Día 96

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Hoy Daryl me enseñó a cazar, bien, a un animal. Fue muy entretenido y me sentí orgullosa porque logré pescar un pez grande del río que encontramos hoy en la mañana.

Aún puedo recordar cada momento y sentir su leve contacto con su piel.

Ambos estábamos en el río con unos largos y delgados palos de madera que habíamos encontrado y con una navaja les hicimos unas puntas puntiagudas para atravesar a los peces. Nunca había hecho eso antes, por lo que aún soy una novata. En fin, estábamos en el río con los pies descalzos y con nuestros pantalones enrollados hasta las rodillas. Daryl me dijo que fuera paciente y que esperara el momento indicado para apuñalar al animal con mi lanza mal hecha.

Hice exactamente lo que él me dijo. Fui paciente y esperé el momento ideal, pero cuando iba a atravesar a mi presa éste escapó. Lo intenté varias veces más sin tener éxito alguno. Ya estaba harta y cansada. El sol golpeaba mi cara con fuerza y mi cuerpo ya estaba sudoroso por todas partes; incluso las innombrables.

Me senté en una roca frustrada, cansada y hambrienta; no me sentía con fuerzas para seguir. Hasta que una sombra fría cubrió al sol y yo levanté la mirada hacia arriba. Era Daryl quien me miraba con esos ojos azules, brillantes y juiciosos. A pesar del poco tiempo que llevábamos juntos conocía esa mirada. Me iba a juzgar como siempre.


...


- ¡Qué patético! -me dijo riñéndome.

- ¡Agh! No puedo. Ya lo intenté varias veces y no puedo. -le repliqué.

- No lo estás intentando.

- Claro que sí. Ya me viste, no puedo hacerlo.

- No. No te vi intentándolo de verdad. Tú estás esperando a que pasen las cosas por si solas cuando en realidad tú debes hacer que pasen. -me dio una lección que para ser honesta no entendí en su momento. No dije nada y bajé la mirada.- Vamos, lenvántate.

...


Me levanté con un poco de fastidio y le seguí. Me puse en posición como me había indicado anteriormente y luego él se colocó detrás de mí.


...



- Así no es. -su voz en mi oído golpeó mis tímpanos lanzando señales a mi sistema nervioso.- Tómala de esta forma. -sus manos ásperas acariciaron las mías. Mi corazón iba a mil por hora, estoy segura que notó mi acelerada respiración.- Respira lento. -decidí apartar la mirada para evitar que viera mi mejillas sonrojadas. Mi cabello cubría mi rostro, pero aún así sentía el suyo tan cerca del mío.- Debes ser paciente y analizar cuál es el momento indicado para atacar a tu presa. Tal y como lo haría un jaguar con una gacela. -asentí nerviosa.- Aquí viene uno. -esperamos unos segundos antes de que atravesáramos juntos al pez, con fuerza.


...



Estaba tan feliz que cuando volteé nuestros rostros se encontraron de nuevo y estaban a unos pocos centímetros uno del otro.

El sol iluminaba sus ojos claros haciéndolos resaltar a un color más intenso. Lo miré fijamente. Nuestras manos en ningún momento se alejaron, estaban aferradas a la lanza como si una fuerza extraña y misteriosa nos mantuviera unidos. Sin darme cuenta reparé mis ojos hasta sus labios que estaba cerrados y sin decir nada.

De pronto unas aves salieron volando de entre los árboles rompiendo la extraña magia que nos cubría a ambos. Se sonó la garganta y dijo:


...


- Bien, ahora lo puedes hacer tú sola. -dijo mientras se separaba de mí y señaló la lanza.- Creo que debes hacer una nueva, esa se está a punto de quebrar. La tallaste demasiado.


...



No me dio ni tiempo de responder a su comentario de la lanza. Estaba perfecta ya que él la había tallado. Se fue dejándome sola en el río con un pez muerto en las manos. Confundida por ese raro momento logré cazar otro pez para cocinar en la cena.

No logro entender su actitud. Algunas veces es agradable y otras se comporta de forma indiferente. Me confunde.

Al menos esto me sirvió para tener la mente activa. Casi no puedo dormir debido a mis pesadillas nocturnas. No dejo de pensar en mi familia. Los veo constantemente en mis sueños y no dejo de soñar con mis manos llenas de sangre. De si sangre por toda mi piel. Cubriéndome de pies a cabeza.

Siento una enorme culpa que me tortura y me quema por dentro. Es una sensación tan horrible. No sé si podré llegar a superar esto. No sé si algún día podré vivir con ello.

No sé si alguna vez volveré a ser quien era.

El diario de una sobreviviente- Parte 1 [Daryl Dixon-TWD]Where stories live. Discover now