LOSING HEAVEN

CAPITULO 1: LOSING HEAVEN

New York, Octubre de 2017.

Hola Lauren, seguramente te debes estar preguntando "Por qué Camila Cabello, la secretaria de Shay, me ha enviado un paquete precisamente a mi?" Incluso estoy imaginándote con el sobre en las manos leyendo una y otra vez el remitente con el ceño levemente fruncido mientras te muerdes el labio inferior. Bueno, era una maña que solias tener...antes.

Lauren, yo se que las siguientes palabras van a parecer la cosa más loca del mundo para ti, pero te juro por lo que más quiero en este mundo que son ABSOLUTAMENTE ciertas, y lo vas a poder corroborar en las cosas que te dejo dentro de este paquete: Conseguirás algunas fotos y postales, otras cartas que no son de mi autoría y una memoria Usb donde hay unos videos que, luego de leer estas líneas, tienes que ver.

Esta mañana cuando me levante decidí que iba a acabar con esta agonía en la que he estado viviendo durante estos largos y difíciles meses desde tu partida... si, tu partida. Se que no me recuerdas y sabes muy pocas cosas de mi, pero yo te conozco a ti mucho más de lo que te imaginas. Forme parte de tu vida pasada, cuando aun eras una cría de apenas 17 años. Aquel día que nos encontramos en la oficina de tu...amiga Shay, mi jefa, no fue la primera vez que te veía, nuestras vidas se habían cruzado hacía mucho tiempo atrás.

Hace exactamente ocho años y medios nuestros destinos se habían cruzado en un pequeño pueblo costero en el Estado de la Florida. Nos habíamos conocido en nuestro último año de preparatoria, cuando tú fuiste trasladada desde Miami hasta Cedar Key por asuntos laborales de tu padre. A pesar de que éramos como el agua y el aceite nos enamoramos perdidamente la una de la otra, a mitad de curso. Tú eras una chica seria y muy reservada pero tenías una gran inteligencia y siempre alzabas tu voz para exponer tus ideas y defender tus principios; los chicos te deseaban porque siempre fuiste muy bella, las chicas te envidiaban porque atraías las miradas de todos cada vez que caminabas por los pasillos del instituto o en las calles de la ciudad. Yo sin embargo era tan tímida y sin gracia, nadie, nunca, quería sentarse en la misma mesa que yo en el almuerzo, solo había logrado cosechar dos amigos en mis diez años de escolaridad mientras tú parecías haber dejado muchas amistades valiosas en Miami.

Siempre fuiste tan tierna y amorosa conmigo, me defendías de aquellos que con sus insultos y abusos lograban quebrarme. Te habías vuelto mi roca, mi muro de contención, mi soporte, mi alegría, mis risas, mis locuras, mi primera vez, mi apoyo y motivación para decirles a mis padres sobre mi homosexualidad, mi primera y única novia, en definitiva, mi todo. Duramos separadas cuatro años mientras tú estuviste estudiando en la universidad, aquí en New York. Nunca pude venir a verte en ese tiempo pues mis recursos económicos eran muy limitados, al ser expulsada de mi casa por ser lesbiana tuve que comenzar a trabajar y mantenerme por mi cuenta. Ni siquiera pude cumplir mis sueños de estudiar música en Yale, a pesar de que me habías prometido ayudarme (yo al final no quise).

Tus padres nunca me aceptaron Lauren y dudo mucho que algún día lo lleguen a hacer, sobre todo tu madre, la señora Clara Jauregui, que siempre parecía querer degollarme con la mirada cada vez que nos cruzábamos en la calle, pero la entiendo, ustedes no eran ricos, pero tenían una buena posición económica, mientras yo...yo que era? Económicamente qué podía ofrecerte?, muy sencillo: Nada. Sin embargo te di mi amor por completo, mi vida entera, mis mejores momentos, mis secretos, mis risas, mis sueños y anhelos. Te di todo lo que pude cuando tuve la oportunidad.

A pesar de la distancia y los problemas que ambas tuvimos que enfrentar en esos cuatro años, el amor nunca se debilito ni se redujo. Hablábamos por chat todos los días, Viajabas a visitarme cada vez que podías desafiando siempre los mandatos de tus padres que se habían trasladado a Miami nuevamente, pasábamos casi todo el tiempo juntas, salíamos, pescábamos, nos íbamos a pasar el día en la playa y en la noche nos internábamos en mi habitación a amarnos por horas olvidándonos del tiempo y los problemas.