HP One shots

Nargles.

Palabras: 376
Linny.
Fluffy
Draco azotó contra la pared a Harry, y sus labios se estamparon con fuerza, marcando un ritmo frenético, mientras sus manos acariciaban por debajo de la ropa lugares que no debían en ese lugar.
- ¿No te molesta? - le preguntó Lavender a Ginny, cuando los vieron al final del pasillo, y prefirieron usar un atajo.
- no ¿por qué lo haría?
- no lo sé, es tu ex...
- acabamos en buenos términos- rectificó sin prestarle mucha atención a la chica, pues al final del pasillo, estaba Luna hablando con Neville.
- voy a la biblioteca- avisó, para desaparecer por un atajo.
Llevaba evitando a Neville desde que este se dio cuenta de su secreto, ya hace dos semanas. No era justo para Luna, pues cada vez que hablaba con la rubia, el Longbottom aparecía.
-¡Ginny!- gritó una voz femenina, cuando empezaba a subir unas escaleras. Le llamó la atención el tono de voz de Luna, porque estaba segura de que nunca antes la había escuchado enfadada.
- ¿Qué pasa, Luna?- le preguntó deshaciendo sus pasos.
- ¡No me evites! De haber sabido que Neville te contaría, y que te haría sentir incómoda, no habría dicho nada. No debí haber comido nabos ese día- se lamentó, pasando del enojo a la melancolía.
- ¿Contarme qué?- preguntó curiosa la pelirroja.
Luna la miró como si le hubiera crecido otra cabeza.
- pues que me gustas. Creí que era obvio, y que simplemente lo habías aceptado, pero desde que se lo dije a Neville formalmente, me has estado evitando...- se quedó pensativa-. Estás llena de nargles, como el muérdago.
La Weasley sonrió, completamente feliz.
- bueno, Luna, no he estado evitandote, sino a Neville, que descubrió que me gustas, y no quería que te sintieras obligada a responder- dijo riendo de la alegría. La rubia la miró con sorpresa, y le sonrío serenamente.
- bueno, entonces eso resuelve nuestras diferencias. Ahora, señorita pelirroja, necesita urgente algo para esos nargles, o en un par de días no podrás ver una quaffle ni aunque éste a un metro- la regañó, tirandola de la mano a su sala común.
En ese momento, Ginny realmente sintió como que ese era el mejor día de su vida. Pero se equivocaba, pues seguirían muchos más al lado de esa loca rubia que tanto amaba.