Stockholm Syndrome (Lauren G!P)

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N/A: Segunda parte de "Mine". Contiene BDSM ligero y sexo explícito entre un mayor (Lauren) y un menor de edad (Camila). Si no tienen problema con eso, then enjoy, my lovelies!

Camila's POV

Abrí y cerré mis ojos repetidas veces, acostumbrándome a la luz. Luego de unos segundos, alcé la cabeza para encontrarme con la vista de mi cuerpo, iluminado por los rayos de sol que se colaban desde la pequeña ventana a mi derecha. Las sábanas, enredadas entre mis piernas, y mis pechos desnudos, repletos de marcas púrpuras y rojizas que también cubrían zonas como mi estómago y muslos.

Oh, dios...

Me auto-escaneé, mordiéndome el labio, sin poder creerlo. Mis pezones aún no se deshinchaban y mi entrepierna se sentía extraña, no era ningún tipo de dolor ni incomodidad, no. Era algo distinto, algo nuevo. Había sido follada, duro, hasta que mis dedos alcanzaron a tocar el cielo y Lauren hizo que me viniera en su... Oh, santo cielo, me había venido con ella dentro, bombeando sin restricciones, piel con piel.

Me llevé las manos a la cara, creyendo que tal vez así ahuyentaría al furioso rubor, pero no. Dieciséis años, había tenido mi primera vez a los dieciséis años. Cualquiera a simple vista hubiese apostado a que me mantendría virgen hasta los veintiuno como mínimo, pues con mi falta de amigos y mi personalidad de perfil ultra bajo, nadie se acercaba siquiera a pedirme la tarea. Pero aquí estaba, en una cama que no era la mía, con chupetones por doquier y sintiendo aquel hormigueo en medio de mis piernas, sabiendo que ese fluido cálido, pegajoso, estaría en su mayoría aún dentro de mí.

3:44 PM, marcaba el sofisticado reloj negro de pared. Había dormido lo que un oso luego de haber tomado píldoras para el sueño.

El sabor a hierro en mi labio me devolvió recuerdos de la noche anterior, cuando Lauren y yo tuvimos sexo unas tres veces. Si el color en mis mejillas no se había esfumado aún, entonces claramente ahora se había intensificado, rememorando los hechos ocurridos apenas unas horas atrás.

*Flashback*

"Nngh." Solté, alzando y bajando mis caderas sutilmente, prolongando el orgasmo. Mis muslos y mis brazos se apretaron, aferrándose a Lauren. Me mantuve así por casi dos minutos, abrazándome a ella, no sabía cómo ni por qué, pero mis piernas cosquilleaban y mi intimidad todavía palpitaba con urgencia, por lo que temía moverme. Temía hacer siquiera el intento de salirme de su regazo y venirme en cuanto la fricción fuese demasiada, no podría soportarlo, mi cuerpo perdería todo sentido y la energía restante se escabulliría fuera de él al instante.

Sus fuertes manos de repente sujetaron mi trasero y nos dieron vuelta, obligándome a gemir alto.

"¡L-Laur-"

"No hemos terminado aún." Las estocadas no tardaron en llegar. Mis ojos rodaron y mi agarre en su espalda alta ganó fuerza mientras que ella continuaba estrechándome contra sí misma, como si no quisiera un solo centímetro separándonos.

"N-no, no p-puedo... V-voy a-" Iba a venirme, pero no sólo era eso, sino que junto con el éxtasis, las replicas barrerían todo y no sería capaz de aguantarlo, lo presentía.

Su lengua rodeó mi pezón, dándole una y otra vuelta. "¡P-por favor..!" Pero mis pedidos al parecer solamente la alentaron a aumentar la velocidad del ritmo. Mi espalda se curvó considerablemente, mis paredes se volvieron angostas a su alrededor, y el aire se me cortaba en mitad de cada jadeo. Lauren gruñó, empujando, sin tener compasión de mi débil estado post-orgasmo. "¡Hah, Lauren! ¡H-hah!" Gemí, exhausta, al borde de perder la consciencia por completo.

"Déjate llevar, pequeña." Me costaba articular palabras en respuesta, pero movía mis labios absorbiendo todo el aire que me fuese posible, tratando de hacerlo. "Se siente bien, ¿o no?" Murmuró arrugando la nariz, dando en un rincón profundo en mi interior y saliendo para repetir los mismos pasos. ¿Qué clase de pregunta era esa? Me estaban follando sin parar y como si no hubiese un mañana, claro que se sentía bien. La experiencia debería de volverse traumática o desagradable teniendo en cuenta las retorcidas circunstancias, pero no lo era, no para mí, que había estado todos estos años adorándola a la distancia, imaginando cómo sería que me dedicase uno de sus tantos poemas publicados en sus famosos libros, que me deseara tanto como a la o las mujeres que habían inspirado cada uno de ellos. Llegué a tal punto, en que ya me daba exactamente igual lo que tuviese para regalarme, fuera un poema, una carta, o un orgasmo.

Camren One Shots (G!P)Where stories live. Discover now