- Alex que mierdas haces?- pregunto el joven robusto que con todas sus fuerzas se apoyaba en la puerta para evitar que los infectados entraran.
-Se me acaban las ideas Jorge- respondió Alex mientras recargaba su escopeta al limite -no me queda nada mas- al finalizar apunto el arma hacia la puerta -cuando te diga que te muevas te mueves entiendes- Jorge aunque no muy convencido asintió con la cabeza, su rostro demostraba como el temor y la desesperacion aumentaba a medida que los infectados golpeaban una y otra vez esa bendita puerta que los separaba de una muerte agonisante y dolorosa.
-Alex n-no nos abandones- dijo entre lagrimas Gema quien abrazo a Alex por la espalda apretando con todas sus fuerzas-si te vas yo voy a...- Alex la interrumpió dando se la vuelta y estrujándola aun mas fuerte provocando que las lagrimas de la joven aumentaran, los dos conectaron miradas el chico simplemente contesto
-Si no hago esto todos vamos a morir, es mejor uno que todos- el chico beso la frente de la chica despidiendose de ella, al separasrse ae giro para ver a Jorge quien aun segui sosteniendo la puerta de una manera mas exahusta, Alex voltea una ultima vez para ver a Gema y darle una ultima sonrisa, nuevamente voltea mira a Jorge este le da una señal moviendo ligeramente su cabeza hacia abajo y volviéndola a levantar, es cuando el joven robusto abre la puerta...
······
Abro los ojos lentamente viendo directo hacia el techo de mi habitación, giro mi cabeza para ver mi ventana noto que ligeros rayos de sol entran por entre las cortinas, ya amaneció, me siento de manera que mis pies tocan el suelo dándome un gran escalofrió por lo frió que estaba. Antes de pararme miro mi habitación, esta desordenada con latas de comida vacías en el suelo ropa regada y una que otra revista indecente, SI lo normal, decido por fin ponerme de pie, me dirijo a mi tocador color marrón el cual ya se le esta cayendo la pintura por lo viejo que es, me miro al espejo y lo que veo no me gusta, hacia días que no me duchaba y la mugre ya se notaba en mi cara, mi suéter que antes era blanco ahora estaba lleno de sangre seca volviéndolo colo café kaka o algo así, mi cabello que antes era rojo ahora es, pues es rojo pero lleno de tierra, una vista no muy buena. Solo solté un suspiro. -Bueno que se le va a hacer- digo pera mi mismo.
Me puse mis tenis, unos nike negros llenos de tierra, salí de mi habitación hacia la cocina para ver que podía comer, el lugar en donde estoy es un departamento perteneciente a un edificio de cinco pisos, cada piso con al rededor de 20 departamentos excepto el primero ahí solo esta recepción, mi departamento se encontraba en el segundo piso. La cocina es un poco mas limpia que mi habitación pero aun así desordenada.
Reviso las alacenas pera buscar un buen aperitivo, pero lo único que hay es solo una lata de granos de elote provocando una mueca de disgusto en mi- Necesito salir de nuevo- digo mientras tomo la lata la abro y me pongo a comer. Al terminar de comer tome una mochila vacía y una escopeta que estaba recargada en la pared al lado de la puerta principal, estaba listo para salir. Abrí la puerta lentamente sin provocar ruido alguno me asome para ver si había algún infectado. Di un fuerte chiflido que izo eco por todo el piso y quizás el edificio completo, al no ver a ningún infectado correr hacia mi con intenciones de masticar mi cara como si de un chicle se tratase, salí aun mas lento cerré la puerta y camine por todo el pasillo, este al estar abandonado tanto tiempo estaba sucio lleno de tierra y cosas regadas por doquier y, como no hay energía eléctrica estaba lo suficientemente oscuro como para parecer una película de horror. Me dirijo a las escaleras al bajar me detengo en el ultimo escalón antes de llegar al primer piso puesto que había una pared que no me permitía ver directo a la recepción o fuera del edificio, asome la cabeza un poco para ver si no había algún infectado cerca. No hay nada. Salgo a paso veloz del edificio con mi escopeta en alto y me detengo a ver todo a mi alrededor, siempre hay que estar seguro, nuevamente no hay na... un tremendo gruñido suena a lo lejos llamando mi atención casi inmediatamente, a lo lejos veo a un infectado que se acercaba a toda marcha hacia mi.
-Mierda!- grite ya que si le disparaba con mi escopeta atraería la atención de mas como el y eso no seria bonito para mi. Mire hacia los lados para ver si no había algo con que golpearlo y lo encontré un bate de béisbol de madera tirado a mi derecha lo tome y me prepare justo cuando el infectado me salto encima derribandome de inmediato, al estar en el suelo rápidamente me tiro una mordida directo al cuello pero antes puse el bate en su boca, este lo mordió con tal fuerza que algunos dientes se le cayeron, sentia un aliento putrefacto saliendo de su boca y como su saliba salpicaba mi cara deseando con fuerzas darme una gran mordida sin embargo, gracias al bate lo mantenía lejos para que no lograra su objetivo. Mis brazos se comenzaron a cansar fue cuando las esperanzas de sobrevivir se desvanecían poco a poco entre mas minutos pasaban mas se asercaba a mi, estaba a pocos si no es que a escasos centimetros de mi cuando dije- No lo creo- decidí hacer un ultimo esfuerzo con todas mis fuerzas arrojansolo hacia atrás, rápido y sin titubar me levante, nuevamente el infectado se abalanzo a mi, pero yo ya estaba listo, justo cuando el salto yo ya había tirado el golpe con el bate conectándolo en el medio de su cara haciéndolo dar una vuelta completa antes de caer en el suelo sin vida. Luego de eso me sente tirandome al suelo, estaba cansado por el forsejeo, a centimetros se encontraba aquel infectado, me tome un momento para verlo, era un chico de unos veinte y tantos años, llevaba ropa costosa supongo que a el lo vacunaron y termino así, pobre chico, ya no se podia reconocer su rostro por el golpe que le habua dado, el unico parentesco que le podia dar era con un pedazo de carne molida. Levante mi brazo derecho junto con el bate -Tu vienes conmigo- dije para mi mismo, luego de eso me levante para seguir con mi camino en busca de comida.
Camine unas siete cuadras sin problema alguno, la ciudad en donde me quedaba ya hace tiempo era bastante grande, a decir verdad no sabia donde estaba, simplemente no prestaba atencion a esos detalles para mi solo era una ciudad debastada y solitaria como muchas otras en las que e estado, termine llegando a un super mercado bastante grande, este tenia un estacionamiento muy amplio, vació obviamente, solo papeles de basura le daban un poco de color al asfalto grisáceo. Al estar cerca del super mercado, entre sin ningún problema ya que las puertas estaban derribadas, seguí mi camino hasta el pasillo de latas de comida, afortunadamente este lugar no había sido saqueado, había bastantes latas como para llenar mi mochila, así que saque la escopeta de ahí y la puse aun lado de mi al igual que el bate. Comenze a tomar las latas que podía, la mayoría eran de sopa y de granos de elote yo me conformaba con que me llenara el estomago. Estaba apunto de llenar mi mochila cuando escuche un estruendo proveniente de fuera del establecimiento, eso izo que me apresurara, cerré mi mochila no sin antes meter bien el bate que había encontrado, me la puse y tome la escopeta. Me dirijo ala puerta, me detuve para ver que había provocado ese sonido, mi corazón se acelero al máximo no quería encontrarme con un super dotado, vi hacia el estacionamiento de izquierda a derecha pero no había nada.
Salí del lugar corriendo con todo lo que tenia, y sin mirar atrás me fui directo a mi edificio. Seguí corriendo unas cuatro cuadras antes de quedar cansado provocando que me detuviera para tomar aliento, inhalaba y exhalaba con fuerza, la pelea con el infectado ademas de esto me dejo exhausto. Ahora caminaba a mi edifico, faltaba solo una cuadra para llegar cuando escuche ese mismo estruendo esta vez detrás de mi, me paralice por completo pues sabia lo que era, un super dotado. Un gruñido que después paso a un gran grito izo que recobrara mi movilidad volteando hacia atrás inmediatamente, un infectado de dos metros de altura se encontraba a por lo menos trece metros de mi, era enorme,sus brazos fácilmente podrían hacerme trisas y su rostro lleno de sangre daba un miedo increíble, ambos nos miramos el uno al otro esperando algún movimiento del contrario es cuando decido levantar mi arma y el correr con todo hacia mi.
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Proyecto Z
Science FictionLa humanidad estaba desesperada por encontrar la inmortalidad pues vivir para siempre era un sueño que desde tiempos inmemorables había existido y el cual se mantuvo fuera de nuestro alcance, hasta ahora. Un grupo de científicos lo había logrado cre...