Ryeowook no dijo nada, prefirió sentarse sobre la cama que había en la habitación y mirar al pelinegro quien también estaba callado, tal vez esperando una respuesta a la pregunta que había hecho, una pregunta que por supuesto el castaño no entendía. Acababa de dar un cheque de millones que incluía todo su esfuerzo de años, y ahora resultaba ser que estaba en una casa que le pertenecía a un hombre que jamás había visto.
Suspiró, lo miró a los ojos para encontrar respuestas y lo único que se le ocurrió hacer fue bajar hasta la sala principal, rebuscar entre documentos el papel que Kibum le había dado, se suponía que eran las escrituras de esa propiedad y que ahora le pertenecía ¿No?, Jong Woon lo siguió esperando encontrar respuestas de aquel chico que se le hacía bastante interesante.
― Es mi casa—dijo Ryeowook con un tono ahora más seguro, Jong Woon tomó el papel entre sus manos y levantó una ceja mientras leía para luego terminar por fruncir el ceño
― No sé quién te ha hecho esto pero es muy evidente que esto es un documento falso-Wook negó
― Son las escrituras originales, Kim Kibum se encargó de organizar todo antes de irse al extranjero
― ¿Kibum?—preguntó sorprendido, se dejó caer casi sin aliento en una de las sillas que estaban junto a la mesa grande del comedor
― ¿Lo conoces?
― Sí, me temo que fuimos víctimas de un engaño—respondió—le dejé a Kibum esta casa bajo cuidado mientras regresaba del extranjero, las escrituras originales las tengo yo en Tokio donde vive mi familia, por eso sé que esto no es real
― No es posible
― Lo siento pero debes dejar mi casa, legalmente es mía
― No pienses que te creo, tu pudiste ser su cómplice y de ser así exijo mi dinero
― Acabo de llegar a Seúl
― Eso no importa, nada me asegura que no conocieras los planes de Kibum y no me voy a ir hasta tener mi dinero de regreso—Jong Woon suspiró, observó de nuevo la supuesta escritura y se sorprendió al ver el alto valor en la que el castaño la había comprado
― ¿diste todo ese dinero?
― Es lo que Kibum me cobró, además me gustó mucho la infraestructura y el barrio por lo que me pareció un buen precio
― Yo no tengo todo ese dinero
― Pues de aquí no me iré hasta que me regresen cada won que he invertido
Jong Woon suspiró, acababa de regresar y solo se encontraba con problemas, no podía creer que después de toda la confianza que le había dado a su primo este fuese capaz de hacer algo tan bajo. Kibum era consciente de que esa casa era muy importante para él, solo tuvo que ir a Tokio para terminar su especialización y poder ganar un poco más de dinero en su campo y ahora estaba ese chico diciendo que había comprado la casa y dándole a entender que no se iría hasta que no recuperara su dinero, sin embargo Jong Woon estaba casi en la ruina, su madre lo había ayudado financieramente los últimos meses debido a que aún no había acabado su carrera, ahora era capaz de colocar su propio consultorio pero eso le llevaría tiempo, no podía entender como alguien podía dar tanto dinero por una casa que no valía ni la tercera parte de lo que él había invertido.
Kibum siempre había ido un hombre manipulador y por eso tal vez no tuvo que preguntarse tanto el cómo había logrado convencer al pequeño que se veía valiente y no le quitaba la mirada de encima.
Aunque el chico era físicamente agradable se veía de una personalidad fuerte, Jong Woon recordó los leves segundos en el que pudo observar aquel cuerpo sin el albornoz interponiéndose a su desnudez, no era normal que pensara sexualmente en un extraño pero el chico tenía algo que lo atraía y eso no podía negarlo. Sonrió levemente, tratando de reaccionar a todo lo más tranquilo que pudiese actuar y entonces invito al castaño a sentarse junto a él.