El proyecto del mal

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En mi último año, optaron por hacer una serie de proyectos -muy simples al parecer- a los cuatro grupos de último año nos dividieron en tres proyectos; en el nuestro, que consistía en alejarse a una distancia considerable de la bahía y tomar muestras, fotografías y analizar el agua, la flora y fauna del sector, para poder compararlos a los de la bahía, estábamos Terry, Mina, Kalila -una compañera de grupo-, Jasón, Helena y Adrián -amigos de diferentes grupos- y otros cinco chicos de los que no sabía sus nombres, pero los ubicaba como de nuestra generación. Para este proyecto nos dividimos en cuatro equipos, dos de tres -que irían al sector Norte y Sur- y los otros de cuatro -el que quedaría en la bahía y el nuestro, que iría al sector Oeste-, claro que cada equipo contaba con un maestro, en nuestro caso el Dr. Scott. Mi equipo estaba formado por Jokiñe -que al parecer era conocida de Mina- Terry, Mina, el Dr. Scott y por mí.

Antes de abordar un no tan pequeño barco llamado "KP0817", el cual nos serviría de medio de transporte y vivienda por 3 meses, me despedí de mis padres y hermanos, prometiéndoles que estaría bien y que regresaría pronto, lamentablemente solo he podido cumplir -por ahora- la primera. Y me encaminé a lo que sería mi gran y desastrosa aventura.

Llegamos al sector Oeste -el más lejano a la bahía- al atardecer, era casi imposible ver la ciudad desde nuestra ubicación, al ser nuestro primer día, decidimos descansar, a pesar de que solo había una "habitación" pudimos acomodarnos bien. Es un poco raro dormir en un barco, pero resultó ser muy relajante el mecerte al compás de las olas, fue agradable.

Teníamos solo 3 meses para terminar el proyecto, lo que significaba que teníamos tiempo, pero no demasiado. Así que en los próximos cuatro días ideamos un plan -nunca creí que fuera tan agotador- para poder obtener toda nuestra evidencia y regresar al instituto tres semanas antes del día límite para completar los análisis.

En el día 5; después de desayunar, comenzamos a equiparnos para obtener las muestras. Terry y yo ocupamos los trajes de buceo; Mina se ocupa de las cámaras que llevaremos, nos pone algunos sensores internos para monitorear nuestros signos vitales y lo conecta a las computadoras del barco, Jo revisa nuestros tanques de oxígeno, el equipo de buceo y nos proporciona un par de maletas con contenedores, redes, entre otras cosas de almacenamiento; por otro lado se encuentra el Dr. Scott, supervisando todo lo que hacemos.

Al cabo de una hora y media, por fin podemos sumergirnos; lo primero que hicimos fue tomar muestras de agua de la superficie y descendemos 3 metros, tomamos otra muestra de agua, divisamos a un banco de peces, si no me equivoco son "Caeruleum communi pisces", les tomamos algunas fotos y con mucho trabajo -y gracias a la red-, Terry pudo capturar a uno pequeño, se veía muy gracioso tratando de alcanzarlos, por mi parte solo podía reír; mientras lo metíamos a un contenedor, Mina nos advirtió de nuestra aceleración cardíaca repentina, pero la ignoramos, descendemos otros dos metros y Jo nos informa que el oxígeno está ya por el límite y debemos regresar, antes de eso me dispongo a tomar una muestra de agua y ascendemos.

Al llegar al barco, pude observar los rostros de Mina, Jo y el Dr. Scott mirándonos con un poco de desaprobación -mucha, en el caso de Mina-, después de un sermón sobre el cuidado de nuestra salud y de lo poco profesionales e infantiles que somos -quería decirle que esos dos últimos eran iguales, pero era mejor callar en ese momento-, creo que estuvimos así por 10 minutos o mas, según Jo. deduzco que hasta el Dr. supo que Mina estaba exagerando porque se reservó los comentarios.

En la tarde pude analizar a nuestro pequeño invitado a bordo; y tenía razón, solo era un pez común como los que se hallan en la bahía. Si pudiera capturar una especie rara o nueva hubiera sido una leyenda en la universidad -aunque creo que ya lo soy, por ser uno de los desaparecidos del proyecto, y eso no es gratificante-. Esa misma tarde comenzamos con los análisis básicos para el agua, como concentración de sal o el nivel de pH, lo más complicado como presencia de materia externa a la ideal lo haríamos después.

Los siguientes dos días fueron para descansar y hacer análisis del agua; al octavo día desde el abordaje volvimos al agua, descendimos los seis metros, tomamos otra muestra y continuamos, cerca de los 10 metros el agua se encontraba más fría y probablemente menos salada. Signos vitales: normales. Altitud: doce metros. Especimen nuevo: ninguno. Eso me desesperaba, pensaba que cada tres metros podría capturar un nuevo especimen, ¡pero no!; Solamente hemos capturado un pez común y corriente, aproximadamente a los 7 metros a Terry se le escapó un Thalassoma Pavo, el cual era más colorido que los otros del banco, hasta que un pulpo Flos Ruber lo atacó.
Unas horas más tarde, regresamos al navío con más muestras de agua y... Aunque no me lo crean dos especímenes más, uno era un pequeño pez murciélago, que capturamos a los 15 metros y a su depredador el Pterois Volitans unos minutos después.

PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora