Capítulo 2

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Volviendo a la realidad, tengo que volver a casa. ¡WEE!
Mi casa es un puto martirio, literal. Mi madre tiene una obsesión de almacenar chismes, eso en sí no es tan malo, pero se cabrea cuando le hablas de su obsesión, y mi padre es neurótico, y mi hermano... No hay palabras para él. 17 putos años y aún no madura.

Abrí la puerta de mi casa, y cómo no, mis padres peleaban. Los ignoro como cada maldito día, y subo a mi habitación, que por cierto, es un santuario. Sin coñas, está limpísimo.

Hago lo que siempre.
Mi vida es una mierda, pero una mierda monótona.
¡AH! Se me olvidaba que mi prima también está con nosotros. ¿Cómo se me podría olvidar a alguien que ha sido tan buena y inocente? -puta ironía- Es mi sombra, literal. No sé cómo no es capaz de hacer nada por sí misma, aparte de joderme la existencia, claro está.

Tocan a mi puerta.— Lydia~, abre.— grita la pesada del día.— Me pregunto quién será...— abro la puerta de mi cuarto y la veo mirándome con una sonrisa odiosa, para mi gusto.- ¿Qué quieres?— me apoyé en la puerta suspirando.— Tus padres dicen que soy muy buena, incluso más que tú.— dijo con tintín. Aparte de pesada, metedura de patas. Con 17 años que tengo y aún cree que eso funciona en alguien como yo.—Me alegro por tí, Rachel.— dije sonriendo falsamente, a ver si captaba la indirecta. Desde ahora, podéis añadirle falsa a todas mis sonrisas. Infló sus mofletes y se marchó. ¡YAY!
12 años y ya quiere joder, vaya tela.

Y si os preguntáis, ¿cómo puedes vivir así? No lo sé, pero de lo único que estoy segura es de que mi mala suerte no cesa, por ahora. Mi 'querido' compañero Jake a decidido venir a mi casa a completar un trabajo que debíamos hacer juntos, que por cierto, fue de la clase a la que falté.
Se mete sin preguntar a mi habitación. ¿De qué coño va?
— Por favor, pasa...(sarcasmo, por si acaso)— se me escapó.— ¿Dijiste algo?— preguntó confundido alzando una ceja.— Que va.— dije con una (no falsa) sonrisa nerviosa.

Comenzamos a trabajar. Lo terminamos por la noche, y lo obligué a irse sutilmente, por que si fuera por él, se quedaba, aún con mi hermano aquí. Qué maldito. Si le dan de comer se queda sin importar nada más que él, y su ansiada comida. ¿Le darán de comer en su casa?

Al día siguiente, la misma rutina. Con una sola diferencia, ¡un alumno nuevo! Hace tiempo que no me emocionaba y empezaba a pensar que era autista. Espero que sea alguien normal, por favor. En el fondo deseo que alguien sepa sobre mi verdadera mierdipersonalidad. Un buena amigo/a. Pero no hay nadie. Mi vida social también es una mierda. Aunque a vista de los demás parezca sociable, si no me callara mis opiniones sobre ellos, estaría más sola que la una. Qué tristeza, HAHA. Es la triste verdad.

El alumno, que era un chico, por si no ha quedado claro, se presentó. Se llama Josh Stone. Apellido más cliché no hay. Parece majo, pero ya veremos. Y fuera de coñas, el chaval no está nada mal, aunque no me interese demasiado que mi vida se convierta en un drama romántico.

Y se sienta en el otro pico de el aula, obviamente no iba a pasar como en las películas, que se sienta a tu lado mágicamente.

La aburrida clase llega a su fin, y yo como buena representante de la clase, me presento a el alumno.— Hola, Josh, soy la representante de la clase. Si tienes alguna pregunta, no dudes en recurrir a mi.— dije sonriendo.— Gracias, pero no creo que necesite tu ayuda. Si me disculpas me voy.— dijo, tomo sus cosas y se fue.

Sip. Acaba de pasar de mí y mi cara. Ni siquiera me ha mirado. Me siento conmovida.
Empezamos con el pie izquierdo.

Mi vida en un simple ( no tan simple ) texto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora