02. Lose It

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Hinata aún se preguntaba cuanto más iba a hundirse en su auto-miseria por el rubio misterioso de las gafas con una extraña obsesión por los dinosaurios y aire oscuro que le hacia verse inalcanzable, al menos para alguien como él, un simple mundano con muchas obsesiones banales y con un gusto por lo todo lo lindo que pueda llegar a existir, por ejemplo los calcetines de tela transparente y estrellas que compró la semana pasada que no vienen al caso. La cuestión aquí es como el rubio perfecto que pertenece a una banda, que según recuerda es de rock independiente, que es totalmente genial; le rompió el jodido corazón y lo mandó a la mierda, y aunque quisiera decir que no le afectó y que esta situación solo ha sido un capitulo más de su desastre llamado vida, sería mentir, en grande. 

 Y es así como surge el principal problema de su "absurda" depresión según lo que le habían dicho "amablemente" Hitoka y Tadashi. 

 Así es como él tuvo que enviar a su autoestima de vacaciones y dejar que le pisoteen tanto como quieran mientras se esconde en el departamento que comparte con Kenma. Mientras el rubio (Tsukishima) va de fiesta en fiesta tocando su estúpida, pero genial guitarra, consiguiendo ligues hasta con respirar mal y decir que eso no le frustraba era seguir mintiendo, en mayor escala, y eso le molestaba.

 Porqué, ¿desde cuando deja que alguien más ajeno a él maneje su jodido estado de ánimo? 

 Es por eso que esta noche saldría de su "cueva", como solían decir sus amigos, y conocería a la cita secreta que le prepararon estos mismos, siendo el chico un viejo conocido de Kageyama, el amargado novio de Tadashi. 

Decir que ellos le preparan una jodida cita a ciegas, en una maldita fiesta universitaria con un amigo del raro novio de su pecoso mejor amigo no le molestaba, sería mentir (de nuevo.) ¿Cómo osan a profanar su luto, el de un corazón roto, con la vana excusa de superar a un rubio que básicamente es insuperable? 

 Abrumado de las exclamaciones de sus amigos para que se arreglara y fuera presentable al lugar, además de tener ambas extremidades superiores con demasiadas prendas y accesorios para usar esa misma noche en la jodida fiesta. Según ellos se le veían bien.

 Le frustraba, ya que aunque no se hacia de la completa idea de tener una cita, teniendo como fin hacer esto por su círculo social y por él hasta cierto punto, no iba a esperar un maldito milagro para que el rubio regresara a él, se disculpara como sucede en sus novelas favoritas y regresaría a sus fuertes brazos y serían felices para siempre, esa no era la jodida realidad. Para lo único que regresaría el rubio sería para pedirle de manera no agradable su figura coleccionable de T-rex que él solo había tomado prestada.

 Así que con pasos decididos tomó su suéter amarillo, sus tirantes negros y un pantalón básico de mezclilla en busca de sentirse cómodo y no llamar mucho la atención, acomodó un poco su cabello naranja y se aplico un poco de purpurina en el contorno de los ojos, se vio una ultima vez en el espejo suspirando para tomar un poco de confianza y esperar que esa noche no sea tan desastrosa. 

 Se dejo guiar por sus amigos a la dichosa fiesta, intentó distraerse un poco y no ponerse para nada nervioso al pensar a que clase de fiesta irían. La música empezaba a escucharse bastante fuerte y por lo que pudo apreciar el lugar estaba a explotar de personas, en menos de lo que hubiera deseado ya se encontraba siguiendo al pecoso y al gruñón de su novio para conocer al amigo de este.

Observó a todas las personas, bailaban al ritmo de la canción que no era tan movida. Se fijó atentamente en todo a su paso, sintiéndose un poco abrumado por el aroma a tabaco, alcohol y otras sustancias.

 Además, de la cercanía de muchas personas en su camino, pudo apreciar un poco a las personas que se encontraban cerca de la barra como lo eran el castaño, el albino y el pelinegro ruidoso, cerca de estos se encontraba un pelinegro bebiendo tranquilamente su cerveza con un semblante poco agradable y junto a él, estaba el rubio inalcanzable... 

 Si alguna vez había escuchado que el karma era una perra, este era el preciso momento donde podría dar fe de la realidad de esa pequeña frase. Suspiró levemente para seguir a sus amigos e ignorar al rubio pidiéndole a la tierra que se lo tragara, apresuro un poco su paso para alcanzar al pecoso y conocer al misterioso amigo de Kageyama.

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Gracias por leer hasta aquí, espero actualizar con más frecuencia la historia, cualquier sugerencia o comentario es bien aceptado 😌✨

Gracias a mi beta por aguantarme y esperar a que la inspiración me diera un golpe :'D

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2018 ⏰

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