CINCO.

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VENENO.


Al conocerle fue un momento casi perfecto, un momento de esos que te marcan, muchas veces había pensado en lo nerviosa que me sentiría al verlo.

Pero al llegar el momento fue como estar en una cápsula que detuvo todo y volvió el tiempo casi perfecto, él me dio un abrazo. Mientras lo abrazaba sentí confianza en él, en su persona, mientras tanto pensaba: «Él es lindo, me quiere tal y como soy no puedo hacerle daño, no él, él es lindo, no le harás daño».  [Repetí esas palabras una y otra vez en mi cabeza hasta estar segura que no lo haría].

Día 80 sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora