hermanos ni mis padres soy la única con derecho legal de firmar cosas que necesiten usar el dinero de la familia... 

Familia que ya no existe...

Tengo un vestido blanco muy lindo que me compró mamá de regalo de cumpleaños, recojo todo mi cabello en un moño grande y pongo las flores favoritas de papá: Flores lila; voy a la habitación de Malena y me echo su perfume favorito, el de unicornio.

Salgo de casa con mucha tristeza, afuera está Ricardo; nuestro chofer personal a quien mis padres aprecian mucho, se le ve triste, amargo, no parece el Ricardo que nos contaba chistes de camino a la escuela

-Hola Ricardo

intento sonreir un poco pero fallo en el intento, sólo ofrezco una sonrisa torcida 

-Niña Amanda, no sabe lo triste que me siento

Inesperadamente Ricardo me abraza y me siento reconfortada, no había recibido ninguna muestra de compasión por la muerte de mis padres hasta ahora. 

Las lágrimas corren por mis mejillas sin darme chance de calmar mis sentimientos

miro a Ricardo y se lo agradezco 

Vamos camino a la funeraria donde tienen a mi familia, allí me encontraré con el señor Louis para firmar los papeles y que así podamos llevar a mis padres al cementerio a darles un adiós, quisiera hablar un poco con Ricardo y sé que él también conmigo pero lo único que puedo hacer es pensar, saco los cascos de mi bolsa y el mobil, pongo el playlist de spotify y escucho First love de Adele, la canción favorita de mis padres...

-Hola Amanda 

Louis estrecha su mano para saludarme, es alto y tiene los ojos color esmeralda, cuando escuché su voz no pensé que sería así físicamente 

-Hola Louis, muchísimas gracias por haber venido 

-Apartir de hoy estoy para servir, Amanda no quiero apurarte pero necesito que firmes estos papeles 

-Vale Louis, no pasa nada, entre más rápido acabe con ésta pesadilla mejor 

Firmo los papeles en silencio, Ricardo está esperando fuera para acompañarme al entierro, él será la única persona que en realidad quería a mis padres ahí 

Camino al cementerio Ricardo me dice que me acompañará hasta el fin del mundo si lo necesito, se lo agradezco y asiento; de camino al cementerio pienso en todo lo que me habría gustado decirle a mi familia 

El cementerio está en un silencio desolador, me da mucho dejarlos a todos aquí en ésta fría y triste soledad, Malena estaría muy desacuerdo en venir en un lugar tan poco colorido, sin unicornios ni arcoíris... 

-Dele el señor el descanso eterno

-Y brille para ellos la luz perpetua 

Lloro sin parar, doy miles de gritos, Ricardo me abraza y yo lo aparto, grito y maldigo a Dios, a todos los presente y de paso a mis padres y a mis hermanos y la abuela por haberme dejado sola. 

-Ricardo siento mucho mi comportamiento de hace un rato, tú sólo haz sido tan bueno y pue...

-Tranquila niña Amanda, creame que la entiendo a la perfección, voy a llevarla a casa para que descanse pero antes vamos a ir a un lugar

Me monto a en el carro y veo como Ricardo se desvía del camino, me pregunto dónde iremos pero estoy muy cansada para preguntarle.

Ricardo detiene en carro frente una heladeria enorme, me dice que espere dentro del carro y sólo obedezco, al salir lleva en su mano derecha un helado de cinco litros de chocolate; mi favorito. 

Estar en casa es tan triste sin ellos... Veo la tele mientras como un helado, pero no me concentro en nada más que el sabor y el frío que pasa hasta mi estomago haciendo que se calme el ardor del sufrimiento...

Son las ocho de la noche y suena el timbre... No puede ser lo había olvidado; la bruja de mi abuela...