1-Bienvenido al Paraíso

10 1 0
                                    

Y ahí estaba yo, corriendo, todo lo que mis piernas podían, estaba tan cerca de atraparle, eran tan sólo unos centímetros, unos segundos. Esos segundos fueron los que acabaron conmigo, con mi vida concretamente. Ese lugar eran unas vías de tren, por las que yo cruzaba sin ser cociente mientras esté pasaba.
Ahora me encontraba tirada en las vías con un inmenso dolor. El tren no me atropelló solo me golpeó pero el impacto fue mortal. Lo último que ví fue personas gritando y pidiendo ayuda, entonces perdí el conocimiento.

No sé cuánto tiempo había pasado, tenía la sensación de haber dormido durante varios días, al despertar lo primero que ví fue la cara de mi gran amigo Kyo sonriendo y llorando no estoy segura de si tristeza o felicidad.
-¿Qué ha pasado?- pregunté muy confusa.
-Bienvenida- dijo en un tono seco mientras se secaba las lágrimas.
-¿A dónde?- pregunte aún más confusa.
-A tu residencia por un periodo de tiempo bastante largo...- respondió amargamente.
-Pero si está no es mi casa- de repente miré perpleja a Kyo y rápidamente me reincorporé de la cama -¡tú llevas más de un año muerto!
-Así es.
Recapacité un segundo - ¡No me jodas!
-¿Qué pasa?- dijo asustado.
-¿Me estás diciendo que hay algo después de la muerte?
-Eso parece.
-Esto es un mal sueño verdad?
-Ojalá lo fuera...
-¡¿Me estás diciendo que no ha sido suficiente con tener vivir veinte mierda de años que ahora tengo que estar aquí eternamente?!- grité enfadada.
-Después te explicaré eso- dijo cogiéndome del brazo y volviendo a sentarme en la cama.
-No, no, no. Yo tendría que estar fiambre en una tumba, sin sentir nada, olvidándome de este asqueroso mundo para siempre, yo no pinto nada aquí- me volví a levantar de la cama dispuesta a salir de aquella "habitación", Kyo me volvió a agarrar del brazo, se levantó de la silla en la que se encontraba y me abrazó, sentí sus cálidos brazos alrededor de mí, hacía tiempo que no sentía a Kyo cerca mía, hacía tanto que no escuchaba su voz, le echaba tanto de menos. Entonces le correspondí el abrazo y sin poder evitarlo comencé a llorar.
Pasó un rato, el cuál no quería que terminará, ahora siempre tendría el miedo de no poder abrazarle una última vez, entonces él se separó de mí.
-Tenía muchas ganas de que este momento llegará, pero no tan pronto- dijo con tono melancólico.
-Sí, bueno, tienes muchas cosas que explicarme- comenté amargamente.
-No sé por donde empezar la verdad...
-Pues venga, espabila Kyo, no tengo todo el día.
-En realidad sí- murmuró él.
-Cállate y empieza- gruñí.
Suspiró y comenzó a hablar. -Cada persona tiene una fecha designada a morir por vejez o enfermedad, si muere antes de esa fecha por otras causas como asesinato, accidente, suicidio... Viene aquí y cumple los días que le faltan hasta su fecha de muerte. Los muertos en la fecha escrita no van ningún lado, mueren y ya, han cumplido sus días así que no hay más. Después, al venir aquí puedes ser destinado a una de las dos zonas principales según como haya sido tu vida y lo que hayas echo en ella. Las dos zonas son Mundo y Submundo y puedes ascender o degradar de una a otra.
-¿Algo así como Cielo e Infierno?
-Más o menos, los del Submundo no tienen las mismas instalaciones que en  Mundo ni un privilegio especial que después te contaré.
-¿Y ahora mismo estamos en el Submundo?
-No, estamos en Mundo.
-¿Y por qué las habitaciones son celdas?
-Hay una persona encargada de gobernar Mundo y él decide alguien que se encargue de Submundo pero esta persona que elija no tiene ningún poder superior como el Gobernador solo vigila a los miembros y decide si alguno debe ascender a Mundo, el que hacer para venir aquí desde abajo no lo sé porque no he estado pero creo que es complicado y lleva su tiempo a parte de ciertos controles para comprobar que eres apto.
Cuando alguien llega a ser Gobernador  su fecha de muerte se borra y cuando quiere dejarlo tiene varias opciones: una es morir directamente y no volver a sentir nada; dos, vivir los años que le queden en Mundo y tres, volver a la vida. El Gobernador no tiene prácticamente normas, de echo, sus únicas normas son: elegir un "Gobernador" para Submundo y que si revive a  alguien debe retirarse como Gobernador. Cuando esté deja su puesto automáticamente el Bigobernante y vigilante de Submundo asciende a su puesto.
-Eso no responde al porqué estamos en una celda- repliqué.
-Las instalaciones y normas cambian a gusto del Gobernador. Y en este momento este es un hombre corrupto que mantiene como en una cárcel a los dos mundos exceptuando a unos pocos que el elige- terminó de explicar Kyo.
-Pues menuda mierda- añadí molesta.
-Bueno, pues al señor Gobernador lo conoces en persona- dijo susurrando como si no supiese muy bien si debería saberlo.
-¿Qué? ¿Quién?- pregunté.
-Te doy pistas: está muerto, es corrupto, lo conoces en persona y tenía una insaciable sed de conventirse en Dios- susurro cerca de mi oído.
-No jodas, ¿Calix?
Kyo asintió mirando hacia otra dirección.
-Oye, ¿y tú por qué demonios hablas tan mal?- dijo Kyo repentinamente.
-¿Y a tí que más te da mi forma hablar?- contesté sorprendida.
-Creo que serías mucho más mona si hablaras bien.
-Me la suda lo que opines de mi vocabulario- respondí comenzandome a cabrear.
-Y además de mal hablada, borde- añadió resignado.
-Pfff...- este tío era igual de estúpido que siempre.
-Oye, ¿qué beneficios tiene un "Gobernador"? ¿nos puede perjudicar más?- interrogué a Kyo.
-El Gobernador puede vigilar los dos mundos de aquí y el de los vivos, también puede hablar con los vivos pero solo de vez en cuando, es muy complicado y por último, puede devolver a cualquier persona de Mundo a la vida incluido a él mismo- agregó.
-Tú y Siara acabasteis aquí por intentar hacer desaparecer a ese hombre, no puede volver a la vida, tenemos que impedirlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Escapando del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora