No quería que mis manos fueran duras que al tocarte te marchitaras.
No quería que mis ojos te agraviaran. De saberlo nunca te hubiera mirado.
No quería ser un monstruo que desgarra con palabras de ofensa y deja una larga pena.No supe sacar la rosa del rosal , y los pétalos quedaron en mis manos separados de su cáliz.
¡Vendrá una mano más suave a juntarlos otra vez !
Ya mi mano no será .
Es temor aprendido.
Con la misma rústica torpeza que se atropella la inocente flor , se PUEDE TROPEZAR CON LAS ESPINAS .