Donante ❤

Cap. VI

Pov. Yuuri

Hoy era un día muy especial, hoy era él día en él que empezaría una familia.

Desperté temprano, de un humor mas bueno que de costumbre, abrí las ventanas de mi habitación y salude al mundo.

- buenos días alegría , buenos días señor sol!

Salí de mi habitación y me dedique ha preparar un delicioso desayuno.

- Oye cerdo! ¿que cocinas?

- Oh! Buenos días gatito, preparo un poco de pan francés con ensalada de frutos rojos, leche y jugo de naranja.

- Cerdo, Estas bien? Te ves mas alegre de lo normal...

- Claro gatito tonto! Hoy es él día de un nuevo inicio!

-Ahhhh...

Seguí preparando él desayuno, después limpie los platos y me prepare para salir, me coloque un suéter azul, una playera blanca, un pantalón negro y mis tenis blancos.

Después de eso espere a Yurio y nos fuimos, estaba un poco nervioso, así que caminamos un rato por las calles, paseamos por él parque y por algunos puestos, hasta que percibí un aroma , era a pinos, y también me recordaba a matas silvestres.

Trate de ubicarlo pero creo que fui por la dirección herronea...

- Oye cerdo que haces?! Ya pasamos él donatorio.

- Oh, perdón Yurio, pero mira! Una heladería! Vamos por un Helado!!

- De acuerdo... Pero quiero uno que sepa a chocolate!!

- No era ese él aroma de otabek? O debería decide Beka~...

comente, para ver casi inmediatamente a un gatito sonrojado y mal diciendo.

Cuando entramos, Yurio parecía estar congelado, hasta que vi hacia donde él veía,  se podía ver a un alfa alto, moreno, con un semblante cerio tomar un batido de fresa y limón, lo curioso, era que ese sabor era idéntico al aroma de mi gatito.

- Oh! Otabek , que coincidencia , que haces por Aquí?- comente, jalando a Yurio a mi lado para que estuviera cerca de su príncipe.

- Pues me gusta venir aquí los fines de semana,él ambiente es agradable.

- Y cual es tu sabor favorito?- comento finalmente Yurio,aun escondido atrás de mi.

- Emmm.....  Pues...  Bueno,  mi sabor favorito es el de fresas con Limón- término contestando.

Pedimos nuestros helados y tomamos asiento en la mesa de Otabek,  y por primera ves pude ver a mi gatito hablarle.

Al terminar los helados,  Yurio y yo nos dirigimos al donatorio,  todos fueron muy amigables,  e incluso,  por ser el primero,  me dieron las muestras más frescas según ellos.

El procedimiento fue algo vergonzoso,  pues tuvieron que dilatarme y luego introducir la muestra terminando tapando mi entrada con interés corcho por 10 minutos,  lo peor fue que el doctor era un alfa muy guapo,  el color rojo no abandonaba mis mejillas.

Y así,  iniciaba mi nueva vida.